05: La culpa inexistente.

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Matthew se sentía tan bien y tan fresco en ese momento. Era como si todos sus problemas dejaran de aquejarlo y plenamente había optado por olvidarlos.

Los dolores habían desaparecido junto con la razón y la oportunidad de tomar decisiones. No era Matthew pero él no lo sabía, no estaba consciente de absolutamente nada.

-¿Cómo te sientes, cariño? –Preguntó Dominic con algo de miedo colarse en sus palabras

-Muy bien, de maravilla –Respondió el castaño mostrándole una sonrisa amplia. Profundamente en su mirada se notaba perdido, pero sólo si se veía con minuciosidad-. No recuerdo haber tenido ese yeso ayer –Agrego viendo extrañado el yeso sobre su brazo rígido

-¿No recuerdas el accidente? –Pregunto sorprendido

-¿Qué accidente?

Heather nunca le dijo que probablemente el festín de medicamentos que llevaba ese té le provocaría amnesia parcial, Matthew no recordaba nada de lo ocurrido pero absolutamente nada.

-¿Cómo me lo hice? –Cuestiono más preocupado

-Te caíste de la bicicleta –Bufo el rubio-. Fue un accidente aparatoso pero ya estas mejor, cariño

-Menos mal –Suspiro aliviado. Por un momento Dominic se quedó perplejo, era cierto que deseaba tener a Matthew casi sedado pero consciente –Cosa complicada- pero nunca imagino que perdería la memoria de ese modo.

-¿Si sabes quién soy yo? –Preguntó Howard recostándose a su lado.

-Sí, mi novio –Ronroneo con sensualidad. Dom no se limitó a sonreír y darle un tierno beso sobre los labios-, ¿Por qué haces esas preguntas?

-Es que apenas llegaste del hospital –Mintió Dominic-. El doctor me dijo que probablemente no despertarías y tenía miedo

-¿De verdad?

-Sí, pero ya no hay temor –Le abrazo-. Estas aquí, conmigo, vivo

Lo que Matthew tenía en verdad era paramnesia. Bajo la cantidad de fármacos suministrados por la enfermera en dicho té, era incapaz de reaccionar violentamente, tampoco recordaba los hechos pasados hacia un mes. Podría tener vagos recuerdos, pero estos eran –y serían- sustituidos por otros hechos falsos que Dominic se encargaría de sembrar.

Sí, recordaba quien era él, quien era Dominic, su familia, su cargo en el trabajo, incluso quien era Sebastian pero en realidad estaba fuera de sí, no podía tomar consciencia de lo que decía o hacía, estaba muy vulnerable, al menos mientras estaba bajo los múltiples efectos de más de cinco medicamentos distintos y extractos de una planta, además también había varios antiácidos, y anti agruras para que pudiera soportar los efectos adversos que tenía cada una de las medicinas.

-Ya tengo todas tus medicinas para que estés mejor del brazo –Dijo Dominic incorporándose-. Para hacerlo más práctico he decidido mezclarlo todo en un té –Señalo un termo, el mismo de donde tomo la noche anterior el brebaje-. Ahí lo tomarás

-¿Y si funciona? –Cuestiono el castaño

¡De maravilla! Pensaba maliciosamente el otro.

-Sí, ya estas mejor hoy, cariño –Dijo tiernamente acariciando su cabello-. No irás a trabajar por un tiempo

-¿Cuánto tiempo?

-El doctor dijo una semana –Murmuro para luego hacer una mueca de inseguridad-, pero yo preferiría que no vuelvas a ese trabajo

Showbiz | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora