Tras Bambalinas [Ruggarol]

26. Prensa y un aterrizaje.

27 de abril de 2017

Ruggero

La productividad de Karol siempre me sorprendía, mientras yo estaba aquí agonizante tirado en la cama comiendo caldo de pollo, ella se encontraba realizando una firma de su libro en Mix Up, por lo que me contó después de eso se reencontraría con su hermano, y luego más tarde con su prima, eso me daba mucho gusto, que se tomara tiempo para sí misma en su país rodeada de sus seres queridos es todo lo que quiero para ella.

Cuanto daría por poder pararme de esta cama y acompañarla en este tipo de momentos importantes, pero aunque no estuviera enfermo la sociedad no me permitiría andar con Karol junto con su familia como si nada.

28 de abril de 2017

Karol

Hoy me sentía más atrevida de lo habitual gracias al vestido que traía puesto, era un look bastante llamativo comparado al de las demás chicas, hoy me había animado a usar algo distinto, con decirles que estaba usando labial negro.

Ruggero Pasquarelli: ¿Dónde estás?
Ruggero Pasquarelli: Quiero verte antes de que salgamos a la rueda de prensa, ¿crees que podrás?

Karol Sevilla: Estoy llegando un poco tarde, creo que estaré ahí como a 15 minutos de que empiece la rueda

Íbamos en el coche rumbo a nuestro destino, iba con demora por culpa de mi madre, quien no encontraba su celular por ningún lado y como saben, mamá es dependiente de él y yo soy dependiente de ella, por lo tanto, mi madre no se iría sin ese maldito aparato y yo no me iría sin ella.

Ruggero Pasquarelli: ¿Querés que te espere en la entrada?

Karol Sevilla: ¿Mejor no quieres que nos veamos en los baños?

Ruggero Pasquarelli: Dale

— Oye ma, ahorita que lleguemos iré súper rápido al baño, ¿okay? -comencé a mover mis piernas como si necesitara un baño con urgencia.

— Ay Karol, que ocurrente, tuviste tanto tiempo para ir mientras yo estaba buscando el celular -niega con la cabeza. — De por sí ya vamos muy tarde.

— Quizá si no me hubieras tenido buscando tu celular hubiera podido entrar al baño -me defiendo.

Ella solo rueda los ojos y voltea hacia la ventana.

Lo primero que hago al llegar al lugar es preguntar por el baño, para mi sorpresa mi madre ni si quiera intentó ofrecerse a acompañarme y eso me tranquilizó, no hubiera sabido que excusa decirle esta vez, solo escuche a lo lejos su voz gritar "solo tres minutos."

Sonrío al instante de ver a Ruggero al final del pasillo esperándome con su vista perdida en su celular, cada que me acerco más puedo ver con mejor claridad su rostro y noto que no está nada contento ya que tiene su mandíbula apretada y las cejas fruncidas.

— ¿Todo bien? -es lo primero que digo al ya tenerlo de frente.

El levanta la mirada y como si fuera arte de magia su ceño se suaviza. Sus ojos me recorren sin disimulo, y claro, el vestido que traigo no es fácil que pase desapercibido.

— Te ves bellísima Karol -dice esto mientras muerde su labio inferior. — Esta vez me has dejado hasta sin aliento.

Mis mejillas toman color y lo sé porque comienzo a sentirlas calientes.

— Tú tampoco te ves nada mal a pesar de que estuviste tirado en cama enfermo, no sé cómo haces para siempre lucir bien.

Su forma de responder mi halago es tomar mis manos y entrelazarlas con las de el para luego plantar un beso en mis labios, uno de esos que son tan simplemente tiernos y llenos de sentimientos de por medio.