04: El té.

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Dominic esperaba pacientemente a Heather en su BMW afuera del hospital St. Thomas al norte de Londres. Un hombre como él, tan refinado y querido no podría ser sospechoso de algo tan atroz como lo que quería hacer y Heather era tan noble en su trabajo que tampoco podría ser una sospechosa.

Si bien, las intenciones de Howard no eran tan malas –Según él-, para Heather era descabellado. Era demasiado confiada, sabía que nadie los descubriría, o eso trataba de hacerse creer pues la suma de dinero que el arquitecto le ofrecía era muy alta. No encontraría tanto dinero ni tomando dos turnos ni guardias seguidas.

Tras esperar media hora, a través del vidrio diviso una figura femenina de melena rojiza acercarse a su auto. Llevaba consigo una mochila, su mochila habitual de trabajo. Caminaba nerviosa temiendo a ser descubierta. Se dirigió a la puerta del copiloto, Dominic le abrió rápidamente.

-¿Lo conseguiste? –Preguntó Howard lacónico

-S-sí –Titubeo entregándole la mochila-. No fue tan difícil, ese medicamento hay a montones en las bodegas

-Me alegra –El rubio saco cajas de Sinogan, unos comprimidos blancos con diez pastillas en la tira-. ¿Es para los esquizofrénicos? –Empezó a revisar minuciosamente la caja

-Sí –Respondió con la voz temblando-. Los tumba en cuestión de minutos pero debes ser cuidadoso, es muy fuerte, no se les diagnostica así como así

-Tonterías –Bufo-, mi querido Matt aguanta esto y más –Sonrió maliciosamente

-¿Puedo saber qué demonios tramas con esto? Me aterra, en serio, ¿Acaso quieres matarlo?

Él río sonoramente.

-No, ¿Por qué querría matar a mi novio? –Bufo- Es un tipo de correctivo, quiero tenerlo relajado, está muy ansioso y eso me preocupa

-Pero todos estos medicamentos son para tenerlo drogado las veinticuatro horas, ¡Y lo sabe!

-¿Quieres tu paga o no? –Interrogo con desdén devolviendo las cajas a la mochila. La chica se silenció bajando la mirada- Justo lo que pensaba, así está mejor

Heather removió los ojos con fastidio. A veces estar con Dominic le era atemorizante, otras desesperante y otras agradable. Le gustaba a pesar de ser algo demente y bisexual pero lo último no era impedimento para que su gusto por él creciera cada vez más.

-Hoy mismo de las doy –Anuncio.

-¿No crees que se niegue o no te lo permita?

-Que va, ni fuerza tiene para enfrentarme –Dijo con deje de burla-. Él me ama pero está confundido –Suspiro-. Si no fuera tan desobediente yo no tendría por qué recurrir a disciplinarlo

-¿Di-disciplinarlo? –Repitió consternada- ¿Y cómo?

-Nada interesante –Bufo-. ¿Por qué tan interesada? –Le miro de reojo

-Al menos debo saber en qué está metido el sujeto al que ayudo

Dominic le dedico una mirada de soslayo. Suspiro pesadamente tratando de no enardecer por los cuestionamientos de una enfermera pero reconocía que necesitaría de su ayuda, además, el echarle la culpa por si algo salía mal también estaba dentro de sus planes.

-Sólo soy un sujeto muy enamorado –Ronroneo mirándose bastante tierno-. Amo a ese hombre pero –Relamió sus labios-, creo que él a mí ya no

-¿Lo obligarás a estar contigo? –Cuestiono como si hubiera reunido todas las piezas del rompecabezas

Él sonrió mirando a la nada, algo que perturbó a la enfermera. A veces Dominic era demasiado extraño.

Showbiz | BellDomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora