Ésta historia esta dividida en tres partes.
Harry Styles es un hombre de 23 años, muy atractivo y millonario pues es dueño de Styles Atlantic Corporation.
Louis Tomlinson es un hombre de 25 años, licenciado en empresariales, muy ambicioso pero que d...
Después de ver a su jefe correr al despacho sin decir nada, Louis siguió con su trabajo pensando que seguro este se había acordado de alguna cosa o tenía ansia por empezar con el trabajo.
Un tiempo después, el teléfono sonó.
—Buenas tardes... oficina del Director Styles, ¿en qué puedo ayudarle?—respondió el ojiazul.
La perturbadora y sensual voz de una mujer le habló.
—¿Quién eres tú?, ¿Dónde está Margaret... bueno, da igual ...quien seas, quiero hablar con mi amorcito. Pasármelo.
—Yo soy Louis, el nuevo asistente ¿de parte se quién?, por favor.
—Ah si, eres ese nuevo secretario... bueno pues dile que Kendall lo busca.
Louis algo molesto por el tono arrogante de la mujer, presionó el interfono.
—¿Si?.
—Señor Styles, la señorita Kendall, lo llama en la linea uno.
Tras unos segundos de silencio, Harry contestó.
—Está bien Louis... pásame la llamada.
—Bien, señor—dijo este presionando después el botón para que su jefe y la tal Kendall hablasen a gusto.
Tras unos breves minutos, Louis vio salir a su jefe muy apurado de su despacho.
—Me marcho, me ha surgido algo. Cuando termines el trabajo puedes irte a casa... apaga las luces ¿de acuerdo?.
—Si señor, hasta mañana, que descanse—dijo Louis sonriendo.
—Hasta mañana.
Harry entró en el ascensor y volteó una vez más para ver a su precioso ayudante, antes de que las puertas del ascensor se cerrasen de golpe.
Aún faltaba una hora para marcharse a casa, así que el ojiazul terminó los documentos que tenía aún por escanear en el ordenador, luego los fotocopió y los metió en un portafolios que a continuación dejó en la mesa de su jefe, para que él los firmase a primera hora de la mañana, del día siguiente.
Ya iba a salir del despacho de Harry pero la tentación lo asedió, así que caminó despacio hasta el escritorio nuevamente y se sentó en el cómodo sillón, acariciando la suave mesa de nogal de su jefe.
En ella, el ojiverde solo tenía su ordenador, el teléfono, unos papeles ya firmados y un lapicero con bolígrafos de colores, no había fotos de familiares, ni una de la tal Kendall.
El ojiazul miró a su alrededor y tampoco vio foto alguna, entonces se levantó y caminó hasta el mueble del fondo y en medio de unos libros de finanzas encontró medio escondido un álbum.
Dudó por un instante, sabía que no debía abrirlo pero su curiosidad pudo más, así que finalmente lo abrió.
En el había fotos de un hombre y una mujer muy guapos y jóvenes, estos parecían muy felices, el hombre tenía los ojos verdes iguales a los de Harry, por lo que Louis supuso que debía ser sus padres.
Unas hojas más adelante, junto a esos señores aparecía un precioso niño de ojazos verdes muy sonriente, entonces pensó que ese debía se Harry de pequeño
—¿Por qué tendrá oculto un álbum con fotos de sus padres y de él?, si son hermosas.
De repente escuchó un ruido, así que dejó corriendo el álbum donde estaba y salió del despacho de su jefe pues no quería perder el trabajo en su primer día y además por metiche.
Tras terminar y salir de la empresa Styles, Louis cogió el autobús donde fue recordando feliz su primer día de trabajo, que aunque no era su deseado, le era millones de veces mejor que el que había desempeñado hasta el momento.
También pensó que quizás su jefe no sabía ni que tenía esas fotos allí olvidadas, además su despacho era demasiado tétrico, por lo que se le ocurrió una manera de devolverle el amable gesto de invitarlo a comer.
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