Juguetes juguetones

4.4K 334 19
                                    

Su cara de pánico lo dice todo. Intenta rectificar y ocultarla, por supuesto, pero ahí esta, por unos breves momentos. Tampoco es como si eso fuese a echarme para atrás. Oficialmente este chico es una de mis propiedades, y como tal puedo hacer con él lo que se me antoje. No suelo tocar a los esclavos de la empresa mas allá de la prueba de aptitud. Jace ya es otra cosa, a él le gusta tomar de vez en cuando a algunos, incluso entrenarlos con sus peores fantasías con la excusa de que con un cliente se pueden encontrar de todo... pero dado que este esclavo nunca podrá ser vendido pues al menos lo entrenaré a mi antojo. Será moldeado a mi gusto.

Me sorprende que, sin tener que repetírselo, se ponga en pie y camine hacia la cama completamente desnudo, con la jaula colgando alrededor de sus genitales, endureciendo de nuevo mi miembro viril. Si, definitivamente hay algo interesante en la dulce inocencia del florista.

Recojo uno de los juguetes que él mismo escogió esta tarde, llevándolo conmigo tras sus pasos, observándolo detenidamente. - Sobre tus rodillas. En el centro de la cama, frente a la pared. - y ahí está de nuevo la duda en su mirada. Voy a tener que poner toda mi paciencia en él. Sin embargo debe haber alguna especie de mecanismo en él que le lleva a obedecer, o quizá simplemente recuerda que se ha vendido y por tanto no le queda otra... la cuestión es que tengo frente a mi una espalda fuerte y unos glúteos bien definidos. Y oh si, definitivamente esto es apetecible.

Me acerco a él, paseando mi dedo índice desde su nuca hasta el final de su espalda en línea recta, repasando su columna con suavidad. Su piel es caliente, tersa y suave como la de un melocotón. Otro punto a su favor. -¿Recuerdas que te he dicho esta tarde sobre los juguetes que has escogido? No iba en serio...por supuesto que tienes que probarlos. Al menos siendo yo quien te entrene... y créeme, no tienes elección ahí. - Giro hasta colocarme frente a él, extendiéndole el fino vibrador metálico que ha traído consigo desde el centro de entrenamiento. Me he sentido tentado de elegir el realístico. Mas grande, mas moldeable... pero si realmente el chico es tan casto y puro como parece prefiero que empiece con una experiencia dura pero con un sabor dulce. -Usa lubricante si lo necesitas... pero quiero verlo dentro de ti y no quiero esperar toda la noche, así que a ello.

Observo minuciosamente su rostro, viéndolo pasar por todos los colores. Suspiro rodando los ojos. -No me jodas, ¿ni siquiera te has masturbado nunca? -¡Que tiene veinticuatro años! Yo a mis diecisiete había jugado ya con una docena de juguetes. Por aquel entonces era mas tranquilo con respecto a los hombres y el amor... aun creía en los enclaves. En la pareja perfecta. En el amor. Ahora se que solo son cosas de críos y soñadores pese a, irónicamente, tener un esclavo enclave.

    ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄ ✂ ✄   

Noto como pasea a mi alrededor observándome como si se tratase de un buitre. Realmente empiezo a pensar que sus ancestros tenían parte de buitres. No puedo dejar de observar fijamente el pequeño vibrador que sostengo entre mis manos. Suspiro dejando salir todo el aire de mis pulmones. Supongo que no me queda otra alternativa que hacerlo. -Claro que me he masturbado...es solo... me he limitado a mi pene, nada mas. - La curiosidad había aparecido algunas veces, claro que si... pero joder, he vivido toda la vida con mis padres y siempre ha habido mucho trabajo... no es como si estuviese cómodo encerrado en mi cuarto metiéndome algo por la puerta trasera.

Recuerdo vagamente a alguien nombrándome el hecho de que hay lubricantes y preservativos varios en los apartamentos de todos los esclavos así que sin querer pensarlo mucho me acerco a la mesilla y abro el primer cajón, encontrando justamente lo que buscaba. Un pequeño bote de lubricante en un color rosado, probablemente tenga sabor. Uno bastante mas grande de un color naranja que de ninguna forma permite ver el líquido que contiene... y un tarro de lo que imagino será lubricante en crema. Opto por el mas manejable, importándome bien poco si tiene o no sabor. En cuanto sale del envase no queda lugar a dudas. Es de fresa. El olor dulzón llena todo el ambiente.

The heart never liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora