CAPÍTULO I.

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-¡Señorita señorita! Tae Tae me está molestando. -dijo el pequeño niño haciendo un gran puchero y limpiando las gruesas lágrimas que salían por sus ojos con su delicado puñito, miestras se aferraba fuertemente en la planta de sus pies.

-Oh, pequeñito ¿Nuevamente están peleando?

-S-si señorita, p-pero él empezó.

-Ven aquí Jimin -dijo la señora de avanzada edad, viendo al niño acercarse, para después abrazar al castaño. -Ya no llores -posó una mano en las rosadas mejillas del menor -TaeTae te quiere mucho, no deberían pelear.

-P-pero, él me molesta señorita. -dijo este aferrándose del gran vestuario de la mujer.

-Si cariño, lo sé. -tomó el rostro del menor y plantó un suave beso en su frente. -pero no te enojes con él, hazlo por mí ¿Si?

El niño la miró delicadamente y asintió -S-si es por usted, está bien señorita. ¿Ya jugaste con los demás?

-A sí es, encontré muchas pepitas de maíz para dárselas a los pollitos.

-Si Jimin, recuerda que siempre tienes que cuidar de los más débiles y pequeños.

El pequeño Jimin propuso un rostro de incógnita y preguntó -Señorita ¿Quién me cuidará a mi? Yo soy muy débil, dijo haciendo un tierno pucherito.

-Claro que no pequeño, eres muy fuerte, como esos héroes de tus historias.

-¿S-soy un héroe?

-Si cariño, y los héroes no pelean con sus amigos, así que no pelearás con TaeTae.

-¡Si! -dijo el menor energéticamente

-Ese es mi pequeño, ahora arréglate, en unos momentos vendrá la familia Kim.

Los ojos del pequeño castaño se iluminaron con un gran brillo ¿Ese era su momento?

-¿Viene otra familia?

-Así es, y tienes que estar muy guapo para ellos.

-¡Está bien! -dijo el pequeño alejándose del regazo de la mujer y saltando en ese mismo lugar, y mientras hacia eso, dijo -Señorita ¿Cree que Jimin conseguirá padres esta vez?

La señora sonrió tiernamente, ocultando lo que realmente la hería, ya que sentía cómo algo se desprendía por dentro -No lo sé pequeño - dijo delicadamente, no quería lastimar nuevamente al pequeño, pero el castaño paró saltar, poniendo una cara digna de un profundo llanto, mientras que miraba al suelo -pero... - dijo la tierna mujer mientras que el menor no levantaba la vista- no te preocupes, otras personas vendrán en otro momento.

Dolor, tristeza y a lo lejos una chispa de melancolía fluía en el ambiente.

-No... No importa -dijo el menor -No importa señorita -levantó la vista, se lograban ver las húmedas pestañas del niño- ¿Sabe porqué? -preguntó sonriendo un poco- Por que usted es mi madre señorita.

Una lágrima rodaba por la mejilla de la señora con cabello blanquecino, esa era una palabra fuerte para un gran sentimiento que un pequeño reconocía en ella, un pequeño que cuenta con una trágica historia del cómo había llegado a ese lugar.

-Jimin, te quiero mucho ¿Entiendes?

-Si señorita, yo también la quiero mucho.

-Ya cariño, ve a cambiarte. -dijo la mujer para que finalmente lograra su objetivo.

-Está bien, ya regreso. -El menor corrió a la puerta de salida, regresando por un momento la vista a la mujer que se encontraba en las bancas y haciendo un ademán de despedida con su manita, después regresando su vista al frente y salió de la gran iglesia a un patio donde mucho niños se encontraban jugando, todos tenía algo en común con el pequeño Jimin, algo que siempre han estado fantaseando, algo que siempre han anhelado más que un simple pero amigable amor de las monjitas del establecimiento. Algo más fuerte... y eso era

Ser adoptados algún día.

-Lali🐝

Señorita, él me gusta ~ YOONMIN🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora