Capítulo XXI》"Fantástico. Simplemente FANTÁSTICO"

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—¡Lea! —exclama Kuro al verme poner un pie dentro del instituto. Le miro preocupada, ¿qué ha pasado para que esté tan pálido?— ¡Dios mío, ¿estás bien?! —sin previo aviso, él se lanza sobre mí haciéndome dar unos cuentos pasos en falso.

—¡LEA! —grita Amaya, puedo verle con los ojos rojos. Oh madre, ¿acaso ha estado llorando?

Ella también corre hacia mi, y de pronto tengo a una multitud de personas cerca. Bueno, sólo los que han estado conmigo desde el principio. Todos están preocupados, ¿por qué?

—Miou y Nino nos contaron sobre tus exámenes —dice Haruno bajando la mirada, yo trago saliva en seco intentando calmarme—... ¿Estás enferma y no nos lo habías dicho?

Y la he cagado. ¿Por qué dije eso, si cada vez que  miento me sale el tiro por la culata? Miro a todos detenidamente. Parecen preocupados, quizá demasiado para mi gusto. Hace un año, no habría creído que esto me pasaría, incluso si el oráculo me lo contaba en persona.

Hace un año las cosas eran diferentes. No existía el proyecto New Flower, y el proyecto New Idol no estaba causando una revolución. Mamá estaba loca, pero menos. No conocía a Saúl, no conocía esa parte rebelde de papá y por sobre todo, no les conocía a ellos.

¿Será que el cielo por fin envió a sus ángeles en mi búsqueda?

Tengo ángeles, eso es extraño. No creo en el cielo, ni el infierno, y eso que voy a la iglesia todos los putos domingos. ¿Es que acaso no he aprendido ya lo sificiente? ¿Acaso aún no me doy cuenta de que las mentiras son malas?

—Lea, no llores —dice Kuro, soltando también algunas lágrimas.

Odio llorar. Es asqueroso, pero necesario en algunas ocasiones. En esta ocasión, no. ¿Qué está pasando con mi organismo? ¿Por qué ésta repentina reacción?

—¡Lea! —escucho que gritan mi nombre, pero estoy muy relajada como para responder. ¿Por qué no se callan y me dejan descansar? ¡Son unos egoístas!

Shiro...

[Lo siguiente es parte de UN SUEÑO]

Me duele la cabeza, de verdad. Es un dolor punzante en mi costado derecho, demasiado fuerte como para ser tratado con medicinas, demasiado débil para ser motivo de una visita al neurólogo. Abro los ojos e inhalo profundamente ese olor a desinfectante y muerto. Estoy en una camilla de hospital, en una habitación de paredes azules decorada con horribles cuadros.

¿Cómo, cuándo y por qué llegué aquí?

Escucho la puerta abrirse, y veo que papá y mamá se acercan a mi cama con un montón de globos con la palabra "lo siento" escrita en ellos. Les miro con el ceño fruncido y ellos sólo me dedican una sonrisa de compasión antes de sentarse en sillones separados por una alfombra roja, en una posición demasiado rara para mi.

—Nos alegra que despertaras, tesoro —dice mamá. Se nota que ha estado llorando por el color de sus ojos—... El doctor ha dicho que pronto podrás hablar.

¡¿Acaso no puedo hacerlo?!

Abro la boca para decir algo, pero la voz no me sale. No tengo voz... ¡No tengo mi puta voz!

—Lea, tu padre y yo queremos que dejes ya ese tema de la música —miro a papá confundida y temerosa. No hablara enserio, ¿o sí?—. De seguro no lo recuerdas, pero en el escenario ocurrió este terrible accidente que te ha mantenido dormida por casi una semana.

Acaso... ¡¿Hysteria ya debutó?!

—Te queremos mucho Lea —dice papá por primera vez—. Princesa, tu madre tenía razón; la música daña.

Mis ojos se nublan por culpa de las asquerosas lágrimas. Nunca había escuchado hablar así a papá, y realmente no me gusta. ¡Ellos no son mis padres! Al menos el hombre acariciando mi mano no es mi padre. Mi padre no me dejaría sin música por nada del mundo, porque él y yo compartimos ese vínculo especial, más especial que la crianza que me ha dado.

—Además de eso, nos iremos a vivir a Corea. ¿Recuerdas a tus abuelos? Pues nos han dejado vivir con ellos. Los pobres necesitan a alguien que les cuide.

—Parece que el mundo no se puede cambiar, tesoro.

Hago una mueca de completo disgusto al mismo tiempo que un trago amargo recorre mi garganta. No puede ser. ¿Irme a Corea, con lo abuelos? No es que tenga nada en contra de ellos pero...

Fantástico. Simplemente FANTÁSTICO.

—Todos pueden cambiar el mundo a su manera, yo lo cambiaré con mi música lo quieras o no lo quieras —digo decidida, mirando el pálido rostro de mamá que ahora comienza a llenarse de lágrimas.

Papá me dedica una mirada severa, y eso es suficiente para saber que él no es mi padre.

—Tus primeras palabras luego de un largo estado de coma, ¡¿y me dices esa estupidez?! —grita mamá entre lágrimas, yo desvío la mirada— ¡Yo no crié a una niña para que se convirtiera en demonio!

—¡La música no hace mal! ¡La música nos cambia! —grito, mamá frunce el ceño y se limpia las lágrimas con un pañuelo que papá le acaba de entregar.

—¿En qué sentido, Lea? —pregunta ella un poco más calmada. Intento abrir la boca para hablar, pero la volví a cerrar sin decir nada. No es porque la voz de haya ido, sino que no sé qué responder

¿La música cambia para bien o para mal?

[FIN DEL SUEÑO]

—¡Lea!

Abro los ojos con dificultad, pero una luz me hace cerrarlos de nuevo. ¡¿A quién putas mierdas se le ocurre poner un tubo de iluminación sobre la cabeza de los enfermos?! Esto es obra de Satanás, yo lo sé.

—¡¿Lea estás bien?!

—Qué si —Haruno hace una mueca, pero sé que secretamente está sonriendo—... Pesados... ¿Qué pasó?

—Pasó que una chica torpe cayó al suelo y se goleó la cabeza. Llevas toda una hora aquí, Lea —explica Kuro con una sonrisa que no logra del todo hacer desaparecer su preocupación.

—Ah... Tengo hambre...

—¿Tan pronto? —pregunta Miou con una risilla, yo asiento algo avergonzada. Bueno, no tomé desayuno y dormí como tres o cuatro horas, es normal todo esto, ¿verdad?

Todos pueden cambiar el mundo a su manera, yo lo cambiaré con mi música lo quieras o no lo quieras.

Cuesta creer que yo soy la creadora de esa frase. ¿Será que alguien ya la había creado y por alguna razón mi subconsciente me la recuerda?

Oh Dios, soy un desastre.

Necesito un amigo. No, un amigo no.

Necesito un pañuelo de lágrimas.

-.-.-.-.-.-

Faltas D:

Necesito un Kuro y una Amaya en mi vida :')

Sad.

L.E.A 《Fukumenkei Noise》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora