10: Una vida termina y otra empieza.

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— Anda, tómalo – Susurro Dominic sutilmente. Matthew permanecía sobre su regazo, débilmente fue bebiendo a sorbos otra cantidad de té. Esta era más insignificante, era demasiado poco pero le serviría para soportar el vuelvo a Francia.

Sin posibilidad de escapar o tan siquiera de inténtalo, Matt lo bebió. Su mente estaba débil, su cuerpo ya no reaccionaba a sus órdenes ni a su voluntad, era como si le hubieran plantado un chip  que lo hacía ser un robot, casi como sacado de una película de Steven Spielberg.

— D-Dom – Murmuró suspirando dificultosamente–, y-ya basta...

— ¿Qué dices, cariño? – Replicó tiernamente sin quitarle el termo de encima– Oh vamos, que falta poco. Es poco té, vamos, te sentará bien

— Por favor... – Carraspeó sellando sus labios–. Dom, ya no...

Dominic lo había obligado a vestirse y a dejar el hospital despistando a las enfermeras. El nuevo yeso le permitiría ir hasta Francia y ahí sería atendido nuevamente pero antes debía casarse con su amado novio quien no podía esperar más.

— Oh, vamos que tenemos que ir a Nancy – Dijo Howard haciéndolo beber hasta la última gota. Se había acabado–. ¿Qué no quieres ir a Francia conmigo?

— Pe-pero..

— Vamos, que tenemos que irnos

La visión difusa le permitió a Matthew ver qué tan vacío estaba su hogar; Quedaban pocos muebles, si acaso uno o dos, ya no había cortinas ni alfombras, todo estaba completamente listo para su ida y nunca más regresar o eso creía.

Antes de que intentara levantarse llamaron a su puerta

— ¿Quién carajo es a las 4 am? – Se preguntó Dominic frunciendo el entrecejo. Pedía internamente que no fuera su suegra o alguien más, aunque de ser Chris pensaría que ya harían el viaje que el mismo le había dicho.

Giro la perilla, empujó la puerta y sacó un poco su cabeza evitando que la persona que estaba afuera viera dentro del departamento.

— Sí, ¿Qué deseas? – Preguntó viendo con desconfianza a la persona que había delante, un joven de cabello negro, piel blanca como una hoja y ojos claros, no lo conocía de ningún rincón, ¿Entonces quién sería?

— Ahm – Este también le vio con desconfianza–. No esperaba que atendieran tan rápido – Ladeó la cabeza–. Como sea, busco a Matthew Bellamy, ¿Vive aquí?

— No, te has equivocado – Contestó inmediatamente

— Pero soy un compañero de trabajo, y estoy preocupado por su repentina renuncia

— Oh lo lamento, pero no vive aquí – Trato de cerrar la puerta pero el chico puso su mano impidiéndole el cierre–. Si no te vas llamaré a la policía

— ¿Tu eres Dominic Howard? – Le cuestionó

Howard entrecerró los ojos aún más desconfiando, ¿Qué demonios era él de Matthew? Era obvio que se conocían y lo más seguro es que era del trabajo pero, ¿Quién era ese tipo?

— ¿Y tú? – Replicó abriendo un poco más la puerta– ¿Qué buscas aquí? Y además, ¿Tan temprano?

— Soy Sebastian – Respondió–, un amigo de Matthew

Dominic lo miro de arriba, abajo. Había algo que no le agradaba de ese chico, ¿Amigo? ¿En verdad era su amigo?

— ¿Y acaso eso justifica la hora? – Volvió a replicar Dominic

— No me has respondido, ¿Tu eres Dominic Howard? – Interrogó el joven

— No tengo tiempo para esto

Showbiz | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora