El amor de tu vida #1 | Yandere Simulator (Ayano x Male Rivals)

Semana 3: Kizano Sunobu

        Y así es como después de los acontecimientos ocurridos en la escuela privada "Akademi High School" la cual se convirtió en un matadero al ser el lugar donde murieron varios alumnos seleccionados aparentemente al azar. La estudiante acusada por el multi-asesinato, Koharu Hinata, fue sentenciada a 25 años en prisión sin derecho a libertad condicional.

Ayano nunca fue alguien que disfrutara ver las noticias, pero no se perdería por nada del mundo este reportaje que daba a relucir su gran trabajo. Veia con satisfacción como las lágrimas de la peliverde brotaban sin parar y como sufría al estarla separando de sus padres. Si, definitivamente se podría acostumbrar a todo eso.

Siguió escuchando hasta que dieron las 6:40, tenía que irse a la escuela ya. Apago la televisión y tomo dos manzanas antes de salir y encontrarse para su sorpresa con Osano junto a su buzón esperándola. Cuando este la vio, frunció el ceño y llevo ambas manos a su cintura mientras que movía levemente sus caderas.

—Tonta, duérmete más temprano. Siempre me haces esperar.

—Oh, creí que acababas de llegar. Pudiste haber tocado y te hubiera invitado a pasar, baka.

— ¿E-Eh? ¡Ca-Cállate y vámonos ya! ¡No quiero llegar tarde por tu culpa!

La más baja sonrió y se colocó a su lado para que empezaran a caminar, le entrego una de las manzanas y este la acepto con un bajo gruñido que la otra no logro captar.

Osano en vez de comer la fruta prefirió quedarse un poco atrás y ver detenidamente a la pelinegra sin que esta lo notara. Por extraño que sonase le parecía que su peculiar amiga empezaba a interesarle de otro manera, más exactamente de forma romántica; se percató de eso la semana pasada cuando sentía su cara arder cada vez que ella lo alimentaba en la boca y  que le sonreía al escuchar que le gustaba lo que había cocinado.

— ¿Qué te pasa?— inquirió Ayano al voltear a verlo y notar la insistente mirada que tenía sobre ella.

—N-Nada— dijo apartando rápidamente la mirada.

—Tienes que desayunar algo, se supone que esta es la comida más importante de todas.

—Agh, ya estas empezando a sonar como ese imbécil de cocina.

—No es un imbécil y mejor comete ya la manzana antes de que se pudra. ¿O qué? ¿Quieres que te vuelva a alimentar como a un bebé?— menciono con una sonrisa maliciosa a la vez que le arrebataba la manzana.

— ¡Aléjate de mí, l-loca!— grito preocupado por su propia salud mental y sin esperar más salió corriendo.

— ¡No seas cobarde y vuelve aquí!

Ambos empezaron una cómica persecución en la que Osano intentaba alejarse de la azabache y esta quería detenerlo para que comiera. Corrían sin parar importándoles muy poco las miradas curiosas, divertidas, enternecidas y reprochantes de la gente que pasaba por ahí. Ese divertido y extraño momento era exclusivo para ellos dos y no dejarían que nadie llegase para arruinárselos.

Ayano no podía dejar de reírse, para ella sí que era extraño soltar una carcajada que no fuera por su locura momentánea, pero le estaba gustando mucho hacerlo. Tal vez debería intentar hacerlo más seguido. Osano debía admitir que igual se estaba divirtiendo un poco, o lo hacía hasta que choco con uno de los árboles de cerezo de la entrada.

La yandere aprovecho eso y salto sobre su espalda para evitar que siguiera huyendo, eso provoco que ambos no soportaran el peso desequilibrado y terminaran cayendo al suelo. En donde Ayano otra vez estaba sobre el pelirrojo y este no podía reaccionar para escapar de aquella situación.