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Ahora Josh se encontraba pegado a mi cuello, su respiración se sentía mas dado a que esta estaba mojado por mi reciente baño. Su boca subió lentamente hasta llegar a mi oído donde susurró sensualmente:

-Solo dime que no me quieres aquí y me iré... -dijo mientras besaba mi oreja-.

¿Pedirle que se vaya? Dios, este chico me ponía contra la espada y la pared. Solo que esta vez de verdad estaba contra la pared.
Quería decirlo, quería echarlo de la habitación, pero simplemente las palabras se rehusaron a salir de mi boca. Era como si mis hormonas estaban manejando mi cuerpo en ves de mi mente.

-Vamos Ty, dilo... -dijo pegándose aún más a mí- ¿No era lo que querías? Es solo una palabra, solo una y estaré fuera de aquí.
Cerré los ojos. Estaba furioso con el por haberme engañado la noche anterior, pero simplemente él siempre tiene cartas bajo la manga. Ante la proximidad de su cuerpo con el mío, su cálido aliento recorriendo mi cuello y sus besos en mi oreja; era jodidamente imposible negarse.

Dirigió su frente sobre la mía. Abrí lentamente los ojos para encontrarme con sus cálidos ojos color miel, ojos llenos de lujuria y deseo. ¡Maldita sea! No me aguantaba más, podía sentir un fuerte calor en mi entrepierna. Mis ojos se deslizaban entre su boca y sus ojos.

-Una sola palabra Ty, una sola... -sus labios rozaron los míos-.

-Quédate –dije entrecortado-.

-¿Quieres que me quede? – preguntó mientras las comisuras de su boca se doblaban formando una leve sonrisa de satisfacción-.

-Si –gemí, lleve mis brazos alrededor de su cuello-.

Josh no pareció dudarlo ni un segundo. Pegó sus labios a los míos uniéndolos en un gran beso. Primero fue lento, dulce, como si tuviera esa maliciosa intensión de que cada vez que nos tocáramos yo implorara por más. No paso más tiempo hasta que su lengua rozó la mía. Sus manos comenzaron a tocar mi abdomen desnudo, mientras estas bajaban yo podía sentir como el calor arrasaba con todo mi cuerpo. Sus manos se pasaron por debajo de la toalla que cubría mis intimidades; llevo sus manos a mi trasero desnudo y lo apretó con cierto desdén mientras yo subía su remera color carmesí.

Mi pecho comenzó a moverse de arriba abajo cuando alejó sus manos de mi trasero y las llevo hacia donde tenía hecho el nudo de la toalla, lo único que me mantenía cubierto en este momento.

-¿Tyler? ¿puedo pasar? –escuché la voz de Jordan detrás de la puerta, pegué un brinco y alejé a Josh inmediatamente-.

Le hice una seña para que se escondiera rápido en el baño mientras trataba de componerme nuevamente. Caminé rápidamente a la puerta y antes de abrir me aseguré de estar bien tapado.

-Jordan –dije finjiendo sorpresa- estaba a punto de cambiarme para poder irnos...

-Oh, está bien... Oye, ¿te sientes bien?

-Si... -hasta que su llegaste, maldito idiota- ¿Por qué lo preguntas?

-Estas increíblemente colorado, y tu respiración... Estas agitado –dijo afirmando- ¿Quieres que llame a Josh para que te revise?

-¡NO! -aclaré la garganta- digo... no hace falta, estoy bien. Solo deja que me cambie y nos vamos ¿está bien?

-Bueno, estamos todos esperando abajo, excepto Josh... ¿No sabes dónde podría estar?

Si... en mi baño con una gran erección sin solución.

-No... ni idea

-Bueno, si lo ves, dile que lo estaremos esperando....

-Bueno...

Cerré la puerta y busqué que ponerme rápido mientras Josh salía del baño. Me vió mientras me cambiaba recostado en la cama, podía sentir lo que quería, pero simplemente no iba a ser esta noche.

-¿Vas a ir? ¿O te piensas quedar todo el dia tirado en la cama mirándome como un pervertido? –insinué en un tono halagador-.

-Hmmm –lo pensó-. Es que eres tan malditamente sexy Tyler... -dijo sin sacar los ojos de mi cuerpo-.

-Suficiente por hoy Dun -dije colocándome una sudadera roja- entonces fuera de aquí y vete a cambiar –dije entre pequeñas risas-.

-Esta bien... ya voy

Paso por mi lado y llego hasta la manija de la puerta, no llego a abrirla porque retrocedió hasta donde me encontraba y depositó un beso sobre mis labios. –Eres mío Tyler. Solo mío -golpeó mi trasero y después desapareció por detrás de la puerta.

Perfection ; JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora