Mosso

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«Lo mágico de un coro para mí siempre fue la forma en que todo funciona. Incluso si uno intentara forzarlo, no resultaría esa cohesión en otro grupo humano que no se conecte como los músicos lo hacen»

Viktor llamó a Chris adelante y le entregó los shackers. Al parecer tenía experiencia con la percusión pues enseguida agarró el ritmo que Viktor dictaba con su mano zurda; hacía un movimiento muy preciso y seco, un tanto maniático.

—Les voy a dar sus entradas, así que estén atentos —dictaminó y todos se pusieron pendientes de sus carpetas.

Al Viktor alzar sus manos entraron todos parejos, en sus respectivas notas. A Yuuri le divertía la forma en que parecía estar modulando todas las voces a la vez que sus manos se movían guiando el camino de la canción. El que más se divertía con la canción era el director, aunque Pichit no se quedaba atrás tampoco. Junto a Yuuri no podía evitar menear un tanto la cabeza al son de la voz de los tenores, tan junta a la de los bajos.

—¡Es "Lata d'Agua na Cabeça" no "en la cabeza"*! —les exigió su director sin perder el sentido del humor.

«Todos respirando juntos. Incluso puedes sentir que en ciertos momentos los corazones laten a un ritmo parejo. Sintonizar voces es algo indescriptible, no podría encontrar jamás palabras para expresar qué sientes al ser parte de aquellas filas»

A la primera vuelta Viktor se detuvo con las manos en alto, encerrando el aire y la atención de todos frente a sí.

—Muy bien, veo que estudiaron.

—¿Esa es nuestra evaluación director? —preguntó Georgi con la cabeza en alto pomposamente, como siempre solía ser.

—La verdad, es que está bien la coordinación; todas las entradas estuvieron correctas y está bien técnicamente —dijo con sus dedos enredándose en su flequillo—, pero déjenme decirles que jamás escuché algo más desabrido.

«Por supuesto esa bella armonía se mantiene solamente al cantar»

—¡Viktor! —le recriminó desde la fila de los tenores Crispino, acercándose a centímetros de su cara como un perro rabioso—. ¡¿Qué demonios hicimos mal?! Estuvo bien, estuvo parejo y limpio.

Viktor, inmutado de lo amenazante en el tono de Crispino y su mirada de Bull dog, respondió como siempre ligero: —Exactamente es por eso que está aburrido; esto es Zamba no una marcha fúnebre.

Resoplando se quedó el jefe de los tenores mientras Viktor le rodeaba para quedar mirando al coro.

—¿Acaso alguna vez han salido a bailar y se han divertido? — preguntó abiertamente.

Todos se miraron confundidos; algunos asintieron y otros se quedaron pensativos.

—Pues déjenme decirles que pareciera que jamás han salido de su casa o de la iglesia de la esquina —añadió divertido mientras saltaba del escenario—. Es momento que descubran que estar en un coro no es sinónimo de estar de acólito.

—Esta no es otra de tus "geniales invenciones" o una de tus jugarretas Nikiforov —ladró Crispino—. Esto es un coro serio.

Sala observaba aterrada a su hermano y su actitud hacia el director. Sabía que no existía ahí una buena dinámica y que su hermano se había guardado unas cuantas cuando el ruso se había ido del coro hacía ya un año y medio; pero desde que había tomado las riendas del coro Michelle no dejaba en paz a Viktor con su saña.

—Serio no es sinónimo de aburrido; si no son capaces de representar una simple Zamba no son un grupo digno.

—Está técnicamente correcta.

Vivace Passionato #RisingAuthorsAwards2017 #ViktuuriAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora