Tomé la desición de ir a pedirle perdón a Zabdiel. Tenía en cuenta que eso implicaba perder mi dignidad, si terminaba rogándole.
Ya estaba a cuadras de su casa, con un gran ramo de flores variadas, de colores. Siendo honesto no pude soportar ni 1 semana sin él.
—Sí, Joel. Yo después te llamo. —Dije a tráves del teléfono .
—No, Christopher. Erick está muy mal, y a mí no me gusta verlo así. —Podía imaginarlo con el ceño fruncido.
—Después te llamo, he dicho. —Y colgué.
Caminé por las limpias calles del vecindario, recordando cómo saltaba cuando pasaba por el mismo camino e iba directo al hospital teniendo 6 años. Cómo pasé toda mi niñez enamorado, y atontado por un niño que se robó mi juventud.
Los recuerdos vinieron a mí; la primera vez en que me besé con Zabdiel (aunque solo pegamos nuestras bocas, dudo que cuente como beso.), cuando lo hice enojar por ponerle una peluca. La vez en que le confesé que me gustaba indirectamente, cuando le pedí ser mi novio, y de esas pocas ocasiones en que se ponía celoso de mis amigas.
Sonreí de manera estúpida recordando todo. Cómo habían pasado los años y yo seguía queriéndolo justo como la primera vez. Sin duda, aunque la mayoría de las veces peleáramos por 4 años en nuestro noviazgo, estaba feliz.
—Chris, tienes que comportarte. —Dije para mí mismo.
Llegué a la casa de Zabdiel. La puerta estaba cerrada, y las ventanas un poco abiertas. Decidí comprobar que él se encontraba ahí.
Me asomé un poco, y vaya qué me llevé una gran sorpresa.
Zabdiel estaba abrazado muy cariñosamente de Richard, a punto de besarse.
¿Era en serio?, ¿tenía que irse necesariamente con Richard?, se supone que íbamos a reconciliarnos, pero, suponía que él estaba mejor sin mí.
Toqué la puerta. Esta se abrió, y Zabdielme miró un poco nervioso.
—Creí que estabas molesto conmigo, Chris. —Miró hacia los lados.
—Lo estaba.
—¿Ahora dejaras de actúar tan inmaduro? —Puso una mano en mi mejilla y yo asentí.
—¿Para quién son las flores?
—Para nadie importante. —Respondí y las tiré a la basura.
Me miró un poco triste.
—Estás molesto, ¿cierto?
—No lo sé. A ti te va mejor con Richard, dímelo tú. —Sonreí.
—Él era la única persona que estaba para mí. Tú estabas molesto y... No supe a quién recurrir. —Contestó con la voz temblorosa.
—Oh, no te preocupes. —Quité su mano. —Ya pasó. Tú y yo no somos nada ahora.
Tenía por seguro que iba a arrepentirme de haber dicho eso, pero, ¿por qué seguiría con alguien que ni siquiera confía en mí y todos eran antes que yo?
—¿Me estás terminando indirectamente? —Su voz comenzó a desgarrarse.
Tomé un gran suspiro.
—Tómalo como quieras. Te agradezco el tiempo que me soportaste, y espero que no te encuentres a otro estorbo como yo. —Le dí una palmada en el hombro.
Mordió su labio inferior evitando las lágrimas y me fui de ahí.
Manteniéndome fuerte. Poco a poco fui destruyéndome, lentamente, como si estuviera muriendo segundo por segundo.
Caminé a paso lento, escuchando como Zabdiel me pedía perdón gritando, y sus sollozos. Mi mente estaba tan confusa, pero mi corazón estaba con el impulso de ir y abrazarlo, olvidar todo lo que le dije y permanecer juntos. Sí, lo amaba, pero eso no significaba que él podía seguir usándome el tiempo que quisiera. No tenía derecho a ir y ofrecerse abne otras personas solo porque estábamos peleados.Todo estaba más que hecho; perdí mi mejor amistad, perdí al posible amor de mi vida. Y tal vez pierda a mi mamá, de lo enferma que está. No tenía que permanecer amargado, así que pensé en una gran idea que podía funcionar para al final.
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Cáncer. » Chrisdiel.
FanficChristopher va de visita al hospital solo por su abuela, la cual tiene anemia. Un día, en un error de habitación, encuentra a un pequeño castaño con la mitad de su cabello rapado, pero eso no le quitaba lo lindo a vista del chico. Desde aquel día, C...