20 - Final

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Me levanté de tan buen humor que limpié toda la cosa, y estaba preparando mi almuerzo (sólo un sándwich) cuando me llevé un susto de muerte. Era Kyuhyun que de la nada había llegado y me había abrasado por detrás. Me llevé un gran susto por que no había escuchado nada.

-¿Kyuhyun? ¿Qué pasa? -Me di media vuelta, sin poder zafarme de sus brazos, para saber que le ocurría pero ni siquiera pude verle la cara porque me volvió a abrazar con muchísima fuerza. Sentía humedad en mi hombro (lágrimas) y me empecé a preocupar.

-¡Kyuhyun, amor! ¡Dime que pasa! -Lo obligué a separarse de mí para que me dijera algo. Y pude conseguirlo aunque sea un poco.

Sus ojos estaban verdaderamente empapados pero sonreía de oreja a oreja.

-¡Me has hecho el hombre más feliz del mundo mi amor! ¡Te amo, te amo muchísimo! -Me volvió a abrasar.

-¡Kyuhyun! -Volví a separarlo de mí y rió al ver mi cara.

-Estás embarazada mi amor. Vamos a tener un hijo -Dijo ya más calmado. Por inercia me llevé las manos a la boca. No lo podía creer, no sabía que creer. No tenía ninguna ridícula enfermedad ¡Estaba embarazada! Y empecé a sentir lo mismo que Kyuhyun, esa eufórica felicidad.

-No lo puedo creer...

-¡Lo sé amor! -Me abrasó por tercera vez, empecé a llorar y me acarició el rostro.

-Sigo siendo un desastre Kyuhyun - Le dije mientras me secaba algunas lágrimas.

-¿Porqué? -Me corrió un mechón de pelo.

-Por que dejé que te enterarás antes que yo de que estoy embarazada -Reí y Kyuhyun me acompañó con la mirada más feliz que he visto en mi vida.

Esa noche fuimos a esa fiesta en el bar. Pero mi cabeza no estaba para una fiesta y en un momento necesité salir afuera para despejarme en la playa.

El mar se veía maravilloso reflejando el cielo nocturno. Pero mi mente estaba muy lejos. Miles de pensamientos iban y venían, preguntas que se contestaban solas y miedos que aparecían. Kyuhyun llegó en silencio y se sentó a mi lado también mirando al mar.

Lo miré y me di cuenta que en realidad si había cambiado y mucho. Sus rasgos de la cara ya no eran los mismos y sus ojos no miraban de la misma manera ¿Por cuántas cosas habrá pasado en estos diez años? Él había cambiado y yo había cambiado. Eso era inevitable, pero los dos nos seguíamos amando con locura y siempre lo seguriamos haciendo.

Me di cuenta que ya nada sería como antes. No sólo había estado buscando a Kyuhyun sino también que todo fuera como antes, como lo era hace diez años atrás en aquel pueblo. Nuestro pueblo, cuando éramos jóvenes e inocentes. Cuando no teníamos grandes preocupaciones y la pasábamos con nuestros amigos haciendo cosas sin importancia. Había encontrado a Kyuhyun pero esos tiempos no volverían. Todo había cambiado. Sólo me quedaban los recuerdos como consuelo.

-Kyuhyun... -Le hablé para que me mirara. -¿Crees que seré una buena madre?

Él me miró por unos segundos y luego sonrió con una inmensa ternura.

-Por supuesto que sí. Podrás ser un desastre para todo lo demás pero estoy seguro que serás una excelente madre. –Respondió y me abrazó.

Él tenía razón. Lo único bueno que había hecho en mi vida era estar con Kyuhyun y no quería decepcionarlo. Ni a él ni al bebé que venía en camino. Aunque me tuviera que esforzar el doble o el triple, tenía que ser una buena madre.

Es verdad que anhelaría mi vida de hace diez años pero ahora había empezado una nueva. Todo había cambiado, ahora sería madre y eso me llenaba de felicidad.

Al fin y al cabo me casaría y tendría un hijo del chico perfecto. Mi chico perfecto.


                                                                       FIN

Mi Chico PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora