Capítulo XV

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Ya era de noche, Jimin llegó e intentó calmar a Nochu, el cual estaba ladrando emocionadamente por verlo. Saludó a los sirvientes, y pasó por la sala con cuidado de que la señora Min no le hablara por llegar a esa hora. A pasos rápidos se apresuró en subir las escaleras, pues debería ser horrible encontrarse con la temible abuela Min en medio de su fugitiva huida. Estaba prohibido llegar tarde a casa sin antes avisar.

Mientras subía las escaleras, recordó las insistentes preguntas que Tae le realizó durante todo el día sobre su genial primo mayor, al parecer este quería saber todo sobre su familiar. Incluso, cuando Jimin empezó a ignorar su interrogatorio, la próxima víctima fue JungKook, este tuvo que responder todo.

Suspiró al llegar al segundo piso. Miró la lisa pared y sonriendole al ver la foto que estaba en una esquina, esta era otra fotografía, no era la que anteriormente colgaba de aquel gancho y mostraba una falsa expresión, ahora era una en la que ambos salían abrazados mientras caminaban en la orilla de la playa que habían visitado hace tres veranos.

Siguió su camino y notó que las luces de la habitación de su hyung estaban apagadas. No quiso molestarlo porque pensó que se encontraba en el séptimo sueño, así que se dirigió a su dormitorio, abriendo la puerta y adentrándose aún con las luces apagadas . Notó que las cortinas estaban cerradas y los rayos de luz no tenían permitido iluminar un poco la habitación. Cerró tras de sí y prosiguió a tirarse en su cama boca abajo hundiendo su rostro en la almohada mientras se desperezaba, estaba tan cansado que optó por dormir con aquella ropa. Salir con Kook y Tae era muy agotador, ambos se pasaban corriendo de arriba hacia abajo cada vez que veía algo de anime y como consecuencia arrastraban al mayor de los tres. Quería dormir y creyó que ya lo estaba consiguiendo, pero se tomó un gran susto cuando sitió que alguien saltó sobre él, dejándolo cargar el peso del cuerpo que estaba encima.

No alcanzó a girar su rostro, por lo cual quedó estampado en su totalidad a la almohada.

-¿Quién rayos es Tae y por qué prefieres salir con él y no regresar a casa conmigo? -preguntó cerca de su oído. Yoongi parecía un poco molesto, pero esto era común en él, siempre se enojaba cuando Jimin traía a sus amigo de primaria y no le daba su atención en su totalidad o cuando prefería ir a jugar con Hobi y Kook en vez de abrazarlo mientras leían un libro. Jimin estaba tenso, no podía moverse y estaba nervioso.

-H-hyung ¿Q-qué hace a-aquí?- su voz era un poco distorsionada, pero aun así era audible en aquella tremenda oscuridad silenciosa. Intentó ignorar la pregunta anterior, pero el mayor lo notó.

-Te hice una pregunta. -colocó su boca más cerca de la oreja del castaño ya que este no respondía. -Te haré cosquillas hasta que respondas. -con sus labios apretó el lóbulo del menor y con sus dedos hizo cosquillas en el torso del menor. ¿Qué estaba haciendo Yoongi? Se supone que eso no era bien visto a su edad, ya no tenían 12 y 14 años.

-Y-yo... -Jimin juraba que su rostro iba a explotar por lo rojo y caliente que estaba. No podía hablar correctamente, su hyung estaba haciendo unas cosquillas poco comunes.- L-lo siento.- fue lo único que pudo decir, pues su cuerpo empezó a retorcerse, se sentía impuro por aquel pequeño placer que se estaba formando.

-¿Volverás a dejarme plantado? -preguntó aún con el lóbulo extremadamente caliente del menor en sus labios.

-N-no h-hyung. -dijo mas bien como un pequeño gemido, aunque sabía que no lo notaría debido a que su rostro estaba pegado a la almohada.

-Ese es mi Minnie. -se levantó sentándose en el borde de la cama del menor. -ecenderé la luz, no veo nada. -dijo poniéndose de pie. Jimin reaccionó, no quería que su hyung lo viera de tal manera, de seguro su cara estaba lleno de baba por estar hablando mientras la almohada se lo impedía. Se levantó rápidamente y tomó el brazo del mayor impidiendo que se moviera. -¿Qué sucede?

-N-no la encienda, hyung. -el mayor no entendía por qué, pero ignoró sus pensamiento y aceptó sentándose nuevamente, sintiendo que Jimin también lo había hecho. Un sórdido silencio se prolongó y Yoongi aún tenía dudas sobre la pregunta de hace un rato, mientras que Jimin sentía que su corazón explotaría.

-¿Me dirás quién es Tae? -Al principio no entendía muy bien por qué se interesaba, pero después Jimin sonrió.

-¿Hyung está celoso? -preguntó divertido, pero Yoongi lo empujó con poca fuerza con el codo. Pesó que el pálido ya no hablaría y se había enojado, pero no fue así.

-¿No es obvio? Dime quién es.- Jimin suspiró, dispuesto a responder.

-Él es mi hermano de orfanato, lo conozco desde que tengo memoria y siempre jugábamos los dos, ya que no teníamos muchos amigos. -respondió con la mirada perdida, aunque era obvio que no lo estaban viendo. -No lo había visto en un buen tiempo.

-Ya veo... -fue lo único que dijo, pues, ya no se sentía tan preocupado como antes, cuando Hoseok llegó sonrojado a decirle que un tal "Tae" saldría con Jimin. Por el color del rostro del pelinaranja supuso que este los había encontrado en una situación muy íntima.

-Hyung... ¿Desde cuando está aquí? -preguntó el castaño interrumpiendo los pensamientos del azabache. Jimin se sentía más calmado, su rostro ya no ardía y el pequeño bulto había desaparecido.

-No llevo mucho tiempo. -su voz era extraña, como si estuviera nervioso.

-¿Estaba preocupado?

-Pues... se me hizo extraño cuando no llegaste antes de las nueve.

Jimin sonrió, le encantaba que su hyung se preocupada por él. Con leves movimientos se acercó donde se suponía que estaba el pálido y recostó su cabeza en el hombro del mayor. Las manos de Yoongi se dirigieron a la cintura del más pequeño y lo acercó aún más. Ya habían pasado aproximadamente treinta minutos y el cansancio que Jimin sentía volvía a nacer en sus pupilas.
Poco a poco se fueron recostando y dejado que sus cuerpos se relajaran. Jimin hundió su rostro en el espacio que había entre el hombro y la mandíbula del mayor, tal y como siempre lo hacía, mientras que este unía sus manos detrás del cuerpo del más bajo.

-Hyung... -susurro el menor, el sueño estaba inundando el ambiente y aquel aroma que desprendía el azabache era encantador.

-¿Sí, Minnie?

-Hueles bien. -dijo mientras hundía aún más su nariz en el cuello del mayor. Al parecer recién había tomado un baño. El pálido río por las cosquillas que la respiración del castaño le prolongaba, pero sabía que este estaba a punto de quedar completamente dormido.

-Duerme Minnie. -dijo mientras metía sus dedos en la cabellera del menor.

-Jimin no quiere dormir, hyung todavía no ha besado la frente de Jimin. -hizo un tierno puchero, el cual si sintió el pelinegro. Sabía que si hablaba de tal manera, Yoongi le haría caso.

-Casi lo olvido. -sus labios se ubicaron en la frente del menor, dando un largo beso.

Y así, Jimin se durmió, tenido un hermoso sueño. Un sueño donde sentía peso en sus labios, el cual era agradable y hacia latir su corazón. Una vez tuvo un sueño similar, sucedió cuando su hyung había ido a consolarlo después de la muerte de su señorita. Sí, era una de las mejores sensaciones, aquel beso que era entregado en aquella ilusión era de lo mejor.










Señorita, él me gusta ~ YOONMIN🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora