Capitulo 25

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Sentía que la felicidad no cabía en mi, en mi cuerpo. ¡Oficialmente novia de Alfonso! Y ver que hizo eso por mi, era como si no lo se... Él es el indicado para mi. Luego de nuestra cena, tuvimos la casa solo para nosotros y fue alucinante. Solo nos falto hacerlo en él trecho, creo yo. Me mata de amor, y verlo a el, tan entregado a mi, a lo nuestro. Pues es mas que suficiente. Y mas felicidad para mi es ver que es tan cómplice con mi hermana y mi cuñado. Lo importante para mi es la relación que tenga con mi familia. Claro, aun no conoce a mis padres... Pero se que seguro también se llevara bien con ellos.

Alfonso: Buenos días - me dio un suave beso y se pego mas a mi- ¿Desayuno o repetimos lo de anoche?

Anahí: Esta vez... Desayuno. Estoy famélica.

Mi chico se levantó y se coloco los bóxer, luego él pantalón de pijama. Mientras que yo lo veía como una boba desde la cama. Se que seguro calentaría algo o pediría comida, él no cocina ni él agua para la pasta. Y tampoco quería que quemara la casa. Me levante y busque la camisa que él utilizó ayer y me la coloque. Tapaba mas allá de mi trasero así que estaba bien. Le envíe un mensaje a mi hermana diciéndole que en la hora del almuerzo estaría yo. Alfonso estaba revisando cada gaveta a ver que conseguía de comer, y yo solo podía reírme.

Anahí: Lo hago yo, dejalo así.

Alfonso: Mucho mejor, nena. Creeme que no se nada de cocina.

Busque todo para hacer panqueques con tocino, recuerdo haber visto miel fresca en su nevera para los panqueques. Él solo vigilaba cada movimiento que yo hacia y de vez en cuando se le dibujaba una sonrisa en su hermoso rostro. Yo solo podía suspirar por él. Que hombre tan precioso me toco. Y todo un caballero, Maite tenia razón. Él no es Manuel. Mientras terminaba de preparar él desayuno, Portilla y dos hombre más entraron, provocando que Alfonso gruñera porque mi desnudez solo tapaba una camisa de él y los tres terminaron viendome, excepto Portilla que retiró su vista de mi enseguida. Alfonso hizo una seña y los tres caminaron hacia su oficina.

Alfonso: La próxima, usaras un vestido de monja. No quiero que mis empleados te vean así -gruño.

Anahí: ¿A donde vas? no me digas que trabajadas, es sábado.

Alfonsí: No nena, solo rutina. Vendré enseguida - se coloco una camisa blanca que estaba en la silla de al lado y camino hasta la oficina.

A veces quisiera entender él misterio de Alfonso con sus empleados pero es difícil. Y nunca me dice las cosas. Simplemente se preocupa y pasa así, o se queda callado procesando todo... A veces es como un niño. Y me frustra. Quisiera entenderlo, y ayudarlo, pero es imposible. Él no se deja. Es como si creyera que él puede con todo, como si se creyera él rey del mundo. Quisiera matarlo pero así es él y no puedo hacer nada. Así lo quiero mas que a nada. Portilla y sus hombres salieron de la oficina y se dirigieron a otro lugar que realmente no se. No conozco toda la casa de Alfonso. Mi chico salio con su rostro serio y se sentó enfrente de mi, sin decir nada, solo mirandome. Mierda, ahora si me asuste.

Anahí: ¿Pasa algo, Alfonso? - mi voz titubeaba.

Alfonso: Creo que hemos conseguido a tus hermanos.

En parte, sentí alegría al escuchar eso. Pero al mismo tiempo asombro y miedo. Sentí un ardor en mi mano y fue cuando vi que es él sartén me estaba quemando. ¡Mis hermanos! Consiguieron a mis hermanos... Esos que no conozco, y que mis padres alejaron de Maite y de mi. Alfonso se levanto con su gesto ahora de preocupación a ver mi mano, pero eso no es lo que me importa. Me importa que ha encontrado a mis hermanos. ¿Ha hecho todo eso por mi? Sentía que quería comérmelo a beso.

Alfonso: Ten mas cuidado, Anahí - me reprendió y tenia él ceño fruncido - La próxima vez podria ser algo peor, mira como tienes eso.

Realmente si estaba feo. Lo tenía rojo y ya se estaba formando la vejiguita de la quemadura. Y ahora si sentía él ardor y dolor. Alfonso buscó en una esquina de la cocina un pequeño botiquin de emergencias, y sin entender nada, saco una crema y la aplico, luego me vendo un poco la mano donde me había quemado y parecía que había ido a la clínica. Me encanta.

• mi JEFE • (1°T. COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora