-Capitulo 21

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Cristian no respondió y saltó hacía abajo. Definitivamente no haría eso, no aceptaría tirarme. Acomode mi cama por las dudas, tenía que parecer que yo estaba allí. Me asomé a la ventana, Cristian reía, al parecer sabía que no aceptaría saltar.

- ¿Qué esperas?- pregunto desde abajo-, yo te atajo.

- No, ni creas que bajaré como tu lo hiciste.

- Vamos, estaré abajo no tocarás el suelo- asomé más mi cabeza, me daba vértigo pero ya estaba vestida y no tenía ganas de quedarme durmiendo. Me senté en la ventana con los pies colgando.

- No... no quiero- dije, mirando hacía abajo nuevamente-, creo que saldré por la puerta.

- Te expones a que te descubran, no te pasará nada. Confía en mi, o es que no puedes?

- Me parece bastante difícil confiar en alguien el cual entra a mi habitación a hurtadillas- confesé.

- Apúrate ____, no te puedes quedar allí o por lo menos trata de no hablar porque tu madre se volverá a despertar.

Miré hacía atrás controlando que este todo en orden. Miré la cama tratando de verla con los ojos de mi madre, ¿si llegara a entrar, pensaría que era yo? parecía bastante convincente la figura que llegue a armar, el problema era si me hablaba.

- Saltaré, pero ponte abajo... llego a caer y te mataré- Cristian sonrió pero no se movió. Cerré los ojos y me abalancé hacía adelante. Unos segundos sentí como si estuviera volando pero luego caí. No en el piso si no que en los brazos de Cristian.

- Te dije que estaría abajo- me recordó-, no eres tan pesada.

- Simplemente peso el triple de la mochila que tu sueles cargar para ir a la escuela- reí-, ya puedes bajarme.

Cristian me dejo en el suelo y comenzó a caminar hacía su auto. La ventana había quedado abierta, algo me decía que por más que haya dejado todo preparado esa ventana me delataría. No sabía hacía donde iríamos, Cristian no me quería decir. No tenía sospecha de nada, tal vez si estuviera más lucida algunas ideas tendría pero no era el caso. Me senté en el asiento del copiloto.

- ¿Es largo el viaje?- pregunte mientras Cristian ponía el auto en marcha-. ¿Dónde queda?

- Deja de hacer preguntas, ya lo verás, si te digo a donde iremos dudo mucho que...

Dejo la frase sin completar, supongo que de haberlo echo yo ya hubiera adivinado a donde iríamos.

- Pero contéstame- reclamé-, dime cuanto tiempo de viaje es.

- Unos... cuarenta minutos, es del otro lado del pueblo.

- Eso me dice que no es muy seguro- concluí, con cierta duda.

Cristian no respondió. En este momento me arrepentía de no haberme puesto un saco. El auto estaba helado y no me animaba a preguntar si tenía calefacción. Cristian me miró, hacía eso cada diez minutos, al parecer quería asegurarse de que no me haya escapado en secreto.

- ¿Tienes frío?- pregunto.

- Sí un poco, creo que debí haber traído un saco- me lamenté. Cristian sacó las manos del volante y comenzó a sacarse la cazadora que tenía puesta. Estaba loco, si no ponía atención a la carretera moriríamos en un accidente.

- ¡Deja de hacer eso y mira al frente!- grité asustada. El rió y me entrego la chaqueta.

- No pasó nada, no hay nadie a esta hora así que dudo mucho que vayamos a chocar- lo fulminé con la mirada y me coloqué la chaqueta. Jamás me había dado cuenta del perfume que tenía. Era delicioso, muy dulce. Parecía una droga, al parecer me había dejado un poco boba haberme puesto su abrigo.

~Blind Love (Xoda y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora