La hija del Joker

Caramelos Somníferos.

Al contrario de lo que su padre creía, Lady Joke seguía centrada en sus experimentos y crímenes, su proyecto actual consistía en el mismo que le había consultado a su padre hace unos meses, pues ya el somnífero para elefantes que su padrino, el Sombrerero Loco, había enviado, ya tenía hechas las modificaciones químicas que lo volvían más efectivo y por ende más peligroso.

Solo tenía un inconveniente, la combinación del somnífero con el azúcar que empleaba para elaborar los caramelos resultaba demasiado inestable y se deshacían, le hacía falta un ingrediente y no descubría, aún, cuál era...

-¡ASH ESTO ME ESTÁ MATANDO!-procedía a quejarse de nueva cuenta la verdi-rubia mientras se alejaba de la mesa de trabajo y colocaba los lentes de trabajo sobre su cabeza-

-¿Necesitas ayuda, princesa?-preguntó su padre entrando al laboratorio-

-¡Papi!-chilló emocionada la chica- Si, por favor...-respondió con cansancio mientras se sobaba el puente de la nariz- Me hace falta un maldito ingrediente para que los Caramelos Somníferos se mantengan estables... ¡pero no lo hallo!-explicó cubriéndose el rostro con las manos-

-¿Por qué no pruebas con una pizca de arsénico?-preguntó, recibiendo una confusa mirada entre los dedos de parte de la ojiambar- Anda, inténtalo-la alentó, aunque no era algo propio de él-

-Meh...-respondió la chica encogiéndose de hombros-

-Ten...-le acercó 0,2mg de arsénico sobre un papel tornasolado, cantidad que creyó suficiente para darle estabilidad a la mezcla-

Lady Joke optó por obedecer y tras acomodarse los lentes de protección, añadió los 0,2mg al vaso de precipitado en el que estaba trabajando revolviendo con un palito de vidrio el contenido, que pasó de verde a naranja con un leve burbujeo mientras lo acercaba al mechero a gas. Lucía estable, solo restaba comprobarlo; dicho y hecho, Lady Joke vertió con cuidado una parte de la mezcla en un molde circular y lo puso a refrigerar, ¡milagro!, el caramelo no se deshacía como todos los intentos anteriores.

Los Caramelos Somníferos eran una realidad, y Lady Joke ya pensaba en quién usar la primera prueba... no sin antes agradecerle a su padre, quien la veía orgulloso al notar el brillo de locura en su ojos ambarinos.

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