"Batería agotada".
Intento encender nuevamente el celular pero seguía insistiendo que tenía cero por ciento de batería, su cabeza dolió tanto que ahora pensaba que quedo algo mal de esta pero aquellos enormes ojos marrones que le miraban desde la mesa improvisada en aquel lugar con tanto bullicio, le estaban volviendo loco, ¿Cuánto llevaba mirándolo? El cabello de la chica caía hasta sus hombros lacio por completo y de una tonalidad blanquecina, parecía como un güero demasiado claro, tenía facciones de una adolescente y juzgando como vestía era exactamente de esa clase.
―Llevas un día aquí. No es que me queje... ―su voz era tan duce como si quisiera enamorarlo pero así la tenía incluso cuando hablaba con sus amigas, Jinyoung escucho bien la plática.― pero... ¿no cree que debería avisar a su familia?
―No tengo. ―mintió para dejarla de escuchar, no quería ser molestado por nadie solo quería que el dolor pasara pero le estaba calando tanto que no podía pensar con claridad, había sido atendido por la misma chica pero no creía que debiera agradecerle por su acto.
―¿Es huérfano? ―alzo su ceja sorprendida terminando su emparedado antes de ver la hora.― ¡Ah! Ya entiendo, cierto por eso se encuentra aquí. ―chasqueo sus dedos antes de golpear su cabeza y cuando el emparedado resbalo de sus manos cayendo justo en el suelo que estaba completamente percudido con quizá más suciedad que un baño, la chica la estiro para tomarlo con un rostro de tristeza era el único que había podido comprar ese día y era el único desayuno que tendría. Jinyoung asqueado de la acción que haría la chiquilla, tomo de su emparedado y lo arrojo lejos― ¡Oye! ¿qué te pasa?
Vio en esos ojos marrones lo que pudo haber sido un odio inmenso pero no pudo soportar el ver que ella se echaría a la boca un pedazo de pan contaminado, metió la mano a su bolsillo y busco un par de billetes, rebusco en la funda de su celular y cuando completo un par de wones se los tendió. ― Compra dos más, uno para mi y otro para ti. ―su forma de ser era tan seca que la mujer estaba intentando sacarle platica desde hace unas horas pero este la ignoraba. La vio correr hacia aquella parte donde compraban la comida las personas que se quedaban ahí y se sumergió de nuevo en sus pensamientos.
El alto nivel de pobreza que existía en ese lugar le revolvió el estómago más de una vez, veía a pequeños correr felices de la vida sin importar que todo estuviera en malas condiciones, jugaban con juguetes sin alguna extremidad como si fueran nuevos y los rostros de las los adultos eran sin vida, por fin encontró un lugar que entendiera lo que sufría él la mayoría del tiempo, la soledad.
Su cabeza le torturaba más aun cuando recordaba que había estado en grandes lios antes de ese lugar. ¿Cómo fue a besar a Jaebum? ¿cómo fue capaz de hacerle eso a Mark? Aunque su parte razonable indicaba que no fue infidelidad puesto que no eran nada pero su parte irracional le contradecía, no debía sentirse culpable ni siquiera le gustaron los labios de aquel ojos de halcón, no eran suaves ni mucho menos electrizantes como los de Tuan, no hubo esos "fuegos artificiales" de los que todos hablaban y tampoco hubo una necesidad de continuar besándolos, solo existió un vacío; estaba acostumbrado a ser un cero a la izquierda, el culpable de todas las desgracias que ocurrían a su alrededor pero esta vez si tuvo la razón, lastimo a tres chicos que no lo merecían pero sobre todo a aquel delgaducho chico que le enseño que podía atreverse a gustar de un varón.
Aquellos ojos avellanas eran un calvario, cuando cerraba los suyos estos aparecían sin el brillo que solía regalarle, pudo suponer que le hizo tanto daño que solo el sabia que no merecía a alguien como Mark Tuan. Nadie lo hacia y nadie lo haría; lamento ser él quien terminara haciéndolo sentir mal por un simple arranque de dudas.
Jinyoung ni siquiera pensó con claridad el hecho de que anoche había sido atacado por los mismos usureros y para su mala suerte su billetera quedo vacía, lo poco que había ahorrado había desaparecido, ese instante estuvo seguro que nadie se acordaba de él, ¿alguien lo buscaba? ¿Emitirían algún comunicado en su búsqueda? En veces se creía tan iluso pero no pensaba volver a casa, no cuando buscaba tranquilidad para aclarar su mente de los sucesos.
Jaebum llevo por decima vez a su casa a Youngjae antes de pasar al trabajo que tenía, el chico de sonrisa encantadora solía despedirlo con un abrazo y un agitar de manos tan energético que Jaebum se sentía lleno de vida cuando iba al trabajo, estuvo tanto tiempo lejos que ahora solo lo necesitaba cerca de él pero sus obligaciones llamaban y tenía que olvidar a su pareja por un tiempo.
―¡Marrrrrkiiieeeee! ―la risa dulce del chico que vivía en esa casa gracias a la amabilidad de esa familia llamo por cuarta vez al susodicho pero este no se encontraba en casa, no de nuevo, hace dos días que salía con más frecuencia y no regresaba hasta que la noche caía manteniendo a la familia entera.
El olor a libros viejos y nuevos le invadió las fosas nasales, repitió en su mente cual era el libro que necesitaba "Bari", pero por más que lo busco no lo encontró, incluso en aquella silla donde pudo haberlo visto alguna vez no estaba. Bari había desaparecido, soltó su cuarto suspiro de cansancio antes de salir de ahí directo al estacionamiento donde monto aquella motocicleta que se miraba algo sucia por la misma lluvia que adornaba el cielo de Séul los últimos días y por cierta razón Mark no se encontraba de humor para limpiar a su "bebé", miró colgado el casco en las mismas llaves y lo detallo, su dedo paso por cada hendidura de este pero lo frío quemaba sus dedos. Arranco con la intención de no volver a pensar en alguien más de lo que pensaba antes, esos dos días había conocido todo Seúl, las luces que le adornaban en las noches frías, había conocido las casas que guardaban secretos y el infernal silencio de la soledad, aislado de todo el mundo, deseando comprender porque su pecho dolió tanto cuando Jinyoung se giro, cuando Jaebum con su altivez le dijo algo que de cierta forma tuvo razón pero la sangre le hirvió, nunca trago a ese castaño y jamas lo haría si continuaba con sus aires de grandeza, se odio por momentos de no ser capaz de ir corriendo detrás del chico de ojo morado y ahora se arrepentía de no hacerlo. No lo busco. No se tragó su orgullo pero su mente se engañaba sola cuando terminaba en lugares más oscuros que la misma noche empezando a ver esa sonrisa de ángel y esas pequeñas arrugas en los ojos claros.
"¿Dónde estabas, Jinyoung?, ¿comes bien?, ¿duermes bien?, ¿sigues con vida?, ¿me piensas?".
Un sonido aturdidor le dejo un chillido en su oído, la llanta trasera de su vehículo derrapo haciendo que la adrenalina corriera por su cuerpo y termino frente a su casa con el corazón saliéndole del pecho, con la agonía carcomiéndole y la boca destrozada de su propia rabia.
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The restaurant guy.
Teen FictionMe da igual. Que estés presente o ausente. Te necesito. Sólo te amo.