Capitulo 28

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   En el capítulo anterior ...

   Hacienda Las Dianas II

   Algunos empleados de la granja se despiertan con el ruido de alguien golpeando la puerta. Que llaman Victoriano.
Cuando ambos llegan perciben que se trata de Miguel, completamente borracho.

   - Miguel, ¿qué hace aquí a esa hora es en esas condiciones? - pregunta Victoriano.

   - ¡Vamos, Victoriano! ¡Tú y yo! ... ¡Vamos a resolver esto como hombres! ¡Ahora!

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   Victoriano no estaba entendiendo nada.

   - Miguel, estás borracho y no estás diciendo cosas con nada. - dijo Victoriano.- ¡No sé cómo pudo llegar aquí de esa manera! - dijo él acercándose a Miguel.

   - ¡No estés preocupado conmigo, Victoriano! - dijo él empujando. - Para usted sería muy conveniente que sucediera algo conmigo, no es ?!

   - Pero, ¿de qué estás hablando, hombre?

   - De la Inés! ...¡Sabe muy bien que es de ella que estoy hablando! - Miguel decía mientras se tambaleaba.

   - ¿Qué quiere decir? ¿Qué hubo con Inés?

   - ¿Qué pasó? ... ¡Ahora, qué ha pasado! ... ¡Qué te ha pasado, tu desgraciado! - dijo Miguel intentando dar un golpe en Victoriano que sólo se esquiva.

   - ¡Deja, Miguel! ... ¡No voy a pelear contigo! - dijo Victoriano.

   - Pero quiero romper su cara, Victoriano Santos!

Miguel intenta golpear a Victoriano de cualquier manera, y él siempre esquivando. Pero uno de los golpes de Miguel golpea a Victoriano. Él revuelve y Miguel sólo aguanta uno.

   - ¡Mi madre, patrón! ¡Usted mató al señor Miguel! - dijo el Artémio

   - ¡No diga tonterías, Artémio! ¡Está noqueado! ¡Mucho más por la bebida que por el puñado que di!Ahora me ayude a llevarlo hacia adentro.

   Los dos, con mucha dificultad, consiguen llevar a Miguel y colocarlo en una de las habitaciones.

   - ¡Listo! - exclama Victoriano al jugar a su amigo sobre la cama. - Vamos a dejarlo ahí. Mañana será mejor y podremos hablar.

   ***

   En la mañana siguiente…

Victoriano, Débora y Diana tomaban el desayuno, las dos habían notado que Victoriano tenía una marca en la cara.

   - ¿Qué marca es esa en su cara, corazón? - pregunta Débora.

   - Nada de más. Vamos a decir que un caballo me dio un coice.

   Fue cuando apareció Jacinta.

   - Patrón, el señor Miguel se despertó.

   - Seguro, Jacinta. - dijo.

   - ¿El tío Miguel durmió aquí? - pregunta Diana.

   - Dormía. - dijo Victoriano. - Él bebió demasiado y acabó viniendo aquí. Y me pareció mejor que él durmiera por aquí, que conducir por ahí, de madrugada y sin la menor condición.

   - Quiero decir que Miguel se llena de su cara por ahí, y después viene a acá para molestar? - dijo Débora.

   - Para el comienzo de conversación, Débora, Miguel es mi mejor amigo y es bienvenido aquí la hora que sea. - dijo Victoriano.

Fuiste Mía (em espanhol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora