Capitulo 36

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Alejandro resuelve salir de la habitación. No quería dejar a su madre agitada, pero tampoco estaba obligado a quedarse en el mismo ambiente que Victoriano.

- Creo que se puso enojado. - dijo Inés.

- No te preocupes, Inés. yo hablo con él. - dijo Diana. - ¿Mi padrino te hace compañía, por el momento, cierto Don Victoriano?

- Por supuesto. - dijo.

Diana sale, dejando a Inés y Victoriano a solas.

- Diana es un amor de persona. - dijo Inés.

- Sí. Ella es increíble.

- No entiendo por qué Alejandro no le gusta. ¿Hizo algo para él? - pregunta.

- No. Nuestro hijo tiene el genio mucho ... - dijo Victoriano sin querer.

- ¡Espera! ¿Dijo que Alejandro es nuestro hijo? - se sorprende Inés.

Victoriano se condenó por la estupidez que había hecho. Aquel todavía no era el momento para Inés saber de aquello. Pero estaba hecho, no era más que lamentarse.

- ¿¿Por qué no me contestas?? - dijo ella.

- Calma, Inés. Necesitamos hablar. Pero tiene que prometerme que no se va a exaltar. ¿Está bien? - dijo Victoriano.

Inés indica que sí con la cabeza.

- Muy bien, vamos. ... - dijo. - La respuesta es sí. Alejandro es nuestro hijo.

- ¿Eso quiere decir que tú y yo, somos ...?

- ¿Casados? ... No.

-  Pero entonces…?

- Esa es una larga historia. ... Voy a tratar de contestarla como usted me contó, meses atrás.

- Entonces, esa es otra de las cosas que debería recordar?

- Sí.

*** ***

Fuera del hospital.

Alejandro y Diana caminaban.

- Usted tampoco facilita en nada, no Alejandro? - dijo Diana.

- ¿Y por qué tendría que facilitar algo para ese hombre, Diana?

- Pues, porque él es su padre, ama a su madre y usted también.

- ¿Por qué la abandonó embarazada, para empezar? ... ¿Por qué nunca nos buscó?

- Usted no sabe cómo sucedieron las cosas, sé que está enojado, cualquiera se quedaría. Pero usted necesita calmarse y pensar con claridad. Todo lo que sabes fue lo que un desconocido le contó. Usted ni siquiera oyó el lado de sus padres en toda esta historia.

- Mi madre está sin memoria, Diana. Creo que ni siquiera si ella quisiera, podría contarme algo. - dijo Alejandro.

- Pero, al parecer, ella contó toda la verdad a mi padrino. ¿Por qué no conversa con él, hum?

- Yo no sé.

*** ***

De vuelta al cuarto de Inés.

- Y esa es toda nuestra historia, Inés. - dijo Victoriano.

Inés nada decía, estaba medio perpleja d confusa.

- ¿Está bien, Inés?

- Sí. ... Es que ... ¡Uau! - dijo ella. - ¡Es mucha información!

- Lo sé, lo siento. Es que no he visto otra manera de contarle que no fuera esa.

Fuiste Mía (em espanhol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora