"Donde Jimin vive en un orfanato y la única persona que lo ha podido amar es su "señorita", una monja del orfanato, la cual lo cuida como si fuera su hijo, y una promesa marca la historia del menor de redondas mejillas."
✿+18 Lemon.
❀Boy×Boy
✿Las de...
Extráñamente, desde muy temprano el sol había marcado presencia en la ciudad, dando calor desde jovenes horas.
Los rayos del sol iluminaban completamente la habitación en la que diferentes sucesos transcurrían. En el suelo de la pieza se encontraban muchos objetos empacados, desde algunas vestimentas, hasta pocos juguetes con cierto desgaste, escasas maletas estaban recostadas en la lisa pared, varias cajas ya se hallaban selladas con cinta adhesiva.
Era sorprendente la pequeña cantidad de pertenencias que tenía el niño con más años en el orfanato. Es de suponer, que en una de las cajas llevaba unos cuantos juguetes y sus viejos y únicos tenis que se los había obsequiado su querida señorita. Despues de todo ¿Cuántas cosas debería tener un niño sin hogar?
Aunque fuera notable los limitados objetos, la sonrisa de Jimin era digna de una inspiradora fotografía, desbordaba alegría y contagiaba a las personas de su alrededor, pero por momentos, un pequeño nerviosismo se apoderaba de él, sintiendo tristeza al separarse de lo único que había observado desde su nacimiento.
Aprovechaba los últimos minutos que se encontraba en el lugar mientras esperaba a... su madre. Prometió despedirse de su pequeño, en realidad éste quería abrazarla y besar sus mejillas, escuchar los prósperos deseos para su nueva vida, pero...
-Jimin-ah, ya es hora, todos te esperan afuera. -la hermana más joven del lugar había ido a recoger las maletas del que había sido adoptado.
-N-no, aún no me he despedido de la Señorita. -la esperaría, quería verla.
-Jimin -sonrió para poder tranquilizar al menor- ella salió hace unas horas, pero dejó esta nota para ti -un papel perfectamente doblado fue entregado a las manos de menor - Dijo que podrías visitarla cuando desees.
El menor abrió la nota, y sonrió con fuertes sentimientos entre nostalgia y alegría. Esta decía:
Para mi pequeño Jimin.
Cariño, realmente lo siento por no estar a tu lado en uno de los momentos más importantes de tu vida, pero quiero que sepas, que realmente me alegra que hallan visto la dulzura que existe en ti.
¿Ves? Todo salió bien y ahora eres parte de una familia. Si alguna vez me necesitas, no dudes en acudir a mí de inmediato, siempre estaré con los brazos abiertos ante tu llegada.
Nuestra promesa continúa en pie, debes hacerme saber cuando alguien ocupe el gran corazoncito de mi pequeñito Jimin.
Jiminnie, aliméntate correctamente ¿Está bien? Bañate a diario y no olvides tus modales nunca, nunca, de los jamaces. Te extrañaré mucho, hijo, ten una buena vida.
Mamá te ama.
Aunque ella no estuviera ahí, su presencia era abrazadora, lo que reconfortó totalmente al menor. Aún necesitaba un abrazo y las lágrimas que nacían de sus rasgados ojos solo era una muestra del gran afecto que sentía hacia ella.
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