La entrevista

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Las cámaras se encendieron y millones de personas estaban viendo a Emma y a Regina en ese instante. Emma podía notar la presión en la mirada del Sr. Gold, sentado frente a ella, detrás de los cámaras.

- Bienvenidos a esta programación especial de la GDC. Mi nombre es Emma Swan y tengo el placer de anunciaros que tenemos hoy aquí con nosotros a alguien que ha llamado la atención del mundo entero durante años. Todos la conocemos por ciertos hechos, sin embargo, la mujer que tengo justo aquí a mi lado, hoy viene a hablarnos de algo completamente distinto. ¿No es así, Regina Mills?

- Así es. - saludó con un leve asentimiento de cabeza.

- Antes que nada quería preguntarte cómo estás. Todos sabemos que no estás muy acostumbrada a las cámaras pero deja que te cuente un secreto: yo tampoco. - las miradas de ambas se cruzaron, dejando entrever una tensión que no pasó desapercibida. En el rostro de Emma, había muchísimas connotaciones detrás de esa pregunta y de ese comentario.

Mientras tanto, Regina se aclaró la garganta tratando de ignorar el peso de sus palabras y esquivó la pregunta como pudo.

- Podría decirse que en medio de una operación. Si no fuera por las cámaras y la potencia de los focos pensaría que estoy en mi quirófano. - dijo con una medio sonrisa, tratando de ser amable con la presentadora.

Emma rió, aunque cualquiera que la conociera sabría que la risa fue para las cámaras y no para Regina. Intentó relajarse, tomar aire y trató que la situación no se convirtiera en algo extraño. No quería perder su trabajo ni incomodar a Regina. La expresión de la morena cambió en cuanto la rubia la miró con una sonrisa.

- Muy bien, entonces. A nuestra audiencia y a mí nos encantaría saber de qué trata el proyecto que tengo entendido que quieres llevar a cabo. Creo que todos tenemos alguna idea pero cuéntanos de nuevo, para los más despistados.

- Bueno, es un proyecto que aún está en formación y del que aún debemos modificar y mejorar cosas pero lo que pretende es dar una segunda oportunidad a aquellas familias, aquellas personas, que por cuestiones económicas o sociales no pueden costearse ni tienen la opción de ser atendidos y operados de cualquier clase de problema médico que padezcan. -explicó mientras miraba fijamente a Emma.

- Es realmente conmovedor -el tono de voz de Emma cambió en cuanto la pregunta salió por su boca. -¿Y cuál es tu motivación para llevar a cabo un proyecto benéfico como este? Porque, según tengo entendido, no cobrarías por tus horas en el quirófano. ¿Es así?

- Exactamente. Como he dicho, es un programa para ayudar a quienes lo necesitan y, personalmente, creo que todos debemos contribuir a cambiar el mundo para mejorarlo en todo lo que podamos. - Regina suspiró no muy segura de continuar.

Desde el día que hizo la llamada, Regina se había sentido nerviosa por su decisión y sabía que necesitaba ser sincera y hablar con el corazón si quería que la gente le diera otra oportunidad. Así que se armó de valor y continuó.

- Hace casi seis años abandoné esta ciudad y me fui a Finlandia con la intención de finalizar mi carrera y mejorar profesionalmente. Estando allí tuve la enorme suerte de ser acogida por el doctor Sidney Mirall que permitió que continuara mis estudios en su hospital y me asignó turnos dobles nocturnos en urgencias cada dos días para mejorar mis habilidades. Estando allí una de las noches, apareció un niño de no más de 9 años buscando ayuda para su abuelo enfermo de neumonía. Al parecer era una familia que atravesaba importantes problemas económicos y no podían permitirse comprar medicinas... Creo que fue a partir de ese momento, tras la mirada de ese niño, que algo se removió dentro de mí e hizo que quisiera hacer algo importante con lo poco que podía ofrecer.

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