Capitulo 6

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Mike se pone encima de mí—sígueme—dice cerca de mis labios y eso hace que yo me ponga nervioso, él se para de la cama y se estira y yo tengo que desviar la mirada para hacer que el momento se vuelva menos incomodo.

Escucho la risa de Mike—Harry párate o ¿te quedarás ahí todo el día?–dice esto pegándome con una almohada—ya voy—digo riéndome por el golpe y eso provoca que el también se ría, me gusta este ambiente es agradable y ligero, por una vez en mi vida me siento feliz.

Me paro de la cama y me pasó las manos por el pelo para desenredarlo—vente ahora si hay que comer—dice Mike y sale del cuarto conmigo siguiéndole.

Llegamos a la cocina y él se voltea a verme —TÚ—lo dice con voz seria que hace que yo tiemble—siéntate en esa silla y no te muevas de ahí—dice y yo me encojo de hombros—¿te puedo ayudar?—pregunto y el suelta un suspiro—no Harry—dice el con voz seria mientras saca algo del refrigerador, yo levanta la cabeza—¿qué? Pero ¿por qué no?—lo cuestiono y él me voltea a ver—por qué cada vez que intentas hacer algo solo en mi departamento, algo terminar roto o tu lastimado—dice el serio.

Yo tengo que morderme la lengua, odio que tenga la razón y odio que me haya reprendido como aún niño–no soy un niño ¿sabes?—el se ríe y niega repetidamente con la cabeza—créeme lose, pero es mi departamento Harry así que mi departamento mis reglas—dice el con mucha seguridad, mientras pone a calentar el sartén.

—no será mi casa mis reglas—digo para molestarlo—el punto es que entendiste lo que trato de decirte—dice el y yo volteo los ojos, puede ser tan impertinente a veces.

Me siento en donde me indicó y comienzo a jugar con mis dedos, el silencio que rodea la habitación no es incomodo, ni mucho menos molesto, es tranquilizante y relajado—toma, come—dice Mike poniéndome un plato de huevos estrellados, tocino y pan tostado en frente, al sentir el olor de la comida entrar por mis fosas nasales se me hace agua la boca.

El toma una silla y se sienta enfrente de mí con un plato igual al que me sirvió, tomo un poco del tocino y lo pruebo —esto está buenísimo Mike—el me da una sonrisa de lado—no tanto como tú—susurra para sí mismo, pero lo alcanzó a escuchar y me pongo rojo, toso para disimular—después de comer te revisaré la herida—dice el y eso me hace pensar que quizás sea doctor—¿eres doctor?—me atrevo a preguntar y él se ríe mientras niega con la cabeza y pasa una servilleta por los costados de su boca—¿en qué trabajas?—pregunto mientras tomo otra porción de comida.

El se encoge de hombros—eso a ti no te incumbe—lo dice de forma amable, yo me enojo siento que yo me e abierto a el, pero él ni siquiera hace el intento de hablar conmigo, escucho que suspira—sé que quieres saber de mí, pero en verdad no hay mucho que saber —dice como si hubiera leído mis pensamientos.

Yo suspiro—cuéntame lo básico—le digo y él me sonríe.

El se mete otro pedazo de pan a la boca y lo termina de masticar—bueno para empezar mi nombre real es Miguel hemsworth—dice y yo me atraganto con la comida—ves ni siquiera sabia tu verdadero nombre y ya hasta me e quedado en tu departamento —digo yo cortándolo, el solo se ríe sin darle importancia al asunto.

Me mira —si te hubiera querido hacer daño ya lo hubiera echo ¿no crees?—dice el y yo solo desvío la mirada—tengo 23 pero eso tú ya lo sabes—dice y yo no digo nada —me gusta la comida china, hago ejercicio, mido 1.90 y tomo clases de natación—dice el y me mira—esa es mi vida Harry vez no tengo nada de interesante—yo lo volteo a ver, y me da vergüenza verlo —yo lo-lo-siento, no debí haber preguntado nada—digo y Mike se ríe.

Recoge mi plato y el de el—no pasa nada—dice restándole importancia yo solo bajo la cabeza—ven vamos a ver esa herida—dice y yo me paro para seguirlo.

Entramos en el cuarto y yo me siento en la cama y él se acerca a mí y quita la venda de mi cabeza, me mira unos momentos y suspira ¿tan mal esta?—como siendo tan pequeño puedes ser tan lindo—dice enfrente de mí y yo me pongo rojo ¿me lo está diciendo a mi?—tu herida está bien—dice el y me ayuda a levantarme de la cama.

El se acerca a mí y me ve los labios y yo no puedo evitar desviar la mirada—levanta la cara Harry—dice el y yo no puedo, no quiero—Harry hazlo por ti o yo lo haré –dice serio y yo sigo sin levantarla la vergüenza me está matando—está bien lo haré por ti—dice y toma mi barbilla y mi vista está clavada a la suya—odio que no me miren a los ojos—dice y su boca se comienza a acercar a la mía, no esto no está pasando no ahora y yo no hago nada para evitar que pase ¿quiero esto? ¿Verdad? ¡Si lo quiero!

Mi celular comienza a sonar y yo suspiro y me alejo de Mike—bueno ¿quién es?—digo tranquilamente—HARRY ¿DÓNDE MIERDA ESTAS?—es mi padre yo tiemblo y suelto el teléfono, veo como Mike lo recoge y se lo pone en la oreja—HARRY TE JURO QUE SI NO ESTÁS EN TREINTA MINUTOS EN LA CASA NO SABRÁS LO QUE TE ESPERA— puedo escuchar la voz de mi padre es demasiado fuerte para que la voz retumbe en toda la habitación, pero él sabía que estaba con Alison ¿no es así? veo como Mike toma aire y yo lo veo ¿qué va a hacer?—señor el señor Harry está comiendo con la señorita Alison ¿quiere que lo interrumpa?—dice Mike imitando un acento británico, no se oye nada a través de la línea.

Mike me da una sonría tranquilizante —por favor dígame que mi voz no sé a oído en toda la sala—escucho la voz de mi padre preocupada y tengo que contener mi risa—me e ido de la sala señor no se preocupe nadie lo á escuchado, el señor Harry está partiendo ya mismo ¿se lo pasó?—dice Mike imitando de nuevo aquel peculiar acento—no, no diga nada—dice y cuelga.

Yo me río y corro hacia Mike—gracias, gracias, gracias—digo y lo abrazo y mi cara queda en su pecho por lo alto que está, el me corresponde el abrazo y me aprieta fuerte contra el, aspiro su aroma y me relajo —déjate llevar por el momento—me digo a mí mismo para tranquilizarme—será mejor que te vallas, no queremos meterte en problemas bonito—dice y yo asiento dándole la razón.

Tomó mis cosas y Mike me acompaña en el elevador y los dos vamos a unos cuantos centímetros de distancia del otro.

Cuando el elevador se detiene el se baja primero y yo lo sigo—gracias por todo—digo a su espalda, el se voltea y me levanta la barbilla—adiós bonito—dice y me da un beso, un beso que yo sigo, se siente bien sentir sus labios en los míos, yo no hago nada para evitar que me bese.

¡Me gusta! ¡Lo admito! ¡Si me gusta!—adiós bonito—dice despegando su boca de la mía y me deja ahí confundido en medio de la calle y yo solo veo como sube por el elevador.

Saboreo mis labios y tengo que admitirlo ese beso me gusto.

Mike Where stories live. Discover now