El valiente y honesto hombre Kim JongIn.
—¡Papá, pero no quiero!
El chiquillo le gruñía a su mayor, mientras su entrecejo se arrugaba al igual que su nariz y sus labios.
—Nada de "no quiero". Irás porque ya pagué las clases y punto. Ahora quita esa cara y ve afuera con Lili.
—¡Pero yo odio los deportes!
—A ver JongIn... —. El más grande se detuvo y de mala gana puso sus documentos sobre el escritorio, después pescó al pequeño moreno del brazo y tiró de él hasta la puerta de su oficina. — Ya hablé. ¿No me escuchaste acaso? ¡Dime! ¡¿Me escuchaste?!
El castaño volvió a gruñir y bajó la mirada sintiendo ganas de llorar. Su padre era un monstruo, peor que los de las películas, peor que los que viven debajo de tu cama, peor que cualquier otro. Si había algo o alguien a quién temerle, era a él cuando se molestaba. Es decir, esa manera de hacer que sus ojos negros penetraran tu alma y te llevaran al infierno, vaya, tenía que ser un don o algo, era como la habilidad de intimidar a cualquiera sin importar el tamaño o la complexión. Debía aprender a hacer eso, para aplicarlo en un futuro.
—Sí...
—¿Sí qué, JongIn?
—Sí te oí padre.
—Bien, ahora regresa con Lili que yo tengo mucho trabajo por hacer —. Le repitió, abriendo la puerta para él y lo sacó de inmediato de su oficina, cerrando justo a sus espaldas por si se le ocurría voltear para seguir reclamando.
Ese día JongIn se retiró de ahí con un solo pensamiento en mente: heredar la mirada de su padre. Pero lo que él no sabía era que, en realidad, su progenitor había conseguido esa capacidad forjándola con el dolor; puliéndola con el engaño, la traición y la tristeza; adornándola de una fuerte sed de superación, poder y grandeza. No era que él quisiera ser así, sino que la vida le dio tantas patadas en los testículos que no le quedó otra más que adaptarse y volverse duro para luchar contra ella. A los ojos de su único hijo podría parecer un verdadero esperpento, pero únicamente quería lo mejor para él. Su niño debía tener lo mejor, aprender de los mejores, y saber que el destino siempre puede cambiarse con algo de dedicación y esfuerzo.
La discusión de ese día, se debía a que lo había anotado en un curso intensivo de deportes "masculinos": básquet, futbol (americano), natación, jockey y arquería. Deseaba que JongIn se perfeccionara en todos, y si finalmente le gustaba alguno, él lo apoyaría para seguir practicándolo, lo único que buscaba evitar era que su primogénito siguiera obsesionado con las mariconadas del ballet, ¿Qué hombre que se respete practica ballet? Jong sería víctima de bullying, y ni hablar de sí mismo, recibiría muchas burlas por parte de sus inferiores y no, no quería quedar mal de ninguna manera, ni que le restaran autoridad por tener un hijo de "modales finos". UHG, eso nunca.
Desde que los padres de JongIn se separaron, todo en su vida cambio para mal. No podía hablar con nadie de la relación que esos dos tenían, porque había que mantener las apariencias y a ojos de todos seguían juntos como una adorable familia feliz. Aunque no era así. Él debía turnarse para estar con cada uno, sobraba decir que prefería permanecer más con su mamá que con su papá. Ella tampoco lo apoyaba con eso del ballet. Decía que era por su edad y que lo superaría; pese a que no le gustaba la idea, mínimamente se limitaba a ignorarlo y mandar al mayordomo de su casa para que lo llevara a las clases.
Su mamá era mucho más despreocupada que su padre, un día JongIn decidió fugarse e ir solo al salón de baile, los mayordomos notaron su ausencia y se preocuparon mucho, pero en cuanto le avisaron a ella: "Está pasando por una etapa difícil, es su transición a la adolescencia, ya vendrá no lo busquen". Su madre decía que mientras entrara en razón después no pasaba nada, de todas formas un día iba a casarse y sentar cabeza, así entendería lo complicado que es manejar el trabajo, un matrimonio funcional y un hijo rebelde, y dejaría de juzgarla. En realidad, el moreno no los juzgaba, pero a la mujer le encantaba hacerse la víctima.
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Hot Line, Movil Chat [KaiSoo/ChanSoo]
Fanfiction*Llamada entrante* -Pervertido No.1- *Mensaje nuevo* -Pervertido No.2- Sí, sí. "Violeta no termina un fic y ya esta escribiendo otro". Pero es que ya les dije que cuando me llega una idea tengo que escribirla o se me va y nunca más vuelve a aparece...