CAPITULO 4

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Todo dentro de Micaela enloqueció en un sinfín de sensaciones cuando la enmascarada la beso.

En el momento en el que sintió sus labios impactar con los de ella empezaron a temblarle las piernas. Su olor intenso y delicioso le embriagaba los sentidos y los latidos de su propio corazón le impedían oír cualquier otro sonido del club excepto sus respiraciones aceleradas.

El deseo la estaba consumiendo.

Besarla era aún mejor de lo que había imaginado. Era dulce, ardiente, delicioso y húmedo. De sus labios escapó un gemido que la hizo preguntarse cuanto tiempo podría aguantar aquel sensual tormento. Tenia la sensación de ser el personaje principal en una película erótica. Una desconocida enmascarada, un lugar público, el peligro de que alguien las viera y el miedo a lo desconocido.

Se agarró a sus hombros para no caer al suelo. ¿Se atrevería a dejarse llevar  hasta el final? ¿Allí mismo? ¿En aquel momento?

El corazón le latía con fuerza dentro del pecho.

"Déjate llevar"

Aquellas palabras se habían convertido en el lema que la impulsaba a vivir sin arrepentirse de nada. Iba a adentrarse en aquella experiencia y a saborearla tanto como pudiera para compensar todos los meses que había estado atrapada en una cama, aferrándose a la vida.

Su primera aventura con una completa desconocida. Con ella podía dejarse llevar y hacer todo lo que jamás podría hacer con una mujer como Barbara.

Quería recordar todo lo que estaba sucediendo. Estaba besando a una bailarina enmascarada en los vestuarios de un club striptease. Aquello merecía aparecer en su diario.

Sus labios eran ardientes y asombrosos; le resultaban desconocidos y familiares al mismo tiempo. La apretó con fuerza contra su cuerpo. La oji azul se recostó en ella y sintió un escalofrío al rozar su pecho fuerte y sus brazos, sus perfectos brazos.

Abrió los labios ligeramente y sacó la lengua. Quería más.

Quería sentirla dentro de ella. Muy adentro. Apenas podía respirar mientras le acariciaba el pecho desnudo y absorbía su calor.

Suavemente, ella retiró los labios de Micaela y dio un paso atrás.

- You are perfect -le dijo

Era el peor acento inglés que había oído en su vida, pero lo perdonó porque sabía que formaba parte de la fantasía.

-Guardemos para luego el beso inglés -añadió luego de unos segundos.

-¿Guardarlo? -preguntó la oji azul luchando contra el deseo que le nublaba la mente-. ¿Para que vamos a guardarlo?

Tenía una sonrisa tan dulce y sincera que por un instante creyó ver el rostro de Barbara en el cuerpo de la enmascarada. El pulso se le aceleró misteriosamente.

-Para la próxima vez.

No. No. Aquello era una tortura, no podía marcharse así. Estaba desesperada.

-Por favor -Suplico sin el menor pudor.

Vio como ella la miraba de arriba a abajo y se detenía en sus pechos, después inclinó la cabeza y le chupo el pezón endurecido por el deseo a través de la fina tela de su remera.

-Sí -susurro Mica apoyando la cabeza en la pared-. Sí.

Pero ella volvió a alejarse.

-Déjale tu tu dirección al barman. Iré a la fiesta de tu hermana. Good bye Lady. Que tengas dulces sueños.

Y después se dio media vuelta con una sonrisa malévola en sus labios.

Había hecho que la deseara más. Sin duda aquella chica sabía cómo volver loca a una mujer.

Micaela llegó a casa procedente del club sin saber muy bien como había ido hasta allí. No podía dejar de pensar en ella y desear haber tenido el valor suficiente para pedirle que no parara. Ahora tendría que esperar hasta la fiesta de Belen para volver a verla y reencontrarse con esos labios que la enloquecian.

Apenas estacionó el coche al frente del edificio sintió la necesidad de ir a contarle a Bar todo lo sucedido minutos atrás, pero su coche no estaba y las luces de su departamento estaban apagadas. Para tener que dar clase a la mañana ella se acostaba muy tarde. Quizá tendría un segundo empleo.

Lo más probable es que tuviera novia, esa posibilidad la ponía tan triste.

No, no podía ponerse triste porque su vecina tuviera novia. Era una buena mujer y merecía ser feliz. Aunque lo cierto era que no había visto nunca a ninguna mujer en su casa.

"Egoísta, no puedes tener a dos"

Sabía que jamás podría tener a Barbara por mucho que le gustara. De echo precisamente porque le gustaba tanto nunca podrían ser mas que amigas. Lo que necesitaba era una aventura con una mujer o un hombre ardiente y apasionado como la chica enmascarada. Sin compromisos, sin ataduras, sin promesas y sin arrepentimientos. Sólo diversión.

Estaba en pijama en la cocina abriendo una botella de vino cuando oyó el viejo coche de la oji marrón en la calle. Se le aceleró el pulso. No era la respuesta salvaje que había dado su cuerpo cuando la enmascarada la había rodeado con sus brazos, era más bien una sensación dulce que le alegraba el alma. Dejó la botella de vino y el sacacorchos sobre la mesa y salió a la escalera.

-Hola -la saludó desde el descansillo.

La escalera estaba en penumbra por lo que apenas podía verlo.

-¿Quieres subir a tomar algo? -Era la primera vez que la invitaba a una copa en su departamento y sabía que era más de media noche, pero necesitaba hablar con ella-. ¿Barbara? - estaba delante de la puerta de su departamento. Oyó que se le caían las llaves y que maldecía entre dientes.

-Espera un momento, Micaela -Tenía la voz tensa.

Parecía estar de mal humor, algo nada habitual en ella. Debía haber tenido una mala noche.

-¿Subes?

-Si -dijo por fin-. Aunque antes tengo que darme una ducha.

¿Porque le resultaba tan erótica la imagen de Bar empapada en sudor? Micaela meneo la cabeza alejando esos pensamientos.

-Servire unas copas de vino ¿Te gusta?
-Sí.
-Entonces te veo dentro de un rato - se metió en casa, cerró la puerta y se apoyó en ella sintiendo una extraña sensación de nerviosismo.

Fue entonces cuando la oji azul se dio cuenta de que en realidad no sabía si seguía exitada por culpa de la enmascarada o si el misterioso hormigueo que sentía en la nuca se debía más bien a que Barbara fuera a subir a su casa.

Capítulo nuevooooo, por fin se besaron ahre si les Está gustando y quieren que siga con este fic voten y comenten !
Nos leemos luego 👽💜

Enmascarada (Barbica) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora