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Desperté en una habitación de hospital y tenía conectado un respirador artificial. Era como un deja vu de hace unos años.

Un terrible miedo me invadió ¿Que me había pasado? ¿Otro accidente? Pero no sentía dolor en ninguna parte, sólo me sentía como si tuviera unos 92 años. Y además no recordaba nada, lo último que me acordaba era... ¡Por Dios Kyuhyun! Estaba a punto de encontrarlo ¿Era él ese chico que vi? Tal vez nunca podría saberlo, pero estaba casi segura que sí lo era...

Una sombra se acercó a mí y luego de unos segundos pude distinguir que era una enfermera rubia.

-¿Señorita? ¡Despertó!-Dijo emocionada -No haga esfuerzo, aún está muy débil -Me advirtió acercándose. -¿Cómo se siente?

Asentí con la cabeza en señal de una respuesta positiva.

-Está bien, no se preocupe. Llamaré al doctor para que la revise. -Sonrió por última vez y se fue por donde entró.

Me quedé mirando el techo y el foco blanco que en él estaba. Jamás en la vida me había sentido tan aterrada, ni siquiera hace diez años atrás. No sabía nada de lo que me había pasado, ni siquiera recordaba con claridad donde estaba. Y la enferma se había sorprendido tanto al ver que desperté ¡¿Cuánto tiempo había dormido?! ¡Por Dios! y no veía a nadie de mi familia cerca y la enfermera tampoco había dicho nada de ellos. ¿Y si no sabían nada?....

¿Y Kyuhyun? la razón por la que estaba ahí. Ya jamás podría encontrarlo, tendría que regresar a casa si estaba enferma.

Sería una tontería seguir con esto. Y además ¿Cuánto tiempo había pasado? La otra vez habían sido meses pero ahora podían ser años. Lágrimas empezaron a caer de mis ojos. Cada vez más.

Miré mis manos y aún se veían como lo recordaba, o sea sin arrugas u otro signo de edad. Pero empecé a llorar más.

Me escondí debajo de las sábanas y lloré desesperadamente. Sé que llorar no solucionaría nada ¡¿Pero cómo podía no llorar?! Ahora mi vida era un completo desastre. Lo poco que tenía (familia y trabajo) lo había perdido.

-No llores, pronto de recuperarás. –Sentí una voz que seguramente era la del doctor. Pero no podía dejar de llorar.

-Por favor...ya no llores –Volvió a pedirme pero su voz hacia que me acordara más de Kyuhyun. Su voz, como la del hombre del restaurant, también se parecía muchísimo a la de Kyuhyun.

Me saqué el respirador artificial, alejé las sábanas, me senté en la cama y me reflejé los ojos tratando de ver la cara del doctor. Levanté la vista y lo vi. Me quedé en shock. No lo podía creer. Era imposible.

Era Kyuhyun. El doctor era Kyuhyun, el chico que había estado buscando tanto tiempo y ahí estaba, viéndome con una profunda tristeza.

Sus rasgos faciales y su cuerpo habían cambiado tanto, pero era él. No había duda. Su pelo no había cambiado nada y era el mismo que había visto entre toda esa gente.

Se volvió a acercar, sacó su estetoscopio y puso el extremo en mi pecho para escuchar los latidos de mi corazón. Estaba tan paralizada que no sabía si mi corazón siquiera se movía o si latía agitado, pero Kyuhyun sonrió. Luego buscó mi brazo y medió mi pulso.

-¿Cómo estás? -Preguntó dulcemente pero como todo un profesional. -¿Te duele algo?

Me limité a mover la cabeza en forma de negación.

En eso entró otra vez la enfermera rubia con una bandeja repleta de distintos medicamentos.

Kyuhyun tomó un vaso con agua y unos de los remedios y me lo pasó.

Mi Chico PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora