Showbiz | BellDom

12: En un abrir y cerrar de ojos.

La voz de Christopher Wolstenholme tan metálica y un poco distorsionada a través del teléfono le devolvieron las ganas de seguir intentando escapar de las manos de Dominic esa madrugada.

— ¿Hola? – Repitió Wolstenholme confundido al no tener respuesta

— ¡Chris! – Vocifero con voz temblorosa y la boca salivando demasiado pues aún percibía el sabor del champú– ¡Ag, Chris!

— ¿Quién es, quién habla? – Interrogó desconcertado

— ¡Chris soy yo, ah, Ma-Matt!

— ¿Matt? ¿Matt Bellamy?

— ¡Si, si, Matt Be-llamy! – Tosió asqueado al volver a sentir el sabor del champú– ¡Ayúdame!

— ¿Q-qué, pero...

— ¡Ayúdame, Chris, Dom está loco! – Su mano comenzó a temblar– ¡Estoy en el Sheryl Crowne! ¡Me ha dejado encerrado, me mantiene drogado, Chris has algo!

— Matt...

— ¡Puede volver en cualquier momento, Chris por favor llama al 911, ya ha matado a dos personas, Chris!

— ¿Qué? Pero pero él me dijo que, que irían a Francia pa-para...

— ¡Chris por favor ayúdame! ¡Marca ya!

Y en ese instante el temor de Matthew se hizo realidad: La perilla estaba girando.

Rápidamente colgó y se arrastró hasta el baño. Coloco el seguro y empezó a buscar una ventana. Al identificarla intento abrirla antes de que él pudiera perder los estribos y derribar la puerta.

— ¡Oh, Matt, tengo noticias!

Dominic entro y cerró velozmente. Al hallar la cama con arrugas y sin Matt encima miro directamente la puerta del baño.

— ¿Qué haces en el baño? – Preguntó tranquilo– ¡Oh pero claro, sólo estás haciendo lo que debes hacer! ¡Para eso es el baño, por Dios, Dominic!

Entonces empezó a reír. A reír solo, algo que Matthew nunca había presenciado.

— Mientras haces eso – Siguió recargandose en la puerta– te contaré; Mientras venía de regreso pase por tu edificio y había un montón de patrullas y ambulancias y un cordón que no permitía el paso, tú sabes de esos amarillos – Mientras hablaba, Matthew sólo quería abrir la ventana pero no, no tenía la fuerza necesarias–. ¡Ya descubrieron los cuerpos! – Agregó maquiavélicamente– Aunque Heather seguía viva pero seguramente me acusara

— ¡Entonces si ya sabes que te meterán a la cárcel por qué no me dejas! – Grito Bellamy con las pocas fuerzas que había acumulado. Ya no quería seguir intentando huir pues reconocía que era imposible– ¡Déjame, Dominic!

Él esperaba una respuesta violenta de su parte pero no fue así. Hubo un silencio prolongado que consumía cada estímulo capaz de percibir en el cuerpo de Matthew.

Estaba muriendo de incertidumbre por saber que planeaba.

— Que fácil suena eso – Dijo después de todo. Se oía tan tranquilo y sereno que no parecía entender la situación–. No haré eso, Matt, aún podemos llevar a cabo nuestros planes

— ¿Q-qué planes? – Cuestionó con miedo al oírlo tan relajado

— Ir a vivir a Francia; Visitar Japón, los Alpes suizos, comer una paella en España y vivir un temblor en Chile – Narraba Howard con mucha ilusión–. Después adoptaríamos a una niña renombrandola como Lilly y luego darle un hermano por un vientre alquilado; Compraríamos un perro para él bebé y un gato para Lilly porque ellos iban a querer algo extravagante como un búho o una serpiente – Suspiro con la voz entrecortada–. ¿Ya no recuerdas lo bien que sonaban nuestros apellidos juntos?

Matthew estaba tan conmocionado por lo que estaba escuchando. Le partía el corazón que alguna vez haya deseado tanto que ese día llegase a lado de Dominic y ahora lo que más deseaba era tenerlo lejos.

— ¡No sé porque cambiaste de opinión! – Siguió hablando empezando a llorar– Yo no abandonaré eso tan fácil sólo porque iré a prisión

— ¿Estás consciente de eso? – Interrogó sorprendido

— Claro que si, cariño – Respondió tranquilizando su llanto–. He hecho muchas faltas, por supuesto que iré a prisión

Matthew se quedó helado. Ya no entendía nada, aunque el miedo si seguía entendiendolo.

— Quizás no lo comprendas pero en seguida te lo explicaré – Murmuró–. ¿Sabes a dónde fui? Bueno, traje algo que nos ayudará en esta situación

Matthew había olvidado que Dominic tenía las llaves de todo la habitación. Cuando vio la puerta abrirse se sobresalto demasiado. Sin más se metió a la bañera retrocediendo por mera inercia pues no había un sitio para seguir alejándose.

— ¡Oh, cariño, ya acabaste de hacer aquello, he! – Miro el inodoro el cual tenía restos de té, champú y saliva– Vaya, ¿Te sientes mal? Bueno no importa, no importa más

— ¿Por qué fuiste, Dominic? – Cuestionó respirando superficialmente

Dominic lo miro abriendo enormemente sus ojos con expresión divertida.

— No quiero que te alarmes al verla – Murmuró sacando de una bolsa de su chaqueta una pistola calibre 44. Bellamy palideció.

— ¡Aleja eso, ale-alejate de mi! – Vocifero haciendo lo mismo por inercia sobre la tina– ¡Dom no me mates!

— Tranquilo, cariño, ella sólo nos ayudará a responder tu pregunta, además, bien dicen que todo cambia en un abrir y cerrar de ojos – Sonrió torcidamente–. ¿Quisieras repetirla?

Con los nervios de punta y sudor propagarse rápidamente por todo su cuerpo, Matthew repitió:

— Sí sabes que irás a... Prisión, ¿Por qué no me dejas...?

Dominic sólo inquirió. Tenía el arma lejos de Matthew pero no dejaba de ser amenazante.

— La respuesta es simple, querido; Por que si no eres mío, no serás de nadie más

Chris había hecho caso sobre llamar al 911 y guiar a la policía al Sheryl Crowne aquella madrugada pero lastimosamente ya era demasiado tarde.