Mi madre nos sirvió la comida a todos, había hecho de comer pechugas de pollo a la cordonblue con papas a la francesa, claro, dicho así de manera sofisticada; de manera mas simple es presa de pollo rellenas con jamón y queso, y papas fritas. Durante la cena, podía sentir la mirada fija de Josh sobre mí, también podía sentir como Zac le daba pequeños codazos bajo la mesa para que dejara de hacerlo, provocando que me aguantara la risa. Para tratar de no pensar tanto en la mirada de Josh, comencé a escuchar la conversación que había sobre la mesa.
-Y cuéntanos Zac, ¿Qué has hecho de interesante en New York? –preguntó mi madre, siempre tratando de saber más de la gente-.
-Bueno, conocí muchos lugares interesantes, como por ejemplo la gran manzana, el edificio Empire State, fuimos a un concierto en el Madison Square Garden, y también visitamos lo que quedo de las torres gemelas...
-¡Que interesante! –comentó mi madre- ¿Y como va el tema de la escuela?
-Bien, apruebo todo con notas excelentes. Dentro de pocos años seré una abogado profesional... -dijo presumiendo su "sabiduría"-.
-¿Y tú Josh? ¿Qué estudias? –preguntó mi padre-.
-Estoy estudiando para ser doctor, pediatría para ser específico. Dentro de 1 año me recibo.
-¡Pero que casualidad! –dijo mi madre en un tono exagerado-. ¡Al igual que Tyler!
Bueno, quizás no sea un cretino como creí. Pero, ¿acaso no sabe que Zac odia a los niños?
-¿Ah si? –dijo Josh sorprendido, al parecer- ¿Y ya entraste?
-Estudio para entrar, aun que debo admitir que me cuesta memorizar cosas como los primeros síntomas de algunas enfermedades raras –admití entre leves risas-.
-Todo lo opuesto a mi, yo puedo memorizar cualquier cosa en cantidad de segundos –dijo Zac, pero nadie le prestó atención-.
¿Nadie le había prestado atención a Zac? ¿El rey no había sido escuchado? ¡Esto es increíble! Como si no hubiera escuchado nada, Josh siguió con nuestra conversación.
-Si a mi me pasaba exactamente lo mismo –dijo riendo- pero si queres, te enseño un par de trucos que conozco para memorizarlos con más facilidad.
-Claro, ¡seria genial! –dije contento-.
Sinceramente me encuentro sorprendido, mucho mejor chico de lo que llegue a pensar. Ahora entiendo eso de "no criticar a un libro por su portada". Interesante...
-¡Genial! –dijo mi madre- Espero que ustedes se lleven bien... -expresó refiriéndose a mi y a Josh-.
-Me parece una excelente idea que ayudes a nuestro pequeño Ty con lo de la facultad. –Dijo mi padre, en forma de aceptación, para esta familia siempre seré el bebé-.
-Sin ningún problema señor, hasta ahora su hijo es encantador –dijo guiñándome rápidamente un ojo-.
¡Esta confirmado! Este chico es excelente, perfecto. Lastimosamente, esta con Zac.
Todos nos quedamos sorprendidos por su comentario. Nadie esperaba un observación de esa clase. Zac, tratando de arreglar un poco las cosas, le pego nuevamente a Josh, el cual reacciono rápido y acotó:
-Es decir, ambos son un encanto... -le dio un pequeño beso en la boca a Zac-. Si me permite, de hecho, creo que toda esta familia es un encanto...
Mi madre se sonrojaba mientras que mi padre le daba una delicada palmada en la espalda a Josh. Ya habíamos acabado de comer.
-Estuvo exquisito señora –dijo Josh alagando a mi mamá-.
-Gracias cariño, pero aun falta el postre...
Claro, todo tenia que ser perfecto, y nada es perfecto sin la tarta de chocolate de arándanos y frutilla de mi madre. Su especialidad. Trajo una porción para cada uno dejándonos encantados a todos; si para algo sirve mi madre –además de ser metiche- es para cocinar.
Al terminar de comer, yo levante la vajilla de la mesa, mientras Zac y mi madre se iban a hablar a la cocina. Mientras recogía los cubiertos de Josh, este coloco su mano en la zona media de mi pierna –un poco más arriba de la rodilla pero no llegando al trasero-. Lo mire sorprendido y este dijo a la defensiva:
-No pienses nada malo, es que tienes una mancha...
Estire mi pierna hacia atrás y gire la cabeza para verificar si era cierto, y así fue.
Debo confesar que además de ser muy inteligente, agradable y halagador, Josh provoca cierto interés en mi ser; cada vez que su mirada se posa en mi o cada ves que su piel hace tacto con la mía, hay algo en mi, algo que no se puede describir con palabras... Algo especial, ardiente, impotente; algo fuera de mis rangos, algo que nunca antes experimente...
