Capítulo XXXII》"Un desconocido"

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—NO estás ayudando, Sakaki —gruño, el peli negro que me encontré en la calle bufa.

—Oh, lo lamento, pero no te conozco mucho, sólo sé que eres una gruñona que da buenos consejos
—pongo los ojos en blanco.

—Bien, gracias por la inútil ayuda.

Ya no lo soporto. Entré a la escuela tan pronto como volví a casa, y me siento tan impotente al no recordar nada...

El primer día, un chico alto de cabello oscuro me preguntó si yo era "Afrodita". Le respondí con toda la sutileza que una dama puede tener, y no me ha hablado desde ese día. También unos hombres extraños vestidos de negro me preguntaron si conocía a mis padres, a los que tuve antes de los actuales, y obviamente respondí que sí; no les he visto desde ese día.

Kuro ha sido muy lindo. Me ha regalado flores y me ha intentado animar, pero sin conseguir resultados. Kazuya me mostró un vídeo en donde yo gritaba, pero claro, no recuerdo nada de eso. Amaya ha intentando en vano rescatar mis recuerdos en donde ella aparecía, contándome incluso su vida (la que es demasiado dura como para recordar sin llorar, y yo odio llorar). Miou me contó que, por alguna extraña razón, tengo la culpa de que esté confundida respecto a sus sentimientos. Haruno me dijo que está decidido a hacer algo que yo le inspire, y no tengo idea de lo que es. Yuzuriha me dijo que tenía razón, que ahora notó que no era Nino quién le importaba, sino otra chica a quien no piensa nombrar. Peter... Él desapareció de mi vida, dejando un extraño hueco. Mamá y papá me explicaron un poco más sobre todo lo que significó y significa el proyecto New Flower, y han intentado muchas veces contactar a Suzuki Shiro, el supuesto encargado que se encuentra en Canadá firmando con otra agencia de artes escénicas.

Bueno, al menos la vida no me la está jugando tan parda.

Oh, Sakaki me confesó que ha vuelto a escribir, y que mis palabras tenían razón. Insisto, no tengo idea de qué le dije, pero estoy segura de que algo que le dejó muy confundido.

—Eres una gruñona —dice sonriendo, yo niego.

—Sólo quiero recordar...

—¿Sabes Lea? Sólo se necesita de una persona para ser feliz. ¿Y si esa persona necesita de ti para ser feliz también?

—Me pregunto por qué los juegos de palabras me molestan tanto —bufo y él esboza una sonrisa—. Tu no eres del tipo de chico que sonríe mucho, ¿no?

—No si no tengo motivos —dice—, pero últimamente ha aparecido un motivo muy bonito que pinta mis paredes grises de un matiz más claro. Un amarillo, quizá.

—Guay, palabras de un enamorado —digo sonriendo, él asiente desviando la mirada, algo que Kuro, Amaya y Yuzuriha hacen bastante.

—Lea... Si en algún momento llegas a recordar cómo fue que nos conocimos, sólo recuerda que esa canción era muy buena, y me gustaría mucho escucharla algún día.

[...]

—¡Mi vida! —dice mamá desde la planta baja, como todas las mañanas de domingo.

Comienza la pesadilla. Já, hubiera dicho "quesadilla", pero no le veo el chiste.

Busco en mi armario el vestido rosa pastel que oculto en ese lugar a donde el sol no llega, las zapatillas de charol de taco alto y la única prenda blanca entre tanta ropa oscura. Suspiro, me doy una ducha, y luego ato mi cabello en una coleta alta que adorno con diminutas margaritas de plástico que mamá me obliga a usar, porque reflejan nuestra inocencia.

Esa palabra hace eco en mi cabeza, y me causa mucha, mucha gracia.

Inocencia...

L.E.A 《Fukumenkei Noise》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora