Capítulo 4

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  Estábamos en el Instituto, las clases seguían aburridas, sin nada bueno que aprender. Mientras observaba el extraño núcleo púrpura del arma que recuperó Peter, se lo pasé a Ned para que se lo regresara a Pet, pero él lo dejó caer, lo que hizo que la roca emitiera una especie de pulso, Peter la tomó rápido antes de que llamara más la atención, la clase terminó y salimos del salón, Peter, Ned y yo caminábamos por el pasillo, hasta que Peter nos hizo regresar antes de doblar por una esquina.

— ¿Qué sucede Pet? — pregunté al ver que él miraba por la esquina algo alarmado.

— Son ellos, los de las armas, son ellos. —Dijo él.

— ¿Cómo? No puede ser. —dije.

— Deben esconderse, los alejare de aquí.

— No, Pet, te ayudo. —dije dando un paso al frente.

— No tienes tu armadura Taylor.

— ¿Y creen que no sé pelear? Aunque, pensándolo mejor, Peter, no deberíamos pelear en la escuela.

— Es verdad... Sólo quédense aquí, o mejor aún, váyanse, salgan. Luego los alcanzo. —Sin muchas ganas seguí las indicaciones de Peter y salí del Instituto con Ned, esperamos afuera hasta que dos hombres salieron del Instituto, luego Pet salió y suspiró cuando estuvo a nuestro lado— Les coloqué un rastreador. Sabremos a donde van y dónde se esconden —Dijo con una sonrisa. Ese día fuimos a la casa de Peter, ordenamos una pizza mientras mirábamos la ubicación de los tipos por el lanzador de Parker. Nos la pasamos tooodo el rato haciendo cosas sin sentido, le lanzaba bolas de papel a Parker mientras él caminaba por el techo. Miraba películas y las adelantaba hasta la parte que me gustaba, obligue a Peter a que me trajera unas donas, hasta que Ned nos dijo que el sujeto se había detenido.

— Está en Maryland —Dijo Ned enseñándonos el holograma que hacía el lanza-redes.

— Debe ser su guarida —dijo Pet.

— Está lejos de Nueva York, Peter. —señaló Ned.

— Pero no de Washington D.C. —respondió Parker.

— Y eso nos ayuda ¿Porqué...? —pregunté yo.

— El Campeonato Nacional del Decatlón Académico es ahí, en Washington D.C. —explicó Peter.

— ¿Crees que nos dejen entrar? —pregunté.

— Bromeas, todos desean que Peter vaya, y tú, que eres la Hija de Tony Stark, ¡obviamente estarán encantados de que vayas! —Dijo Ned.

— Bien, mañana cuando el autobús esté apunto de salir, llegaremos, no nos dirán que no. —Dijo Peter. Después de nuestro pequeño plan, me despedí de ambos chicos y fui a casa, entré y todo estaba oscuro, ésta mañana dejé mi auricular, con el que llevo a A.I.D.E.N. siempre conmigo, en casa. Ya que salí muy rápido de la ducha.

— Ya llegué, A.I.D.E.N. —al decir eso las luces de la casa se encendieron.

— Bienvenida, Taylor. —dijo la voz de A.I.D.E.N.

— Te extrañé —dije caminando hacia mi habitación. Sin embargo no obtuve respuesta de A.I.D.E.N. Me senté frente a mi escritorio y suspire, tenía los dispositivos que papá había insertado en sus brazos para poder atraer la armadura sin necesidad de usar algún tipo de control, yo no había querido usarlos, ya que siempre estaba en la Torre o en el Cuartel, donde puedo colocarme la armadura fácilmente.
Tomé los pequeños dispositivos y empecé a insertarlos en mis brazos, luego estire la mano hacia la armadura y el guante que protege mi mano izquierda voló hacia mí hasta cubrir la mitad del brazo. Al ver que funcionaba me quité el guante y miré los lentes de contacto que había creado, estaba pensando en ellos hace tiempo, usarlos para mejorar mi visión, con funciones de acercamiento y quizá mira infrarroja o visión nocturna, además de crear unos ojos para A.I.D.E.N, ya que él siempre escucha todo a través del auricular, y cuando llevo la armadura analiza todo alrededor, pero si no la llevo, él no puede hacer nada. Así que las lentillas funcionarían para escanear todo lo que yo vea, sería como llevar el casco de la armadura puesto es mis ojos. Sin embargo no están terminados aún. Eché mi cabeza hacia atrás en la silla, quizá papá tenga razón, quizá Peter se esté metiendo donde no debe. Puede llegar a sucederle algo malo si no tiene cuidado. Pero lo mejor será no pensar en eso. Me levanté de la silla y busqué algo de ropa para el viaje a Washington D.C., la guardé en una mochila y miré mi armadura, la distancia de Queens a D.C. es de 241.000 km por carretera, la armadura llegará más rápido. No puedo llevarla en el autobús conmigo así que A.I.D.E.N tendrá que llevarla con el piloto automático.

La hija de Stark [Spider-Man]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora