Capitulo 32

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En el capítulo anterior ...

- ¿Inés? ... ¿Qué hace aquí?

- He venido a hablar contigo.

- Si es para pedirme que retire la queja y saque a su hijo de la cárcel, está perdiendo su tiempo.

- Necesitamos tener una conversación muy seria, Victoriano. Y yo no voy a salir de aquí, ni te vas, hasta que me escuche. - dijo ella bastante decidida.

Victoriano percibió, por la mirada de Inés, que el asunto era grave."¡Dios mío, dame fuerzas y no me abandone en ese momento!" pensó Inés.

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Inés estaba decidida. Aunque eso fuera lo más difícil que tuviera que hacer.

- Muy bien, Inés. - dijo Victoriano. - ¿Qué quiere hablar de tan serio?

- Usted está cometiendo un error terrible. Alejandro es inocente.

- Desgraciadamente, las pruebas dicen lo contrario.

- ¡Estas pruebas son falsas! ¿Por qué no?

- Inés, yo entiendo. Usted es su madre, es lógico que para toda la madre, el amor es incondicional. Pero él cometió un crimen y tiene que pagar. Lo siento mucho.

- ¡No subestime mi amor de madre, Victoriano! ... ¡Si mi hijo fuera realmente culpable sería la primera en querer que él pagara por cualquier crimen que fuera! ... Sucede que él no lo es. Lo creé. Lo enseñé a ser un hombre de bien ... Igual a su padre. - dijo Inés con la voz embargada y mirando en el fondo de los ojos de Victoriano.

- ¿Qué quiere decir?

- Victoriano ... Necesita sacar al Alejandro de la cárcel no sólo por ser inocente y por ser mi hijo. ... Necesita sacarlo de la cárcel porque ... ¡Porque él también es su hijo!

El semblante de Victoriano se transformó.

***

Casa de Inés.

Isabel conversaba con Miguel.

- Pero, ¿qué te estás diciendo, Isabel? ... Alejandro es hijo de Victoriano?

- Sí, Miguel. Le estoy contando porque pronto todos tendrían que saber tarde o temprano. Y Inés también me autorizó.

- ¡Caramba! ¡Como ese mundo es pequeño! ... Padre e hijo estaban tan cerca y sin saberlo.

- Bueno ... Esa realidad va a cambiar brevemente. - dijo Isabel pareciendo preocupada.

- ¿Como asi?

- Inés cree que ese puede ser la única manera de sacar a Alejandro de la cárcel. Entonces, una hora de esas, ella debe estar jugando esa "bomba" en el regazo del Victoriano.

- Pero y no entiendo, Isabel. ¿Por qué ocultó esos años todos del Victoriano que tenía un hijo?

***

De vuelta a la Hacienda Las Dianas II.

En la cascada ...

Victoriano miraba a Inés. Su mirada era una mezcla de tristeza e indignación.

- No, no, no! ... Eso no es verdad, no puede ser! - dijo.

- Es la verdad, yo juro.

- ¡No puedo creer que usted sería capaz de inventar una historia de esa para yo retirar la queja de su hijo! ... No juega con eso, Inés!

- No es broma, Victoriano. Sí, por el bien de mi hijo, de mi familia, yo sería capaz de muchas cosas. Pero no jugaría con algo tan serio. Yo juro por mis netas. Usted es el padre de Alejandro.

Fuiste Mía (em espanhol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora