-¿Un ángel lloroso?
Mientras se acercaban al lugar en el que se encontraban Din Don y Lumière, el Doctor le explicó a Bella lo que estos le habían contado minutos antes sobre cómo la estatua había cambiado su posición.
-Veréis, los ángeles llorosos son criaturas de otro mundo conocidos como "los asesinos solitarios".
-¡¿Asesinos?! -exclamaron los tres al unísono.
-¿Cómo podría haber criaturas de otro mundo en el castillo? -preguntó Bella.
-Me pregunto cómo podría haber criaturas de otro mundo justo aquí y ahora -contestó el Doctor con cierta ironía.
-¡No me refería a ti!
-¡Asesinos en el castillo! ¡Rápido! ¡Avisad al Amo! ¡Dad la voz de alarma! -vociferó Din Don.
- Pog favor, Doctor, explíquenos qué es lo que ocurre -dijo Lumière a la vez que agarraba a Din Don para que éste se tranquilizase.
-Se podría decir que son unos asesinos que te matan "bonitamente". Te mandan al pasado, donde te mueres, mientras que el resto de tu vida desaparece en un parpadeo. Te mueres en el pasado y en el presente consumen la energía que podrías haber tenido. Digamos que te roban toda tu vida.
Din Don se sentía cada vez más aturdido ante tales declaraciones.
-¡Pero eso es agsurdo! ¿Cómo pueden mandar a alguien al pasado?
-¡Oh! Claro, supongo que te refieres a cómo pueden hacerte viajar por el tiempo. Lumière, deberías saber que es posible, sólo hace falta la tecnología y los medios adecuados. Lo mismo que los homínidos evolucionasteis hasta llegar a desarrollar un aparato fonador para comunicaros, ellos desarrollaron la habilidad de mandar a sus víctimas al pasado.
-Visto así... tiene sentido, aunque no acabo de creegmelo.
-¡Pues yo no me lo creo! ¡Eso es imposible! -exclamó Din Don.
-Al igual que yo creía que era imposible que tus estatuas se hubiesen movido solas y ¡voilá! Resulta que tenías razón, por increíble que pareciera -dijo Lumière dirigiéndose a Din Don.
-Din Don, puedes confiar en el Doctor, lo que está diciendo es verdad -dijo Bella-. Pero Doctor, lo que no entiendo es ¿para qué mandan a sus víctimas al pasado? ¿Eso es lo que hicieron conmigo?
-No estoy seguro de qué es lo que hicieron contigo exactamente, en teoría deberían haberte mandando al pasado, pero yo estaba en el futuro. El caso es, que para alimentarse mandan a sus víctimas al pasado, es decir, te mueres en el pasado y en el presente consumen la energía que podrías haber tenido. Se alimentan de la energía potencial.
-Energía potencial... -repitió Bella intentando asimilar lo que significaba aquello.
-Un momento, s'il vous plaît. No he entendido bien lo que acaba de contarnos sobre la energía residual, pero me gustaría saber qué es lo que le ha ocurrido a Bella.
Bella y el Doctor les contaron a los dos cuáles habían sido los acontecimientos desde que Bella había desaparecido en la biblioteca aquella misma mañana.
-Creo que a partir de ahora me creeré cualquier cosa que me cuenten.
-¡Exclamó el reloj que habla! -le contestó Lumière.
-Doctor, si nos mandan al pasado, ¿nos mandan siempre al mismo punto? -preguntó Bella.
-¿Quieres saber si, en el caso de que te volviesen a enviar al pasado, volverías a aparecer en la TARDIS?
-No, me referio a que si en el caso de que nos mandasen al pasado a todos los que estamos aquí, ¿apareceríamos en el mismo lugar?
-Ah, eso. Bueno... en teoría nos mandarían al mismo lugar, pero eso puede variar, según el tiempo que transcurra entre uno y otro o si se trata del mismo ángel lloroso o no.
Bella se preocupó al oír la respuesta del Doctor.
-¡Pero sería horrible que nos separasen! ¿Qué podemos hacer?
-De momento no parpadeéis. Si parpadeáis estáis muertos.
-¿Y eso de qué nos va a servir? -cuestionó Din Don.
-Es simple. Los ángeles llorosos están encerrados cuánticamente, es decir, no existen cuando son observados. En el momento en que los ve cualquier otro ser vivo se congelan en piedra.
-Un momento. ¡¿Cómo que se congelan en piedra?! ¿¡Se quedan como estatuas?!
-Din Don, creo que acabas de descubrir qué es lo que estaba pasando en el castillo -le contestó el Doctor.
-Pero ¿qué aspecto tienen esos ángeles llorosos? -preguntó Bella.
-Las veces que me he cruzado con ellos tenían aspecto de eso mismo, de ángeles llorosos. Estatuas de ángeles llorosos.
-¿¡Estatuas?! ¿¡ESTATUAS ASESINAS?! -exclamó Din Don al borde del infarto.
-Y no sólo eso, lo peor de todo es que podrían hacerse pasar por cualquier tipo de estatua, no sólo de ángeles; pero no os preocupéis, solamente debemos estar alerta en lugares con estatuas, como por ejemplo en este castillo, o en este jardín -finalizó el Doctor intentando parecer lo menos sarcástico posible.
-Pero... ¿Incluso con un simple pagpadeo tendrían tiempo para moverse?
-Así es.
-Comprendo... sólo se pueden mover cuando nadie los mira ¿no? -preguntó Bella.
-Eso mismo.
-¿Cómo si estuvieran jugando al escondite inglés?
-¿Te refieres a ese en el que sólo te puedes mover cuando el otro se tapa los ojos?
-¡Sí! ¡Ese mismo!
-Así es como funcionan, del mismo modo que el juego -confirmó el Doctor.
-¿Puedo parpadear... un... poquito...? -consultó Din Don a la vez que se esforzaba en no cerrar sus párpados.
-Ahora mismo somos cuatro, podemos intentar parpadear por turnos, pero no nos confiemos, no sabemos qué estatua puede ser un ángel lloroso y cuál no. Tened mucho cuidado.
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Susurros en piedra
FanfictionParecía un día más para Bella, cuando de repente, mientras estaba en la biblioteca ocurrió algo que hizo que ésta apareciese en la TARDIS por algún extraño motivo. ¿Descubrirán ella y el Doctor cuál fue la causa? ------ Los personajes de la Bella y...