Bestia siguió a Din Don a través del castillo, pasaron las escaleras y llegaron hasta el pasillo principal de la primera planta. Este pasillo se encargaba de conectar dos de las alas principales, atravesando el castillo de lado a lado. Tenía unas dimensiones colosales y una gran decoración entre la que destacaba la gran sucesión de estatuas que se extendían a lo largo de él. Estas estatuas estaban talladas en piedra, medían tres metros de alto y se encontraban colocadas sobre grandes pedestales, en los que venía indicado el nombre y una breve biografía de la persona a la que representaban; que en su mayoría eran los anteriores dueños del castillo.
Al adentrarse en el pasillo se encontraron con Lumière, que los estaba esperando.
-Amo, disculpe a mi queguido Din Don, yo le he dicho que no hacía falta molestagle pero él se ha empeñado...
-¡Es un asunto de vital importancia! ¡El amo debe saberlo cuanto antes!
-¿Qué es lo que tengo que saber?
-Amo, venga conmigo -Din Don se aproximó a una de las estatuas-. Mire, ¿no nota nada extraño?
-Din Don, no hay nada egstraño, ¡está todo en tu cabeza!
-Lumière, si quieres ver algo extraño en una cabeza deberías mirarte en un espejo.
-Lo único que noto es que se me está acabando la paciencia. Decidme de una vez qué es lo que pasa -les espetó Bestia-. Sólo veo una estatua.
-Amo, ¡me sorprende que sea usted quien diga eso! -Bestia le lanzó una mirada asesina- Fíjese bien, Amo. Esta estatua es de estilo barroco, como puede ver en los detalles y pliegues de su ropa. Debemos señalar que lo que destaca...
-Ve al grano -lo cortó Bestia.
-Alguien ha cambiado la posición de la estatua -Lumière se echó a reír-. Ya te lo he explicado mil veces -dijo dirigiéndose a Lumiére-, ¡no te rías! ¡Es un asunto muy serio!
-Amo, como ve, no hay nada de qué preocupagse.
-Din Don, ¿me estás tomando el pelo? -el aludido se echó a temblar-. ¡Es una estatua! ¡¿Cómo va a cambiar alguien la posición de una estatua de piedra sin romperla?! -dijo con un tono que oscilaba entre la indignación y el enfado.
-Pero Amo, es porque usted me ha dicho que fuera al grano. Sabe que si alguien conoce todos los rincones de este castillo, ese soy yo, y le digo que esta estatua no debería estar así.
-¿Y cómo debería estar entonces?
-En una posición como el resto de las estatuas barrocas. Si se fija, la ropa tiene gran cantidad de pliegues y detalles, pero la postura del cuerpo parece renacentista, no representa su movimiento característico y su cara no muestra ninguna expresión.
-¿Has movido tú la estatua?
-¡Lo está viendo con sus propios ojos! ¿Cómo podría haberla movido yo?
-Tienes razón, ni tú ni nadie del servicio podría haberlo hecho. Dime Din Don, ¿la he movido yo?
-Por supuesto que no, Amo. ¿O sí? -preguntó con miedo.
-Si no habéis sido vosotros, ni he sido yo... ¿la ha movido Bella?
-Eh... ¡no! ¡Por supuesto que no! Pero Amo, si me lo permite... creo que desde que Bella llegó están pasando...-no se atrevía a terminar la frase- cosas raras en el castillo.

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Susurros en piedra
FanfictionParecía un día más para Bella, cuando de repente, mientras estaba en la biblioteca ocurrió algo que hizo que ésta apareciese en la TARDIS por algún extraño motivo. ¿Descubrirán ella y el Doctor cuál fue la causa? ------ Los personajes de la Bella y...