Sexo y ventas

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Su orgasmo resulta un shock para mi. Por un lado verlo descargarse con tal furia, manchando los pechos de ambos, su cara de placer extremo pese a ser su primera vez... pero sus palabras me dejan descolocado. No se si ha sido el impulso del momento o realmente hay algo mas, pero no es algo en lo que quiera pensar ahora. Será mejor dejarlo pasar.

Presiono mas mi cuerpo contra el suyo, notando como su interior se estrecha mas a mi alrededor, presionando mi pene y haciendo mas intenso cada roce. -Oh joder, Magnus... es un gustazo hacerlo contigo, cariño. - Pese a que se ha corrido hace apenas unos segundos, su pene vuelve a mostrar signos de actividad. Sonrío ante esto, deteniendo las embestidas todavía dentro de él, clavado lo mas al fondo posible. -¿Necesitas un minuto?¿Estas bien?- Me cuesta horrores no comportarme como un salvaje. Se que no lo está pasando precisamente mal, solo hay que verlo...pero me he prometido a mi mismo darle una buena primera vez, y para eso es muy importante que se sienta cómodo.

Su respiración está agitada y un leve jadeo escapa de su garganta cuando me incorporo, retirando la presión de sus piernas, dejando que sus talones vuelvan a apoyarse en la cama, mi miembro todavía dentro de él, dejando notar las palpitaciones de mi corazón como para recordarme que sigue ahí.

Me aparto un poco, sintiendo de pronto el frío al abandonar su interior. Veo la mueca en su rostro al mismo tiempo que una mirada de preocupación brillando en sus ojos, lo que me hace sonreír y acercarme a él, besando sus labios con cariño. -Tranquilo cielo...esto no ha hecho mas que empezar, te lo prometo. - Acaricio su mejilla, observando sus ojos mas tranquilos ahora, oscurecidos y con ese brillo curioso que tanto me gusta. Oh si, el angelito casto de Kansas ha resultado ser todo un juguetón, y eso me encanta.

Llevo mis labios en un camino de besos por su pecho y su vientre, notando su miembro semi erecto golpeando mi barbilla cuando estoy suficientemente cerca. Sin pensarlo demasiado, lamo desde su base hasta la punta, rodeándola con la lengua antes de introducir su pene hasta mi garganta, notando como se endurece con rapidez, haciendo escapar un sonoro gemido de los labios del moreno. -Se siente bien, ¿verdad? - Le guiño un ojo y repito la acción hasta conseguir una erección perfecta y dura, lista para seguir con la noche. Me gustaría tanto ahora impedir que se corriese...hacerle aguantar hasta que yo mismo no pudiese mas...pero quiero que disfrute esta noche. Ya habrá tiempo para todo lo demás. -A cuatro patas, Magnus. Quiero ver como mi pene te llena. - La reacción es casi inmediata. Es casi imposible comparar a este chico con el de aquel primer entrenamiento. Se sonrojaba y dudaba ante cualquier orden...y este hombre que tengo ante mi es como si simplemente quisiese mas de lo que pueda darle. -Tan servicial...tan hermoso. - Acaricio sus nalgas expuestas frente a mi, inclinándome para morder una de ellas, tersa pero a la vez tierna.

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Un latigazo de puro placer va directo a mi erección tras ese mordisco, obligándome a morderme la lengua para no jadear tan fuerte. -Señor, por favor...- desde que ha salido de mi no puedo pensar en otra cosa que en él llenándome. Se siente tan bien... y joder, se que no ha logrado un orgasmo todavía. No quiero ser degradado a un clase B después de tanto esfuerzo y entrenamiento. -Por favor...- Inconscientemente muevo mi cadera hacia atrás, buscando su contacto. Y llega tan abrupto y tan directo que me incorporo de golpe con un gemido que debe haberse oído hasta en recepción, sintiéndolo caliente y palpitante en mi interior.

Sus manos vagan por mi espalda, sin empujar pero presionando levemente hasta que las mías vuelven a estar apoyadas sobre la cama, quedando mi cuerpo perpendicular al suyo. Noto sus labios presionándose con suavidad entre mis omoplatos y cierro los ojos, queriendo sentir cada caricia y cada toque únicamente valiéndome del sentido del tacto. Ninguna primera vez podría imaginarse como esta y sin embargo esta siendo increíble.

Noto como se desliza despacio hasta hacerme sentir vacío de él para luego hacerme arquear al entrar en mi con fuerza y rapidez, exigiendo un gemido que no dudo en darle, provocando que repita el movimiento, su cadera chocando contra mi trasero como si estuviesen hechos para encontrarse de esa forma. -Señor... dios mio...- siento su mano en mi miembro, masturbándome al tiempo que las embestidas se hacen cada vez mas rápidas pese a seguir siendo bruscas y directas, enviando oleadas de placer a todo mi cuerpo cada vez que entra en mi. No puedo soportarlo mas y termino corriéndome una vez mas, esta vez sobre su mano y la cama, gimiendo alto al sentir todavía su movimiento contra mi. Me siento en el cielo al tiempo que todos mis músculos están agarrotados pese al entrenamiento de Hodge. Siento como si mis brazos fuesen a fallarme en cualquier momento.

Una estocada mas fuerte y directa que todas las demás y Alec se queda quieto, nuestras caderas completamente pegadas mientras siento como se corre dentro de mi, algo que incomprensiblemente, me llena de orgullo. Sin embargo, es tarde para arreglarlo cuando se desliza hasta salir de mi, apartándose de la cama y desapareciendo de mi vista. El temor me inunda. ¿Acaso he hecho algo mal? Hablar mas de la cuenta, Magnus. Como siempre. Te pierde ese ansia charlatana. 

Suspiro agotado, física y mentalmente, pero pese a que solo quiero dejarme caer en la cama, me mantengo en mi posición. Hazlo bien esta vez, no te muevas hasta recibir una orden.

Alexander es tan silencioso que ni siquiera me percato de que ha vuelto hasta que noto algo suave y tibio recorriendo mi trasero. Abro los ojos de golpe, percatándome de que me esta limpiando. Suspiro de gusto, pues aunque todo ha sido placentero puedo notarme adolorido. Quizá demasiado para una primera vez. Y ha pagado por toda la noche, no lo olvides.

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Dejo la toalla a un lado en cuanto el cuerpo de Magnus esta completamente limpio, pasando dos dedos levemente por su columna hasta alcanzar su nuca, donde poso mi mano y atraigo su rostro para besarlo con suavidad, sonriendo a esos ojos dorados que me miran con duda. -Puedes moverte, ¿sabes? No eres un esclavo esta noche, ya te lo he dicho. Quiero que estés cómodo y disfrutes. 

Mi sonrisa se acentúa al ver que se sienta, no sin dar un respingo al apoyar su trasero sobre la cama. Me tumbo a su lado, indicándole con un gesto que se tumbe conmigo, acomodando su cabeza sobre mi pecho, llevando mi mano a ejercer leves caricias en su revuelto cabello. -Lo has hecho muy bien, Magnus...cualquier hombre de este país pagaría lo que quisiéramos pedir por ti. - Me estiro a darle otro beso, incapaz de dejar de besar esos labios. Sin embargo noto que, pese a responderme, no es como las otras veces. -Magnus...mírame.  

Sé por qué esta aquí. Por qué se quiere vender a nosotros. Por qué necesita el dinero. Helen es demasiado buena en su trabajo, en cuanto le pedí que investigase el pasado de Magnus enseguida dio con la precaria situación financiera de su familia. No quiero hacerlo, no quiero contárselo, pero tampoco es bueno mantenerlo a mi lado. No es lo que él quiere, tampoco. Mi equipo me ha ayudado a conocer sus ideales...él desprecia todo esto de los esclavos. Por mucho que nos pertenezcamos, él nunca querrá ser mio... y me odiaría a mi mismo teniéndolo aquí en contra de su voluntad.

-No voy a venderte a ningún hombre. - Abre los ojos con sorpresa, incorporándose de mi pecho. Está a punto de empezar a protestar cuando me incorporo también, uniendo mis labios a los suyos para evitar sus quejas. -Tu familia no necesitará el dinero a partir de ahora. He hecho un ingreso que cubrirá vuestras deudas... e incluso dará para un poco mas...si quisieras completar la universidad o cualquier otra cosa...-Llevo mi mano a su mejilla, haciéndole una leve caricia. -Es mi pago, por esta noche. Se hará efectivo por la mañana, en cuanto salgas de esta habitación.

The heart never liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora