CAPITULO 6

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¿Q-que? ¿Que quieres que?

-Ya lo oíste.

La tensión era evidente, se podía respirar en el aire

Barbara le miraba los labios con una extraña expresión. Micaela se llevó la mano a la boca, preguntándose si se le habría corrido el carmín o algo así. Ella continuó observándola Hasta que la oji azul pensó que se echaría a arder por el calor de su mirada.

Estaba celosa. No se le había ocurrido pensar en ello desde su punto de vista. Sus ojos eran como dos carbones ardientes que la quemaban. Sintió un pánico que no podía explicar, pero que estaba allí. Era una sensación dura y misteriosamente fascinante.

¿Que mierda estaba haciendo Barbara? De pronto sentía tal atracción hacia ella que le daba miedo.

Dios, dios, dios.

¿Por qué estaba tan asustada? ¿Por qué la química que había surgido entre ellas era de pronto diez veces más intensa que la que había sentido con la chica enmascarada?

Se echó a reír con nerviosismo.

-Pero, Barbara, tu y yo somos sólo vecinas. Amigas.

-Pero las amigas pueden convertirse en amantes.

Tenia una mirada penetrante. Micaela nunca habría creído que pudiera ser tan potente, tan .. No sé.. Todos aquellos cambios la habían dejado desconcertada y la impulsaron a bajar la cabeza mientras bebía un sorbo de vino para huir de sus ojos. La dulce acidez le caldeo la lengua y le recordó lo sucedido en el club.

" Es la enmascarada la que te atrae, no Barbara Martinez " se dijo a sí misma.

Pero, si era así ¿Porqué deseaba que se inclinará hacia ella y la besara hasta hacerle perder todos los sentidos?

Pasó un minuto. Y otro más.

Por fin se atrevió a mirarla. Nunca se había fijado en lo grande que era, quizá porque siempre llevada prendas enormes y deformes que escondían su cuerpo

El modo en que estaba mirándola no dejaba lugar a dudas, era evidente que sentía el mismo deseo y la misma necesidad que sentía ella. ¿Que mierda le ocurría? ¿Sería por culpa de la luna llena? ¿O acaso estaba ovulando? Quizá la fantasía de la chica enmascarada había invadido la realidad en la que se encontraba barbara.

Aquello no podía estar sucediendo. No con alguien como Barbara. No podía enamorarse de ella.

Pero tampoco podía apartar la mirada. Estaba pérdida, arrastrada por la intensa mirada de aquellos fascinantes ojos café. Era la segunda vez en el día que la cautivaban unos ojos de ese color.

¿Qué le pasaba de pronto con las mujeres de ojos oscuros?

Había algo diferente en los ojos de Bar: de repente le parecían más intensos, más cargados de emoción.

Normalmente la oji marrón ocultaba sus sentimientos, solo había visto aquel brillo en su mirada cuando lo había oído hablar de psicología. Pero ahora la miraba a ella con la misma intensidad.

La deseaba.

Micaela apretó el puño.

Ella también la estaba deseando. Todo su cuerpo ardia, deseaba quitarle la ropa y hacerle el amor allí mismo, en aquel sillón.

Pero no podía hacerlo. Una mujer como Barbara merecía mucho más de lo que ella podría darle.

-Barbara, tu eres demasiado para mí. Eres demasiado inteligente para una chica que ni siquiera término el instituto.

Enmascarada (Barbica) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora