Capitulo 15: Lisanna Vuelve a la Carga

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Había decidido que no haría el último curso en la universidad. Estaba planeado que tuviera el bebé en enero y eso le echaría a perder medio año que estaba segura de que no recuperaría. Sería tirar el dinero a la basura y no estaba en situación como para hacer algo así. Prefería seguir trabajando y ganando dinero para prepararse para el nacimiento y cuando el bebé pudiera ir a la guardería terminaria la universidad. Iba a ser duro y sobre todo difícil ocuparse del bebé, el trabajo y los estudios pero encontraría la forma para en un futuro no muy lejano, darle lo mejor a su pequeño.

Se acarició una vez más el abultado vientre de seis meses y sonrió al sentir que daba patadas de nuevo. Según el médico cuanto más patadas daban más fuertes y sanos nacían. Además iba a tener un precioso niño. Aún no había pensado el nombre, pero se estaba planteando muy seriamente el llamarlo como su padre. Ya que no iba a tener a Natsu junto a ella, quería preservar en el niño algo más que el posible parecido físico.

- Lucy, atiende la mesa dos por favor.

- ¡Sí!

Lucy sonrió a su jefa y salió en marcha. Seguía trabajando en la cafetería pero al hacer ahora dos jornadas cobraba el doble y podía vivir más desahogadamente. Aún así, seguía siendo igual de ahorradora y sólo se daba como capricho los antojos alimenticios que le exigían su embarazo. Quería preservar todo el dinero posible para el nacimiento del bebé puesto que podría ocurrir cualquier emergencia.

- ¿Qué va a tomar, señor?

- Mmm...- leyó el menú- póngame un café con leche, un bollo de crema, un zumo de naranja y media docena de galletas de arándano.

- ¡Marchando!

Lucy fue a la barra y colocó la cafetera para que preparara el café mientras que ella exprimía unas naranjas. Le costó bastante debido a que había perdido algo de fuerza con el embarazo, pero consiguió hacer el zumo. Puso en un plato los bollos y las galletas y tras ponerlo todo sobre una bandeja volvió a la mesa dos. Como de costumbre le sirvió todo sonriente y tras una reverencia algo costosa por el vientre volvió a la cocina a hacer más galletas de arándanos. Aquellas galletas eran un verdadero éxito para la cafetería y se pasaban el día horneándolas.

- ¡Lucy!

- ¿Sí?

Lucy miró a su jefa que se encontraba amasando la masa para los bollos.

- Atiende la mesa seis por favor- le pidió- acaba de entrar una mujer y yo no puedo ir con las manos en estas condiciones.

Lucy miró las manos de su jefa y comprendió que tardaría demasiado en quitarse los restos de la masa de entre los dedos por no decir que la masa podría endurecerse en su ausencia. Sabía que su jefa odiaba hacerle moverse tanto pero era su trabajo y ella lo asumía.

- De acuerdo.

Lucy se limpió las manos con un paño para no tener ninguna mancha de arándano y salió de la barra apresuradamente. La mesa seis era de las últimas por lo que tardó algo en llegar, pero finalmente llegó y no pudo evitar abrir los ojos como platos mientras que su boca adoptaba la forma de una o. ¡Esa mujer era Lisanna! ¿Cómo se atrevía a presentarse en la cafetería en la que trabajaba? Encima estaba radiante, guapísima, delgada y mostrando esa sonrisa de superioridad tan característica en ella.

Tenía el cabello un poco mas largo atado en dos coletas y los labios pintados de un rosa muy suave. Esa vez llevaba unos zapatos de tacón de aguja blancos, unos pantalones piratas rojos, y una camiseta atada detrás del cuello con la espalda descubierta blanca. El modelito era simple pero muy caro puesto que se distinguía a la perfección la marca de Dolce y Gabanna. Seguro que iba a restregarle por la cara lo bien que le iba.

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