Ambos estarán en un nuevo mundo... Él conoce lo que es verdadero amor, algo mas que un simple polvo. Ella conoce la perverción, él lado malo, él sexo mas allá de lo básico . ambos disfrutan lo que tienen, sin contrato sin atadura, ella niega sentir...
Disfrutamos el almuerzo, sin decir nada. Una que otra palabras salían de nosotros. Solo nos mirábamos sin entender que pasaba entre ambos. Se le notaba que quería besarme y a mi igual, quería comérmelo a besos. Abrazarlo, dejarle claro que quiero estar con el. Pero no quiero que me fallen una vez mas. Luego del almuerzo, salimos del restaurante y ninguno decía nada. Mierda. ¿Seria así toda la tarde? Debo de admitir que estaba feliz que estuviera aquí conmigo pero quería que dijiera algo. Que me abrazará, me besara...
Anahí: Alfonso –volteo hacia mi enseguida – ¿Volaste tanto tiempo a Rusia para no decir nada?
Alfonso: Me tienes intimidado... Es esa la verdad. Siento que si digo algo, hare que corras, y no estoy diciendo nada y estas a punto de hacerlo.
Anahi: ¿Donde te quedaras?
Alfonso: Aquí. Tu hermana me hizo la reservación ayer.
Anahí: ¿Y cuando te vas? – pregunte con cierto miedo.
Alfonso: Cuando me perdones – confesó.
Mi corazon salto. Queria comermelo a besos. ¡No puedo creer que dijo eso! Muero de amoooooor. Pero no. Yo soy una chica fuerte. Según yo. Tome su mano y salimos al hotel, se que si nos quedábamos probablemente terminaríamos en su habitación y yo no me haría la difícil.
Anahí: Vamos a una plaza muy famosa, para que hablemos y asi conoces un poco Moscú.
Alfonso: Estoy en tu territorio, tu mandas – me sonrió.
Maneje hasta la "Plaza Roja", la mas famosa de Moscú. Estacione y deje mis flores en él asiento de atrás, con cuidado y no se fueran a destrozar. Alfonso me vio un tanto burlón. Era gigante y había bastante gente para ser un jueves.
Alfonso: ¿Te gusta este lugar? – preguntó con interés en mi, como siempre.
Anahí: Papá solía traernos siempre, jugábamos con la bicicleta o simplemente corríamos hasta que lo sabamos de quicio – rei – Algunas veces venia sola para desahogarme. O cuando tenia algun problema en la escuela. Siempre me ha gustado este lugar.
Alfonso: ¿Y ese lugar que es?
Anahí: Es la "Catedral San Basilio" ¿Quieres ir? – Él asintió y caminamos juntos hasta donde estaba.
A lo que llegamos, no se ni donde, pero saco su iPhone y tomo una foto de nosotros, además de una de mi sola. Ese tipo de detalle me mataba de amor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una ráfaga paso, moviendo mi cabello y mi camisa, dejándome con un frío terrible. Rusia siempre tenia un clima bipolar. Alfonso al verme, se quito inmediato su saco y me lo puso, parecía una niña pequeña.
Caminamos y compramos algunas manzanas acarameladas, refrescos y algodón de azúcar. Parecíamos unos niños. Y me alegraba verlo riéndose. Eso para mi, era suficiente. Aunque aun no habíamos hablado nada de lo que sucedió. Y no se si quería hablarlo.
Alfonso: Vamos al hotel, tenemos que hablar. Y te prometo que nada pasara.
Anahí: Alfonso...
Alfonso: Nena, tenemos que hablar. No ignoráremos lo que paso toda la vida.
Asentí y no me quedo de otra que aceptar. Caminamos de vuelta al auto y luego maneje hacia él hotel. Me pareció extraño que no había visto a Portilla con Alfonso desde que habíamos llegado. Pero no quería preguntar. Subimos a su habitación. Sin duda alguna, a Alfonso le encantaban los lujos. Que habitación tan enorme. Sirvió un vaso de agua y se sentó en unos de los muebles, esperando por mi.
Anahí: Habla Alfonso, yo no tengo nada que decir.
Alfonso: Como sabes, esa es Kimberly... Mi ex novia. Yo fui al club con unos amigos y ella estaba ahí, como siempre siguiendome... Me insinuaba cosas que porque estoy contigo, y asi, nos ha visto mas de una vez juntos. La ignore, luego comence a tomar con mis amigos hasta que me excedi un poco, tenia rabia porque ella estaba ahi, y antes de eso había visto a Dulce. E incluso nos saludamos y hablamos un poco. Cuando me iba, porque realmente ya tenia los tragos encima, ella se me lanzó, que bailáramos, me beso, y no me quería dejar ir, él vigilante al ver lo que pasaba creyó que yo estaba abusando de ella, y se formo un pequeño escándalo por él cual tuve que pagar unos cuantos millones y en la prensa no saliera que yo estaba abusando de ella en una discoteca. Su mejor amiga estaba ahí y se encargo de grabar todo.
Todo lo que me había dicho me ponía a pensar bastante, pero al mismo tiempo algo me decía que me detuviera, no quiero volver a lo mismo. Al llanto, al mal de amor, no comer ni respirar porque extraño a un hombre. Él no dijo mas nada pero me veía con ansiedad, esperando una respuesta mia. Y yo no sabia cual darle. Tal vez si. Tal vez no. ¿Debia de creer en él? ¿Tenia que darle una oportunidad? Dios. Mi hermana llamo a mi teléfono y le pedí unos minutos a Alfonso.
Maite: Anahiiiiiiiiiiii – escuche su voz emocionada – ¿Que tal todo? ¡Dime si no te enamoraste!
Anahí: Traidora –susurre – ¿Como te atreviste?
Maite: Cuando vengas a casa, te contare todo. Disfruta con tu americano enamorado, te adoroooo.
¿Enamorado? ¡Ojala! Ojala estuviera enamorado. Tal vez si, todo lo que hizo por una explicación dice muchas cosas. Pero a la vez no lo se. No lo veo enamorado. Él estaba impaciente sentado en él mueble esperando una respuesta mia.
Anahí: Tal vez pueda darte otra oportunidad... – él salto enseguida y me dio un beso.
Alfonso: Nena, no te arrepentirás – siguió besándome hasta dejarme sin aire.
Nuestro jueguito toda la tarde y aparte de la noche fue darnos besos, hablar y toquetearnos como dice él. Nunca pasamos de ahí. Todavía no se si estaremos juntos como estuvimos antes de que yo me viniera a Rusia y todo esto sucediera. Luego de que cenáramos juntos, vimos una película y a las 10 me fui a mi casa prometiéndole venir mañana. Se que si no dormía en casa hoy, papá me mataría. Buscaría en todo Rusia donde estaba su hija pequeña. Al llegar a casa, mis padres estaban sentados en la sala hablando de algo, mi hermana seguro ya estaba en su casa con su familia. Papá se levanto y me dio un abrazo.
Enrique: Extrañaba esa sonrisa, espero verla todos los días.
Anahí: ¿Cual sonrisa papá?
Enrique: Esa sonrisa que demuestra lo feliz que estas, mi niña – me dio un beso en la frente – Y ese brillo en los ojos que te caracteriza.