Un paso al costado

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Sasuke tan solo pudo soltar un abatido suspiro, escuchaba las quejas de la única mujer que podía considerar cercana, pero no le gustaba para nada el camino de aquella conversación. Sabía que a nadie le iba a parecer buena idea meter a un desconocido a su propio hogar, pero su corazón dolió al recordar aquellos ojos azules, tan tristes, tan vacíos, pero, aun así, hermosos.

Sabía que no conocía a aquel doncel, no sabía su pasado, no sabía quién había sido el canalla quien lo había lastimado hasta calar en lo profundo de su alma, no entendía como querían deshacerse de un pequeño que no pidió llegar al mundo, pero lo que si sabía era que ese doncel era todo lo que muchos no eran, a pesar de verse frágil, podía ver su buen corazón, aquella alma que no le importaba vivir en las calles con tal de tener a su pequeño niño.

-¡Naru-chan se fue! -Haku entró a la habitación, con su pequeño e infantil rostro cubierto de lágrimas, rápidamente corrió a aferrarse en los brazos de su tío, podía sentir como su corazoncito empezaba a estrujarse dentro de su pecho. Ocultó su rostro en el pecho del mayor, sintiendo sus manos acariciar sus cabellos. -Él... él se fue.

Ocultó su rostro entre los cabellos del menor, y dándole tan solo una mirada a la mujer salió de la habitación. La pequeña oficina se encontraba a oscuras, todo en orden como lo recordaba, lentamente fue acercándose y pudo ver su abrigo completamente acomodado sobre la mesa, acercó la tela hasta su rostro, aún se podía percibir el tenue aroma del doncel.

-Tío, tenemos que encontrarlo. -Colocó al pequeño sobre el suelo, y se puso en cuclillas, su cuerpecito todavía se encontraba temblando, y él tampoco podía entenderlo bien, pero imaginaba lo que el menor estaba pensando.

Le dio una pequeña sonrisa, mientras acariciaba la mejilla del menor, besó con cariño su frentecita para darle una pequeña sonrisa.

-Lo encontraremos, y lo llevaremos a casa. -El menor asintió un poco más animado, y dejó que el mayor le tomara de la mano para salir del lugar.

-¡Sasuke, espera! ¿A dónde vas? -La mirada de la mujer pasó sobre el joven y el pequeño Haku, para luego llevarla nuevamente sobre el varón. -No te llevarás a Haku.

-Lo siento mucho Chiyo-San, pero no puedo dejar que él piense que no importa. -La mayor frunció su ceño, observando como los ojos del muchacho se perdían en algún recuerdo. -Aun no entiendo muy bien lo que siento, pero está embarazado y no me perdonaría que algo malo les pasara.

El viento ya empezaba a soplar con más fuerza, mientras que los colores del atardecer iban apagándose poco a poco, las voces de los niños iban alejándose, cada uno al lado de sus padres, lentamente el sol de invierno iba ocultándose detrás de las altas montañas, mientras que las luces de los faroles empezaban a iluminar el pequeño parque.

Sus pasos se hicieron cortos y pesados, la fina ropa que llevaba apenas le servía para cubrir su cuerpo, pero sabía que no podría soportar el frio de la noche, lentamente su cuerpo fue cayendo por el largo del tronco de uno de los árboles, llevó sus rodillas hasta golpear su pecho, mientras ocultaba su rostro entre sus rodillas.

Sentía como aquel miedo que hace poco había sido minimizado, volvía a aparecer con más fuerza, los ojos de aquel hombre llegaron como flashes, mientras que el olor a sangre empezó a rodearte, podías imaginar los fuertes golpes sobre tu cuerpo, lentamente mordiste tu labio inferior, intentando detener las lágrimas que caían sobre tus mejillas.

-¡Tío más rápido!

-Espera Haku. -El menor se detuvo lentamente, frustrado por no encontrar alguna señal de aquel doncel, observó cómo su tío observaba el reloj de su muñeca y por su ceño fruncido sabía que ya era demasiado tarde. -Tenemos que regresar.

Nobody say it was easyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora