Capitulo 37

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Maratón 1/3.

Anahí

Estábamos en Suzdal al fin, 3 horas se me habían hecho eternas y como a medio camino deje de conducir, mi cuñado decidió hacerlo. Me sentía mal. Sentía mis defensas bajas. Pero nada que un jugo de mora no solucionara. Alfonso se veía preocupado, fueron pocas las veces que me vio en este estado.

Maite: Vamos a almorzar y luego vamos a casa de la abuela - hablo autoritaria.

Ni intente replicarle, no me siento bien para eso. Nos detuvimos en un restaurante al que veníamos antes con los abuelos, eran de sus favoritos. Siempre comiamos aquí cuando veníamos de visita. Era imposible no detenerse aquí. Todo estaba en Ruso y la cara de confusión de Alfonso era para reírse hasta no parar. Luego de ubicarnos, pedir la comida y tomarme mi tan amado jugo de mora, vi a Alfonso mas calmado.

William: Cuñado. ¿Tu también te dedicas a los Rodriguez verdad? - le pregunto a Alfonso.

Alfonso: Asi mismo cuñado ¿Y yu? ¿Eres doctor como Maite?.

William: No, soy militar. Pensé que Anahí te lo había dicho.

Alfonso: Nena, en tu familia hay de todo. - me dio un beso y luego sonrió de esa manera que me vuelve loca.

Alfonso estaba en lo cierto, y ese era él orgullo de la familia. Cada quien se dedica a algo diferente. Aunque Maite decidiera seguir los pasos de mamá.

Luego de comer, tomamos rumbo a casa de mis abuelos. Estaba nerviosa. Sentía mis manos temblar. No se como tomaría eso. Ni como lo tomarían mis abuelos al vernos aqui. Se que Alfonso se había dado cuenta de que yo estaba nerviosa y se que estaba haciendo lo mas que podía por mantenerme calmada. Pero es que esto es algo que yo no esperaba. William estacionó él auto y enseguida nos miro a Maite y a mi.

William: ¿Vamos todos o ustedes nada mas?.

Anahí: No lo se. No se si pueda - mis piernas flaqueaban como gelatina.

Maite: Anahí, acabemos con esto ya. - tomo mi mano y luego me dio un beso en la frente.

Nos bajamos ante la lujosa casa de mis abuelos, no tanto como la de mis padres pero lo es. En este pueblo son muy pero muy pocas las familias con dinero y entre esos estaban mis abuelos.
Aunque aun no se porque se han venido a vivir aquí. Según ellos, la calma de un pueblo no es lo mismo a una cuidad. Pero lo acepto, están viejos.

Toque él timbre con cierto miedo y tras esperar varios minutos, mi abuela nos abrió la puerta. Estaba tan delicada como siempre. Desde joven ha sido tan arreglada, tan fina.

--- ¡Pero si son mis nietas hermosas! - nos abrazo las dos y comenzó a darnos besos.

Anahí: Abuela estas bellísima.

--- Tu también lo estas, mi pequeña. Por fin viniste a Rusia, por un momento pense que no te vería más.

Anahí: Claro que si abuela, siempre vendre.

Comenzó a pregunta por Santi y no nos quedó de otra que hacerles seña, a los minutos que abuela vio a Alfonso, comenzó con sus preguntas. Y aun ni los había presentado. Dios.

Anahí: Él es Alfonso. Mi novio.

--- ¡Pero que guapo! Tu no eres Ruso, por lo que veo.

Alfonso: No señora, soy Americano.

Cuando Alfonso le estiro la mano, abuela enseguida lo abrazo y le dio dos besos. Normal en ella. Entramos a la gran casa y enseguida envió a su personal a que nos prepararán alguna merienda. Siempre tan atenta. Abuelo no se encontraba en la casa. Normal de él.

Maite y yo hicimos un pequeño recorrido por la casa, intentado buscar algunas fotos de mis hermanos y no la había. Todas eran de nosotras, mi padres, Santi.... Ni un rastro de ellos. No entiendo ¿Viven aquí pero no hay fotos de ellos?.

Anahí: Seamos directo, esto ya me esta sacando de quicio.

Los cuatros me miraron al mismo tiempo. Abuela sin entender, Maite y William alarmados, Alfonso con preocupación.

Anahí: Ya sabemos que tenemos dos hermanos. Sabemos que viven aquí. Así que... ¿Donde están abuela? ¿Por que lo ocultaste todo este tiempo?

Los ojos de mi abuela se abrieron al punto de que en cualquier momento los vería rodar por él piso. Se sentó en uno de los muebles y se llevo la mano en él corazón. Joder. Ahora seguro le da un infarto por culpa mia. Por ser tan impulsiva.

--- ¿Como se enteraron de eso? - su voz casi fue en susurro.

Maite: Eso es lo de menos abuela - hablo, sabe que estoy muy alterada - Solo queremos saber porque lo ocultaron por tantos años, y porque no estan aqui.

--- Son asuntos de adultos, niñas. Ustedes no deben porque entrometerse en ese tema.

Anahí: ¿No debemos? ¿De que hablas abuela? ¡No es cualquier cosa! Estamos hablando de dos hermanos que no sabíamos que teníamos.

Mi paciencia había superado al limite. Estaba alterada. La abuela ahora se veía tan calmada, por su cara, básicamente nos esta retando a Maite y a mi ¿De cuando acá ella tiene esa actitud?.

Anahí: ¿Es esa la repuesta que nos dará? ¿Luego de que ayudaste a nuestros padres a ocultarlos? O quien sabe... Si fuiste tu quien los oculto.

Mi impaciencia y molestia se notaba en mi voz. Alfonso quería calmarme más no sabia como. Lo entiendo. Maite tomo a Santi en brazos y le hizo una seña a William, enseguida se levantaron y caminaron hacia la puerta. Sin mirar atrás y sin despedirse de la abuela. Tome a Alfonso de la mano e hice lo mismo. Maite es de las que simplemente ignoran. Yo soy totalmente distinta. Yo discuto hasta que no me quede aire en él cuerpo.

Maite: Claramente, ella no nos dirá nada. Y su actitud, fue horrible, por eso papá es como es. Por culpa de ella y del abuelo.

Anahi: William... ¿En cuanto tiempo tu gente localiza a alguien que esta dentro o fuera del país?.

William: En él tiempo que yo llame a inteligencia militar.

Enseguida mi cuñado tomó su teléfono y comenzó hacer lo suyo. Mi chico estaba totalmente perdido al escuchar tanto ruso. Normalmente siempre hablamos ingles si el esta presente. Mi teléfono sonó y vi que era papá.

Joder... Ya debe de saber todo. Atendí y lo puse en voz alta.

Enrique: ¡¿Que están haciendo tu y tu hermana ahora?! ¡¿Que le han dicho a la abuela?! - nos grito en ruso

Anahí: ¿Que te dijo ella para que te pongas así?

Enrique: No investiguen él pasado, no se entrometan en asuntos que no deben. Se los pido como su padre.

Anahí: Al llegar a casa, hablaremos - corte sin siquiera escuchar su respuesta.

Las lágrimas salieron enseguida y en cuestión de segundo tenía a Alfonso abrazandome. Se que no entendió nada pero seguro se lo imagino al verme así. ¿Que clase de vida es esta? Siempre he admirado a papá por lo que hace por nosotras, y otra veces me he molestado por la clase de vida que quiere que llevemos porque a él le gustan los lujos, pero esto no es algo que acepto. Ni que cualquier persona, tenga o no lujos, aceptaría. ¿Acaso puedes apartar a tus hijos así como así? ¿Como si no tuvieras corazón? Es que para mi es lógico.

Alfonso: Nena... te dije que te ayudaría a encontrar a tus hermanos y así sera. Pero por favor, no llores.

Anahí: Si hubieras entendido lo que dijo...no se como puede ser asi.

Alfonso: Quiero besarte - me susurro al oído - Y quiero hacerte otras cosas que no puedo decirte aquí porque están tu hermana y tu cuñado. Si me escuchan, a lo mejor me matan.

Anahí: ¡Alfonso! - comencé a reír como si estuvieran haciéndome cosquillas.

Alfonso: Es eso lo que quería ver... Esa sonrisa que me vuelve loco.

• mi JEFE • (1°T. COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora