Secuestrame

Epilogo

Ya había pasado un año completo desde que se habían reencontrado. Cuando tan solo quedaba un mes para el nacimiento del bebé, se habían casado. La ceremonia había sido algo privado con tan solo las personas más cercanas a ellos. Gray, la jefa de Lucy y su marido, los padres de Lucy y poca más gente.

En ese instante, Natsu se encontraba en la cocina con tan solo un bóxer puesto, triturando con la batidora unas cuantas frutas.

- ¿Te falta mucho?

- ¿Tanta hambre tiene, mi amor?

Lucy entró en la cocina vestida con una camisa blanca de Natsu y con un bebé de apenas diez meses entre sus brazos. El pequeño tenía los ojos chocolate y el cabello corto rubio.

- Está lamiendo todo lo que se le acerca a la boca... - le apartó la camisa- voy a tener que poner a lavar tu camisa.

Natsu suspiró y subió la velocidad de la batidora. En menos de un minuto ya estaba lista la papilla de frutas.

- ¿Qué le has echado?- le preguntó la mujer.

Lucy se sentó en una silla con el niño sobre las rodillas.

- Plátano, manzana, melocotón y pera.

- ¿No le has echado galletas?

- Se nos han acabado...- suspiró- a este niño le encantan...

Lucy sonrió y con una cuchara comenzó a coger la papilla que Natsu había preparado. Lentamente y poniéndose perdido el niño logró comerse la papilla.

- ¡Eres un tragón! – exclamó Lucy- ¡los niños de tu edad no comen tanto!

- ¡Se parece a su padre!

- Los pondré a dieta... me valen demasiado al mes...

Natsu le quitó el bebé y se dirigió con él hacía su habitación para meterlo en la cuna. Lucy se levantó y le siguió hasta allí. Se apoyó en el marco de la puerta y miró enternecida como Natsu cubría al niño con todo el amor del mundo.

- Eres una cotilla... - murmuró sonrojado mientras salía.

- Es que no puedo evitarlo- sonrió- ¡te ves tan tierno!

Natsu cerró la puerta y abrazó a Lucy sintiendo como se le mojaba el pecho. Rápidamente comenzó a desabrocharle los botones.

- La camisa está empapada... vas a coger frío...

- ¿Y no cogeré más frío si me quedo sin nada puesto?

- No, porque yo te calentaré.

Natsu lanzó al suelo la camisa y la abrazó mientras escuchaba las suaves carcajadas de Lucy.