07: No deberías mentirle a tu suegra.

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Durante la cena Matthew estuvo hablándoles a sus padres de sus planes para ir a Francia a lado de Dominic. A todos les sorprendía enormemente como había cambiado tanto de la noche a la mañana.

-Que apresurado, hijo –Dijo su padre-. ¿Y qué pasará con tu trabajo?

-Renuncie –Soltó despreocupado

-¿Qué? ¿Así nada más? –Inquirió Marilyn sorprendida- Hijo esto nos ha tomado de sorpresa. Hace unos días me decías que querías separarte de él

-¿Querías separarte de Dominic? –Interrogo su padre quien no sabía nada de ese suceso- ¿Por qué?

-Una tontería –Murmuró clavando el tenedor al pescado-. Ahora todo está mejor

-¿O sea que lo han hablado? –Cuestionó Marilyn terminando por asimilar las noticias que su hijo le traía con una actitud bastante nueva

-Claro. Todo está perfecto entre nosotros

-Bueno, hijo, si quieres mi más sincera opinión; Piénsalo más –Esbozo su padre-. Tu actitud está muy... Cambiada

El hijo se alzó de hombros mientras reía.

-Y dejar tu trabajo nos ha sorprendido a todos –Le siguió su madre-. Iban a subirte de cargo

-Da igual. No me pagaban mucho

-¿Cómo qué no? Eras bien remunerado, por eso entraste ahí

-Bueno, Francia nos ofrecerá mejores cosas –Y siguió comiendo

Marilyn se sentía anonadada. Matthew actuaba de una manera extraña, aquella tarde le dejo en claro que lo dejaría, que ya no estaba enamorado, y ahora alegaba todo lo contrario. La noticia de la mudanza y la renuncia de su trabajo la sobresaltaron demasiado. No creía lo que oía y menos viniendo de la boca de su hijo, el más concentrado.

-Pues Dominic tendrá que explicarnos muchas cosas –Mascullo su padre para sí mismo

-Bueno, ¿Eso es un equivalente a que se casarán? –Preguntó su madre sin poder evitarse pensárselo. George casi escupe el bocado que tenía dentro.

-¡Oh, mamá, no tengo idea! –Gimoteo el joven con una sonrisa nerviosa- Sí eso llegase a pasar lo sabrías

Matthew había echado un poco de aderezo a su ensalada pero descuidadamente manchó la manga su sudadera. Para evitar quitársela, subió un poco más la manga dejando entre ver un notorio hematoma morado.

-¿Qué te pasó, hijo? –Preguntó la madre al ver aquello

Él la miró sin limitaciones. Incluso había olvidado que tenía hematomas.

-Oh, seguramente me habré caído –Vacilo sin importancia

-¿De dónde? Se supone que tu brazo fue lo único lastimado cuando caíste del piso del departamento de Dom

-¿Cuál piso? –Preguntó confundido

Marilyn y George se miraron entre sí.

-Te caíste desde el piso del departamento de Dominic al jardín –Repitió su madre extrañada- ¿Qué acaso no lo recuerdas?

El castaño negó moviendo la cabeza a los laterales.

-¿Y cómo te lo hiciste entonces? –Preguntó George

-Me caí de la bicicleta –Respondió

-¿Bicicleta? ¿Cuál bicicleta?

-Pues sí, me caí cuando daba una vuelta por Kensington, seguramente –Murmuro

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