Tras Bambalinas [Ruggarol]

1. Ensayos.

Dos meses antes...

Todo marchaba bien, estábamos a una semana de empezar la gira. Los ensayos para Soy Luna en concierto iban fenomenal. Usualmente nuestros días de trabajo son de lunes a viernes pero como ahora se venía la gira, todos estábamos haciendo el sacrificio de trabajar también los sábados para ensayar el guión y coreografías de la gira, y aunque sea una desgracia madrugar un sábado indudablemente iba a valer la pena el sacrificio.

Gracias a Dios este era nuestro último sábado de ensayos, ya que el próximo jueves se venía el ensayo general en tecnopolis con todos nuestros familiares, amigos y conocidos y el viernes 24 de marzo oficialmente se daría como comenzado "SOY LUNA EN CONCIERTO".

Los besos que nos daríamos Ruggero y yo durante toda la gira me traían ciertamente inquieta, es decir, ya nos hemos besado antes para la serie, pero es que tener como espectadores a miles de personas creo que sería totalmente distinto e incómodo para ambos. Pero estoy tan agradecida de trabajar en Disney, donde los besos son más que nada simples picos y ya.

"Okay, está bien, no importa, son simple picos, nada que no pueda manejar" era lo que me repetía en la cabeza desde el momento en el me entregaron mi libreto y leí los diálogos al terminar de cantar la canción "Vuelo" donde iba insertado el tan esperado beso entre Luna y Matteo.

En fin, llegue al lugar donde ensayaríamos por última vez, hoy ensayaríamos un par de veces el show entero. No quiero alardear pero serán shows muy completos; cantaremos, bailaremos, actuaremos e incluso patinaremos, será increíble.

Pasando a otro tema, mi relación con el elenco es algo complicada, definitivamente me llevó muy bien con todos, pero el hecho de que yo soy la más chiquita complica todo a la hora de salir a fiestas y esas cosas.

También desde chica he sido más de llevarme con hombres que con mujeres y por eso la mayoría de la gente cree que me llevo mal con las del elenco cuando realmente no es así.

Salude a las chicas una por una y me detuve a platicar especialmente con Katja quién era con la que mejor me llevaba y después me fui a sentar junto con mi mamá a esperar a que llegaran los chicos que faltaban.

Mi mamá... bueno, ella es un caso especial, la amo más que a cualquier ser humano en esta tierra pero hay que admitir que me sobreprotege demasiado, según ella debo cuidar mi imagen y necesito estar alejada de rumores que crean las revistas y esos programas de chismes que solo se dedican a crear polémica, y en parte tiene razón, ella no tiene la culpa, yo escogí dedicarme a esto y ser una "chica Disney" así que ahora tengo que aguantarme.

— Hola señorita Sevilla -habló la voz masculina con acento peculiar que ya estaba tan acostumbrada a escuchar diariamente.

Sentí como el mismo que me saludaba estaba sacudiendo mi cabello con su mano. Levante mi mirada y me encontré con el guapo italiano que la hacía de mi novio en la serie.

— Hey, deja mi cabello, me estás despeinando -empecé a reírme mientras trataba de retirar su mano de mi cabeza.

— ¿Acaso es posible despeinarte más? Siempre vienes despeinada -paró sus movimientos en mi cabeza y también soltó una carcajada.

— ja ja ja, que gracioso Pasquarelli -trate de acomodar mi cabello en su sitio de nuevo.

Debo decir que mi relación con Ruggero Pasquarelli es meramente profesional, aunque debo ser sincera y decir que me siento tan solo un poco atraída por su físico, pero hasta ahí, no hay nada más allá que atracción física y química como dicen los fans. Aparte verle la cara la mayoría del tiempo a hecho que me encariñe y lo quiero como a un gran amigo. Nos llevamos tan bien que incluso las fans piensan que nosotros mantenemos una especie de relación amorosa secreta y por eso mismo hemos dejado de frecuentarnos tanto en público ya que según Ruggero eso estaba creando un poco de inseguridad en su novia Candelaria.

Y no la culpo, algunas fans a veces pueden llegar muy lejos, lo se por experiencia propia pero la verdad a mi me dan gracia esos comentarios y los tomo con humor. Pero está de más decir que soy humano y eso quiere decir que de alguna forma si llegan a herir un poco mis sentimientos aunque no quiera admitirlo, pero tengo que aprender a recibir solo la vibra buena y dejar ir lo negativo.

Por ejemplo si a alguien le llegan diez comentarios y nueve son positivos y tan solo uno es negativo el ser humana está diseñado a poner su atención en el único negativo pero yo trato de poner mi atención en los positivos por qué a fin de cuentas estoy consiente de que no a todos puedo caerles bien.

Por otro lado, si hablamos de mi relación con Candelaria, bueno... no hay, no existe, somos conocidas y hasta ahí, pero eso no quiere decir que la odie como la mayoría de la gente en internet cree, simplemente no somos amigas y listo, se acabó el tema.

— Voy por un café a la tienda de en frente, ¿quieren algo? -preguntó mi madre.

— Nop -negué.

Ruggero negó con la cabeza.

— Vale, ahorita vengo -mi madre se levantó de la silla y caminó hacia la salida.

Ruggero ocupó su lugar y se sentó a mi lado.

— ¿Nerviosa? -cuestionó el chico mientras dejaba su mochila en el suelo.

— ¿Por que debería estarlo? -fruncí el ceño.

— Nos besaremos 42 veces durante dos meses -musitó riendo.

— ¿Las contaste? -estaba algo sorprendida.

— ¿Tu no? -ni si quiera me veía, creo que estaba fingiendo buscar algo en su mochila.

Negué con la cabeza. — Bueno, creo que el nervioso eres tú -hable vacilante.

— Claro que no, un beso no es diferente a cualquier otra instrucción, si me piden bailar, bailo, si me piden cantar, canto, y si me piden besarte, lo hago, a final de cuentas es nuestro trabajo y recibimos dinero por hacerlo -dijo eso último con una sonrisa tratando de bromear conmigo, pero no me daba risa.

— Si... eso es lo que es, trabajo -concorde con el.

— CHICOS, ¡PÓNGANSE LOS PATINES YA! -nos gritó Juampy nuestro instructor de patin.