Capitulo 30

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En el capítulo anterior ...

- Morenita, te amo y me amas. - dijo él abrazándola detrás. - Entonces, ¿qué nos impide quedarnos así, juntinhos?

- ¿Quieres saber lo que nos impide? - dijo ella volviéndose hacia él y cogiendo su mano izquierda mostrando la alianza.- ¡Para empezar, eso aquí! - se suelta de él.

- Inés, yo ...

- Victoriano, usted puede haber olvidado sus principios, pero yo no ¡Yo ya te dije! ¡No voy a ser amante de nadie!

- ¡Y no es eso lo que quiero!

- Entonces, ¿qué quieres? ... ¿Qué quiere de mí, Victoriano?

Esta era una pregunta que tal vez, ni él supiera responder, por el momento.

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Victoriano sale de la casa de Inés consciente de lo que tenía que hacer. Quería Inés a su lado, quería su morenita. Pero lo que tendría que hacer no sería nada fácil. Inés, finalmente, llegó al restaurante.

- ¿Dónde estaba Inés? - pregunta Isabel.

- En casa. - dijo Inés.

- Todo ese tiempo? ¿Lo que estaba haciendo?

Inés mira a su hermana con una cara como si estuviera diciendo, "me parece mejor no saber.".

- Bueno ... Lo que importa es que estoy aquí.

- ¿Quieres saberlo? ... Bien que has llegado sólo ahora. - dijo Isabel.

- ¿Por qué? ¿Qué paso?

***

Mientras tanto, Débora daba una manera de poner su plan yo práctica. Necesitaba poner la culpa en alguien de los desvíos de dinero, y ella ya tenía la víctima perfecta.

- ¿Alo? ... Elías?

- ¿Qué quiere, Débora? ¡Estoy lleno de trabajo, aquel vaquero está sacando mi coro!

- Arregle nuestro "naranja" perfecto.

- ¿En serio? ... ¿Quién?

- Alejandro Huerta!

Elías se entusiasmó con el plan de Débora, incluso porque, si consiguiera sacar a Alejandro del camino, tal vez consiguiera reconquistar el corazón de Diana.

***

De vuelta al restaurante ...

Inés estaba afligida.

- ¡Aquel maldito demonio! ¡Vino para hacer de mi vida un infierno! - exclama ella.

- Si no fuera por Miguel, ni sé lo que aquel miserable habría hecho conmigo ¿No es el caso de usted hablar con Victoriano? Al menos para contarle lo que Loreto quiso hacer contigo.

-¡Sá loca, Isabel? ... -dijo Inés. Si Victoriano lo sabe, él va detrás de Loreto y lo matará con sus propias manos. Y no quiero que sea arrestado.

- Creer, peor será si descubre todo eso por otra persona.

- Yo se. Pero no es fácil.... Sabes ... Victoriano me buscó otra vez.

- ¿Otra vez? ... ¿Y qué quería ahora?

- Nos besamos.

- ¡¿Qué?! De nuevo?! ... Caramba, Inés! - dijo Isabel con reprobación.

- ¡Lo sé! ... Y aún tiene más.

- Más?! ... ¡No me digas que ustedes ...! ¡Inés, el Victoriano está casado!

Fuiste Mía (em espanhol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora