Capitulo 44

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Hola, mis flores preciosas ...

Más una hermosa historia llegando al fin, y agradezco inmensamente a quien me acompañó hasta aquí. Inés y Victoriano pasaron por muchas cosas, vamos a saber cómo será ese desenlace.
Quiero dedicar ese capítulo a todas ustedes, pues fueron muy importantes para que esa historia se desarrollara, me dieron su incentivo y principalmente su amistad. ¡Y eso, son cosas que voy a llevar conmigo siempre!

¡Espero que les guste el capítulo!

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ÚLTIMO CAPÍTULO (PARTE II) - FINAL.

En el capítulo anterior ...

Mary mordió a uno de los hombres y logró salir corriendo. Pero acabaron llevando a su hermana menor. Mary no pudo hacer nada más que ver, mientras su hermanita gritaba y lloraba. al percibir que los hombres desistieron de buscarla, ella vuelve a donde está el conductor herido, agarra el celular y se conecta a casa.

- ¿Aló? - atiende a Inés.

- ¡Aló, abuela! - dijo ella afligida.

- Mary! ... Mary, querida, ¿qué fue?

- ¡La llevaron, abuela! ¡Tomaron a Naty! ¡La cogió, abuela!

Inés se queda en shock.

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Un tiempo después, Inés estaba en la habitación siendo cuidada por un médico, y Victoriano a su lado.

- ¿Victoriano? ... ¿Qué pasó? - ella pregunta medio confusa.

- Calma, morenita. No se exalte, por favor.

- Tiene razón, señora Inés. En su estado, si se exalta no es bueno. - dijo el médico.

- En mi estado, ¿cómo? - pregunta.

- ¿Qué tiene mi mujer, doctor? - pregunta Victoriano.

- Nada, señor Santos. Después de todo, el embarazo no es enfermedad. - dijo el médico.

Inés y Victoriano se asombran.

- ¿Me estás diciendo que estoy embarazada?

- Si señora. De pocas semanas, pero está.

Victoriano no podía decir nada, de tanta felicidad. Pero, sin embargo, el clima estaba tenso.
Después de que el médico se fue, Inés y Victoriano conversaban.

- Me perdone, mi amor. - dijo Inés con tristeza.

- ¿Por qué me estás pidiendo perdón, morenita?

- Porque no puedo estar feliz, sabiendo que nuestra princesita está en las manos de Dios sabe quién.

- Yo lo se mi amor. estoy feliz con esta noticia de su embarazo, pero también estoy muy preocupado por Naty. - dijo Victoriano.

- Es mejor no decir nada a nadie, por ahora.

- Está bien, morenita. Pero me promete que vas a tratar de estar tranquila, está bien?

- Yo prometo. - dijo Inés.

Mientras tanto, en la sala, Isabel y Diana intentaban calmar a Alejandro e Isabel.

- ¡Dios mio! ¡Mi hijita! - decía él en desesperación. - ¿Quién puede haber hecho una cosa así?

- Por más que la situación sea difícil, no podemos desesperarnos, mi amor. - dijo Diana.

Fuiste Mía (em espanhol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora