Se podía escuchar como el aire era cortado por una rápida ráfaga de metal, el viento frio congelaba los cuerpos que se encontraban de pie, observando como la espalda del joven era mutilada por los fuertes y descomunales azotes. El joven ya había dejado de moverse y gritar, sus pequeñas manos yacían colgadas y su cuerpo era un peso muerto sobre la tierra fría y húmeda.
Sasuke oprimió con fuerza sus manos hasta hacerlas puños, no había entendido lo que había pasado, lo único que recordaba era haber despertado en la madrugada, cuando escuchó un fuerte golpe, gritos por parte de los pobladores, uno de los hijos más jóvenes de una humilde familia era arrastrado por unos guardias y pudo imaginar que los soldados se habían enterado de la carta, había salido de la pequeña habitación, observando desde las sombras como aquel joven se encontraba siendo mutilado.
-¡Si alguien más se atreve a desafiarnos, tendrán un final como esta basura! -El cuerpo del joven fue golpeado por las sucias botas de los guardias, aunque el cuerpo se encontraba inmóvil, escuchaba el llanto silencioso de los padres del joven y cuando los guardias fueron desapareciendo, se acercaron con miedo, la mujer, con manos temblorosas tomó el delgado cuerpo de su hijo, escondiendo su rostro en el pecho ensangrentado.
Alzó su mirada oscura, observando como Iruka se encontraba entre la multitud, las lágrimas cayendo copiosamente por sus mejillas y su cuerpo tembloroso, todos tendrían un final como aquel joven, caminó en silencio hasta la destruida familia, dando su más sentido pésame y con la mente llena de deseos de destruir toda aquella mafia.
La multitud empezó a revolverse, pero pudo ver como un hombre de cabellos rojos caminaba arrastrando el cuerpo de un rubio doncel, el joven lloraba y temblaba, intentando llevar los vertiginosos pasos del varón.
-¡Mira! -El doncel cayó sobre el lodo, observando el cuerpo mutilado del joven, sus lágrimas cayendo por su rostro golpeado. -¡Esto es lo que has causado!
La mirada del rubio estaba llenada de miedo, de súplica, el rostro de la madre se agachó para ver el rostro apagado de su hijo, se dio cuenta que nadie podía hablar, no delante de aquel hombre, dio varios pasos hacia adelante, con deseos de acercarse y poder arrebatarle al doncel de aquellas sucias manos, pero el pelirrojo volvió a tomarlo entre sus rubios cabellos y volvió a arrastrarlo hacia el interior de la gran mansión, cerrando sus puertas y dejando a toda la gente morirse de miedo. No volvió a ver a Iruka, pero supo que había corrido hacia el interior antes de que alguien lo viese fuera de su posición.
Caminó con pasos cortos, hasta apoyar sus rodillas sobre el fango, acarició la fría mejilla de joven y palpó su cuello, su pecho, sus muñecas, todo ante la atenta mirada de la madre, no la culpaba, nadie era culpable de lo que aquellos hombres le hacían a aquella gente.
-Aún tiene pulso. -Cubrió el inerte cuerpo con su abrigo y dejó que el padre lo tomara entre sus brazos. -Cure sus heridas y manténgalo con calor.
Observó como la familia y amigos desaparecían lentamente, por más que quisiera ir y ayudar, sabía que no podía alzar sospechas, necesitaba ingresar a aquel lugar y desatar todo desde la raíz.
-Ellos siempre hacen lo que quieren. -Una voz joven se escuchó a su costado, lo observó ligeramente, sin pasar ningún detalle, pequeño y delgado, un doncel, que podía ser confundido fácilmente con una mujer. Lo había visto en algunas ocasiones, pero nunca se le había acercado. Frunció ligeramente su ceño, sabiendo que tenía que tener cuidado en soltar algunas palabras. -Todos les tenemos miedo.
-¿Cuántos jóvenes han muerto de esta forma?
-Más de las que puedo contar, algunos mueren después de ser violados por la mayoría de ellos, otros simplemente no pueden soportarlo y se suicidan.
ESTÁS LEYENDO
Nobody say it was easy
FanfictionLas luces de colores destellando en el gran y oscuro cielo, mientras que el frío vendaval soplaba fuerte, removiendo los pétalos ya secos de los altos árboles, una noche en la que llegaría el invierno y con él, la llegada de un año nuevo. Donde todo...