Señorita, él me gusta ~ YOONMIN🐝

Capítulo II

Grandes ecos se oían en la exorbitante iglesia, ecos que reflejaban grandes lamentos, pesares y una gran pena... Al parecer alguien estaba llorando.

¿Quién lloraría en un lugar como ese? Pues... todos saben la respuesta, es el niño que todos conocían por su adorable aspectos, el pequeño que nunca había sido adoptado.

Jimin estaba sentado en una de las enormes bancas, mientras que emitía audibles sollozos. Ya se había arruinado el perfecto peinado que su señorita había hecho para él, sus zapatos estaban pocos relucientes como antes y su camisa ya no se encontraba dentro de su pantalón... Había hecho un caos en su apariencia.

¿Por qué no lo eligieron? ¿Por qué siempre sus amigos se iban antes que él?, no es que le deseara el mal a ellos, pero él también quería ser feliz, tenía que ser egoísta a esa corta edad por que quería tener el amor de mamá y papá que nunca conoció, quería abrazar a un padre cuando tuviera una pesadilla,soñaba con ayudar a mamá a terminar la cena, deseaba jugar con su padre en el parque... quería tantas cosas.

Amaba esas películas donde los niños salían a tomar un helado con su padre después de tener una partida de fútbol, después tomaban la cena en familia y luego se dormía en el regazo de su madre... él no podía hacer ni la mitad de las más comunes cosas. Peor tenía que alegrarse por sus amigos, los cuales habían conseguido lo que todos siempre habían deseado.

Y aún más... Lo que más le dolía, algo que le había caído como un balde de agua fría, sin duda enterarse que su amada señorita había enfermado no era una gran noticia, ni en un buen o mal momento.

¿Que pasaría si el único amor que sintió durante su corta edad desaparece? Ese sentimiento era algo inefable. Sin duda esa mujer era la base existencial del castaño... si ella no sería nada.

-Jimin Hyung ¿Porqué lloras? -una delicada voz se escuchó superando el volumen de los sollozos, dejando ver a pequeño TaeTae, quien asomó su tierno rostro es la entrada del templo.

-T-tae... -el menor se alegró mucho de que su amigo aún estuviera ahí -¿P-por qué sigues aquí? -el pequeño aliencito se acercó al que tenía los ojos rojos de tanto llorar.

-Vine... vine a despedirme hyung, realmente te voy a extrañar. -dijo el menor secando una gruesa lágrima de sus ojos- aunque siempre peleabamos y estabas más con la señorita que conmigo, siempre te quise como un gran hermano mayor.

-¡T-tae por favor no te vallas! ¿Qué haré sin tí? ¿Y si le pasa algo a la señorita? -dijo expulsando todas esas dolorosas lágrimas que habían en su interior.

-H-hyung, no me pida eso... nada le pasará a la señorita, ella estará bien.

-Tae... -el mayor abrazo a su amigo, sintiendo un gran calor, presenciado como una gran amistad se marchaba de su lado -ten una buena vida TaeTae.

-G-gracias hyung -más lágrimas salían -tu también, adiós

El menor se alejó a la puerta, moviendo su manito como despedida.

-¡Llámame luego Tae, y cuéntame como es tener papis! -dijo le mayor alzando un poco la voz para que el que se encontraba en la puerta los escuchara perfectamente.

-¡Si Jimin! ¡Adiós! -el pequeño alíen tomó la mano de una elegante señora, la cual al ver a Jimin le sonrió, para después subir a un auto de color oscuro. Realmente esperan algún día ser el niño que sostenga una mano, pero por el momento, se alegraba enormemente por su mejor amigo.

-Creo que dormiré un poco -dijo el castaño acostándose en una de las enormes bancas.

Señorita, me siento solo.

Por favor

No me abandone nunca...