Capítulo 11.

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Al principio incredulidad cruda fue lo que tuvo al ver el casco, jamás se había preocupado demasiado por su seguridad, no porque fuera un suicida o algo así, si no era el solo hecho que solo de esa manera se sentía que podía escapar de su pasado al menos por unos cuantos minutos.

Finalmente después de estar perdido en sus pensamientos se dio cuenta que no habia comprado nada para Jinyoung y se sintió realmente estúpido, su vista recorrió cada rincón del lugar con la esperanza de poder excusarse y comprar algo para él, pero el día iba en su contra y lo único que podía comprar en aquel lugar era una horrible taza rosa llena de flores las cuales su diseño era dudoso.

—Yo... Yo no te compre nada, no...

—Está bien, no era como si tuvieras que haberme comprado algo, cuando lo mire en el estante pensé en ti y es una forma de decir gracias por todo lo que has hecho por mí, sé que no soy bueno admitiendo las cosas que las personas pueden llegar a hacer por mí y me disculpo.

—No, entiendo —Desde que Mark conoció a Jinyoung había tenido la oportunidad de observarlo, tratar de encajar piezas de rompecabezas que era casi imposible ensamblar, pero poco a poco fue comprendiendo que su vida no era sencilla. Él sabía de primera mano que era tener todo en bandeja de plata, nunca necesito nada. Pero Jinyoung era todo lo contrario, pagando por las malas decisiones de sus padres y sintiendo que todo el mundo iba en su contra—. ¿No te han vuelto a molestar?

Jinyoung se removió inquieto pero no contesto, si él no hablaba entonces haría hablar a su amigo aunque no le agradara, Jaebum parecía ser lo suficientemente cercano para saber algo así o eso esperaba, pero con Jinyoung no podía dar algo por sentado.

Pero al entrometerse en algo tan delicado como eso llevaba todas las de perder, ¿pero que se suponía que hiciera? No podía volver a verlo de nuevo con su labio roto y su ojo completamente hinchado, ni siquiera se habia recuperado del todo desde la última vez.

Finalmente Jinyoung termino cambiando el tema y Mark fingió no darse cuenta, sus conversaciones no tenían sentido alguno y eso los hizo sentirse como si nada más estuvieran en su propio mundo, como si todo a su alrededor se hubiera detenido, incluso perdieron la cuenta de las tazas de café que fueron reemplazadas por unas más calientes.

Entre la suavidad de los labios de Park Jinyoung, su risa y su voz, el tiempo había pasado tan rápido para Mark que se sintió molesto cuando tuvo que mirar la pantalla de su teléfono ante la insistencia de las llamadas que habían estado entrando una tras otra sin parar. Su cuerpo se negaba a cooperar del todo para moverse de ahí y dejar al chico solo, pero la parte racional le decía que era bueno, que no estaba de más el dejar a Jinyoung solo así podría pensar y ver que nada de aquello estaba mal.

—Olvide por completo que debo ir a recoger algo, pero te veré mañana a la hora de salida y vamos por ahí ¿Sí?, luego te llevo a tu trabajo —Antes de que comenzara a quejarse ante la falta de seguridad y que jamás se volvería a subir a su motocicleta, Mark opto por unir sus labios con rapidez y solo así salir por aquellas puertas sin mirar atrás, de lo contrario jamás lo dejaría.

Se sintió molesto con Youngjae pero tenía razón al estar llamando, había olvidado por completo que iría a recogerlo, solo esperaba que su padre no se enterara si no, no saldría de esa tan fácil. El pobre chico se encontraba tratando de encontrar un poco de calor en el inexistente sol de aquel día.

—¿Necesita que alguien lo lleve?

Te golpeare Tuan, lo prometo. —La voz de Youngjae sonaba trémula y eso hizo reír a Tuan, como prometió sintió un golpe contra su hombro, luego otro. El enojo que una vez tuvo desapareció ante la risa de ambos. Extrañaba la presencia de algún rostro conocido, al menos no se sentiría tan jodidamente solo—. ¿Y bien?, ¿Cuál es tu excusa?

—No hay excusa, solo es él, Park Jinyoung.

—Bien, entonces quedas perdonado.

Por otro lado Park Jinyoung se mantenía frente a la fría silla que ahora solo conservaba la esencia fantasmal de Mark, sus manos hormigueaban justo donde Mark habia estado acariciando con sus pulgares dicha zona, habia sido un tacto inocente, pero algo se había ido incendiando dentro de él. Era algo nuevo y excitante que le asusto, tenía miedo de aquel sentimiento desconocido.

Fue justamente aquellos sentimientos desconocidos que lo hicieron volver a la realidad y preguntarse qué estaba haciendo, ¿De verdad sentía algo por Mark Tuan?, el deseo de saber si realmente sentía algo por Mark o pasaba con cualquier chico lo estaba destruyendo por dentro, se sentía más confundido que nunca y solo atino a volver de nuevo al restaurante donde fue recibido por los gritos de su madre: "¿Dónde estabas Jinyoung?, ¡Eres un desconsiderado, necesitamos tu ayuda aquí, lo demás puede esperar". La vida de Jinyoung para su madre no importaba, lo que si importaba era su restaurante, solo eso.

Ya entrada la noche salió al callejón trasero donde se sentó al sentir sus piernas entumidas y adoloridas de el vaivén de aquella noche, al menos pudo amortiguar sus pensamientos y no pensar en Mark, aquel chico que parecía empeñado en no dejarlo en paz, pero él no quería que el castaño se alejara, lo necesitaba en formas que no podía describir.

—¿Qué hizo ahora? —Jaebum salió justo detrás de él, de nuevo nada se le podía escapar al ojihalcón, siempre analizando situaciones, tratando de descifrarlas a cualquier costa.

—Nada —Pero el chico no se movió, se quedo analizándolo lentamente, pero Jinyoung lo analizaba también, se pregunto si pasaría lo mismo que con Mark, ¿acaso sentiría que todo el mundo desaparecería a su alrededor?, ¿Qué no más existían ellos dos?, en el fondo algo le decía y remarcaba que era un gran NO, pues nadie era como Mark Tuan, nadie lo habia hecho sentir como Tuan en ninguna manera ni siquiera Jaebum.

La fuerza que saco para impulsarse y unir sus labios contra los de Jaebum seguía siendo desconocida para el chico, la sensación de otros labios sobre los de él fue completamente distinta pues no era la misma calidez y suavidad que como cuando Mark se acercaba para tomarlo y plantarle un beso, no sintió nada a excepción del asco y decepción de sí mismo por haberse atrevido a hacer aquello, la conciencia comenzó a pesarle casi al mismo segundo en que unió sus labios con los de su gran amigo Jaebum.

—¿Me puedes explicar que está sucediendo aquí, Jaebum?

Como si hubiera necesidad de agregar algo más a la lista de pecados que pertenecían a Jinyoung, ahora se encontraba envuelto en un mal entendido, de nuevo en su vida deseaba poder dejar de existir y convertirse en un ser completamente invisible, Jaebum no estaba nada contento no hacía falta ver más allá de su mandíbula para saberlo que su termómetro de ira iba en aumento.

—Youngjae no...

—Si empiezas a decir que no es lo que parece te golpeare y hablo en serio, de hecho ni siquiera puedo verte ahora mismo.

La incomodidad era palpable pero Jinyoung se habia quedado plantado en su lugar mirando al chico que salía por la puerta sin escuchar nada, ¿Jaebum era...?, su garganta se sintió seca y él se sintió como un estúpido, ¿Cómo era que ni siquiera lo habia notado antes?, sus piernas sintiéndose hoy extremadamente torpes se levanto pero su camino fue invadido por el ojihalcón quien parecía tener otros planes.

Ahora mismo iremos tras de Youngjae y le explicaras esto —Su tono ordenaba quedarse callado y acatar a lo que se te decía, así que Jinyoung optó por guardar silencio y dejarse arrastrar por el mismo camino del chico.

The restaurant guy.Where stories live. Discover now