Ambos estarán en un nuevo mundo... Él conoce lo que es verdadero amor, algo mas que un simple polvo. Ella conoce la perverción, él lado malo, él sexo mas allá de lo básico . ambos disfrutan lo que tienen, sin contrato sin atadura, ella niega sentir...
Que clase de resaca tan fastidiosa tengo. La fiestecita con mis amigos fue, un poco salvaje... Y que Alfonso pasara toda la noche buscándome porque no sabia en que discoteca estaba, hizo que mi noche fuera mas divertida aun. Si vivo es de milagro. No había tomado tanto así. Mi hermana se sorprendió al verme tan borracha pero solo se reía.
Estoy joven, tengo que disfrutar la vida. ¡Viva él alcohol y las fiestas! Eran las 3 de la tarde y apenas iba levantándome. Dormí en la otra habitación de mi casa con Dulce. Ella es él chicle que se me pego y no me dejo volver a caminar. Comenzó a sonar mi teléfono y se quejó porque no la dejaban dormir. Alfonso. Mi corazón comenzó a latir rápidamente.
Alfonso: ¿Donde carajos estas metida? –gruño.
Anahí: Durmiendo. ¿Por que? ¿Que sucede?.
Alfonso: ¿Como que "por que"? ¡No se nada de ti desde ayer en la tarde que te deje en la casa! Cuando volvi no estabas ni estaban tus cosas. Pase toda la maldita noche buscándote. Y nadie, ni mi mejor amigo me quiso decir donde estabas.
Anahí: Eso te pasa por ser tan idiota. ¿No crees?.
Alfonso: No me digas así, Anahí. ¿Podemos vernos? Por favor –susurro.
Admito que me encanta cuando suplica. Y me encanta mas aun verlo tan preocupado por mi. Mi chico tan gruñón como siempre. Pero aun no lo perdonó
Anahí: ¿En tu casa?.
Alfonso: Si. Te espero aquí.
Deje a Dulce durmiendo y me bañe para quitarme él olor al alcohol y para tener mejor aspecto. Mi cabello estaba vuelto un desorden de cuando Ucker decidió lanzar una cerveza mientras bailábamos y toda me cayo justo a mi. La borracha y yo pues. Él que me huela cree que me bebí toda la cerveza del mundo. Como en casa no estaba mi familia porque había ido de compras, logre vestirme en mi habitación.
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Le deje un mensaje a Dulce de que mas tarde volvería y tome camino a casa de Alfonso. Ciertamente estaba nerviosa por lo que me diría pero al mismo tiempo se que seguro se portaría como todo un idiota. Lo conozco muy bien. Entre a su casa y él no estaba por allí, Portilla me recibió con una sonrisa y me dijo que él "señor" se encontraba en su oficina. Camine con paso decidido hasta alli, y estaba con él ceño fruncido viendo algo en la computadora. Al verme, se levanto y camino hacia mi.
Alfonso: Hola –susurro– Que bella estas.
Anahí: Gracias. Tu no te quedas muy atrás. ¿Estabas haciendo ejercicios?.
Alfonso: Si, 1hora de gimnasio y 20 minutos en la piscina –presumio sus músculos.
Anahí: Te ves bien con ropa deportiva.
Él me abrazo, como si sintiera que yo me fuera a ir... Algo le pasaba y no quería decirme. Por teléfono estaba molesto pero en persona esta totalmente diferente. Me dio un beso que me dejo tonta y luego simplemente me sonrio. Que extraño esta.
