Guía para cobardes.

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¿Nunca les ha pasado que te levantas una mañana y sin saber cómo o por qué, nos sentimos totalmente solos?

De repente es como tener la necesidad de sentirse querido, de ... compartir tú vida, de tener a otra persona sentada a tu lado ahora mismo mientras lees esto.

A veces me preguntó a mi mismo si tal vez no sera culpa mía que no consiga encontrar a esa persona, porque no lo entiendo, no se que hago mal, me pasó la vida buscando a gente con la que en teoría debería encargar a la perfección, que tengan las mismas aficiones, que vivan cerca para poder vernos más a menudo, ¡que tienen sueños y aspiraciones muy parecidas a las mías!... No sé que en definitiva nos gustan las mismas cosas y se supone qué deberíamos ser compatibles.

Y sabes no hay que ser hipócritas tampoco; porque antes de conocer a profundidad a alguien primero ves el exterior, su apariencia y por mucho que de cara al público lo negemos y que socialmente quede muy bien el decir que la belleza está solo en el interior y que no debería importar si se es guapo o no; al principio no conoces a esa persona y el físico es lo primero que vez y obviamente es normal sentirse atraído y que te guste por fuera ¿No?
Y la verdad no estoy pidiendo tanto, solo busco compartir mi vida con otro ser humano que piense igual que yo....  Pero bah!.... ¿A quien intento engañar? Aun así por mucho que creo y pienso que todo es perfecto al final nunca siento química de verdad con esa persona ¿Y sabes por qué?

Porque incluso antes de conocer a esa persona, sin darnos cuenta ya estamos condicionando el tipo de relación que vamos a tener con ella, buscar unas características concretas, un físico determinado y una compatibilidad basada en nuestros pensamientos o test de revistas, es como si fueramos a comprar el amor a un Walmart o cualquier otro super mercado y eligieramos la oferta que más nos conviene, aunque no siempre sea la que más nos gustaría ¿Verdad?

El centrar toda nuestra atención en buscar a alguien que se supone que debería de ser perfecto para nosotros hace que perdamos la oportunidad de descubrir a un montón de gente con la que tal vez conectariamos y dejaramos de cerrarnos puertas inecesariamente, quizás son personas con las que nos cruzamos todos los días pero que nunca llegaremos a ver hasta que nos quitemos esa venda de los ojos llamada "Prejuicios".