Capítulo XVIII》"Shiro, vete al infierno..."

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—Llegas tarde —murmura Shiro al verme bajar del taxi. Sonrío sin ganas y desvío la mirada, hace algo de frío.

No encontré a Kuro ni a Amaya en todo el día, y eso me preocupa, y si estoy preocupada, las cosas no sales bien nunca.

—¿Tienes frío?

—No.

—Pues parece que sí.

—Ya, ¿y?

—Que te puedes enfermar.

—Respito; ya, ¿y?

Shiro bufa y me entrega una máscara un tanto... ¿Peculiar?

Es como...

No sé cómo describirla, pero no es tan fea. Sólo tapa la mitad frontal de mi rostro y tiene detalles en blanco y negro. Las máscaras no son lo mío.

—¿Entramos ya? —pregunta, yo asiento y me adentro en el maldito restaurante con la máscara puesta— Recuerda no decir nada, es la primera cena con Hysteria y no me gustaría que una muchachita lo arruine todo.

—Corrección: una muchachita que compone para la banda.

—Como sea —gruñe. Al llegar a la larga mesa de madera, él separa la silla de la mesa cortésmente, yo sin hacer ningún gesto me siento. Él ha dicho que no hable, así que no puede quejarse porque no le agradecí, aunque a decir verdad, tampoco iba a hacerlo.

¿Cómo puede un chico de veinte años fingir tan bien? La práctica hace al maestro dicen, pero él es demasiado bueno ocultado lo que siente. ¿Será que Amaya y Kuro están a su nivel? No, él es del tipo de persona indiferente a los hechos; él hace como si realmente nada importante hubiera pasado, a diferencia de los chicos, que sí me contaron sus historias con algo de sentimiento.

Él es tan neutro...

Me gustaría pintar su vida de un color más vivo. Me gusta su sonrisa, esa sonrisa que me mostró el primer día antes de la maldita cena.

Él sabe cosas de mí que yo había dejado en el olvido, y yo sé cosas de él que, a pesar de ser fuertes, no le hieren.

Veo como Shiro habla dirigiéndose a todos en la mesa, pero yo no le escucho, sólo le veo mover los labios. Labios que detesto.

Shiro, ¿por qué no te vas al infierno? Shiro, vete al infierno. Shiro, desaparece, no te quiero cerca, odio tu presencia y me duele escuchar tu voz, ¡y no tengo idea de por qué! ¿Será porque sé que me manipularas? Tienes un as bajo la manga que no dudarías en usar.

—¿Y bien? —preguntó el único chico que puede hablar —si es que hay más chicos en esta mesa— y H asintió. También lleva la estúpida máscara, aunque a ella se le ve bien.

—Claro, pero quiero saber quién es nuestro compositor.

H... Me estás haciendo enojar...

—Eso no se puede, H.

—¡Pero al menos dime si está aquí ahora!

Noto que Shiro suspira cansado y asiente. H, espero que tengas una bonita cara, que sino mi golpe será en vano la próxima vez que hables.

—Quiero dejar en claro que esta repentina decisión ha causado mucha discordia entre el Horizon Rock y New Idol —alto. ¿Qué?—. No estaba en ningún lugar una alianza, y mucho menos esto de dejarse al descubierto —¡¿Eh?!—. Al parecer los dos grupos más famosos que participarán en el Horizon Rock tienen curiosidad por conocerse, y conocerles a vosotros.

¡¿EH?!

—Ya saben. Al terminar el Horizon Rock, ustedes, In NO Hurry y la nueva banda que está entre las más buscadas de la lista se quitarán las máscaras, literalmente.

¡¿EHHH?! ¡¿OTRA BANDA?! ¡¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO?!

Me levanto de la silla con sutileza y sin decir nada salgo del restaurante. No me quedaré ahí dentro escuchando estupideces.

—¡Lea! —grita Shiro cogiendo mi muñeca.

—Se suponía que nos quedaríamos en el anonimato, no que nos mostraríamos a otra banda, que por cierto, es un rival bastante fuerte. ¡¿Acaso eres idiota, Shiro?! ¡¿Dónde mierda ha quedado el tabú?! —Shiro me abraza con fuerza, mucha fuerza—... V-vete al infierno, Shiro...

—¿Quién asegura que mi infierno no es la tierra? —pregunta él en mi oído, haciéndome estremecer.
—Tú eres un... idiota...

—¿De verdad crees eso, Lea?

No.

—Sí —respondo, él me abraza con mucha más fuerza, cosa que creo imposible.

—Bien —susurra soltandome. Cuando me alejo un par de metros, noto que él ya no es él.

—Mierda...

—¿De verdad crees que Shiro es un idiota?

Maldigo el día que cené con Shiro, el chico con síndrome de Géminis.*

—¿Cómo te llamas? —pregunto con el ceño fruncido y preparada para atacar.

—Por ahora dime Shiro, necesitamos quitarnos a toda la chusma de encima —arrugo la nariz y por fin me fijo en los alrededores.

Este Shiro tiene razón, hay demasiadas personas viendonos con el ceño fruncido. ¡¿Qué tienes con vernos?! ¡¿Acaso tenemos pinta de payasos?!

—Ven, iremos a casa de Shiro —dice... Shiro tomándome la muñeca con cuidado, pero yo me detengo en seco.

—No te conozco, ¿qué te hace pensar que iré?

Shiro se queda en silencio unos segundos, supongo que pensando en alguna respuesta que me convenza.

—Tienes razón, no me conoces —me suelto de su suave agarre y me cruzo de brazos dispuesta a irme— A mí no, pero a Shiro sí.

Maldito.

—¿Vendrás?

—Depende, ¿intentarás herirme o algo? —bufo, Shiro ríe por lo bajo y camina hasta el estacionamiento, conmigo pisandole los talones.

¿Por qué Shiro tiene que ser tan... él?

¿Por qué nadie puede ser sincero en este mundo?

-.-.-.-

*El síndrome de Géminis es una enfermedad incurable, que afecta una parte del cerebro que ya olvidé (y yo estudio bastante esa parte... :'v memoria qlia no serví pa' na' ;-;)... El individuo que padece de esta enfermedad generalmente pasa por un trauma que termina "creando" múltiples personalidades dentro del mismo. En otras palabras, Shiro tiene múltiples personalidades :3

Oh sí, maratón 7w7

Okya :v

-A.H-

L.E.A 《Fukumenkei Noise》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora